capitulo 3

--No... No puedes hacerme algo como esto... yo jamás he hablado con ese hombre, él solo me dio un apellido y escapo de casa, no es justo que tú me juzgues por cosas como las que hizo un completo desconocido para mí...--para Bastian era más que suficiente sus palabras para dejarla  partir de inmediato, pero sabía que en caso de que ella lo hiciese su primo lograría encontrarla y lograría hacerle mucho daño

--No me interesa, ojo por ojo...--al escuchar tales palabras, Violeth se dispuso a correr hacia la puerta de la habitación de Bastian, con el único afán de lograr escapar de aquel hombre, pero no había logrado siquiera llegar a la puerta, cuando ya Bastian la tenía sujeta de la cintura y había logrado levantarla sin ningún tipo de problema, dejándola sobre la cama de manera brusca, mientras que se posicionaba de nuevo por encima de ella, logrando hacer que esta se moviera como una serpiente en busca de alejarse él, mientras que le daba uno que otro golpe con sus manos en puño, algo que detuvo de inmediato, haciendo así, que solo lograra gritar de manera exagerada, buscando ayuda de cualquiera que lograra escuchar

Para Bastian aquello era un problema, en lo que sin pensarlo dos veces y sin entender la razón del por qué, unió sus labios a los de ella, haciendo así que se formara un beso, el primer beso de Violeth, en la que fue tal la sorpresa que sus ojos estaban completamente abiertos, mientras que para Bastian era una completa exquisitez, debido a que los bien formados labios de la pequeña mujer eran terriblemente dulces y aunque ella no seguía el beso como él lo deseaba, para él era más que suficiente

Al separarse, la observo como su rostro demostraba que se encontraba totalmente perpleja, algo que no pudo evitar que sintiera cierto regocijo y hasta de podría decir, que se sentía extasiado, pues por alguna razón comprendió que él era su primer beso y aquello había logrado hacer que se sintiera completamente satisfecho con tal suceso, pero no negaba que aún seguía preguntándose internamente una y otra vez por qué razón había actuado de tal manera, debido a que él no era un hombre de impulsos, pero por alguna razón con aquella pequeña fierecilla quien ahora se encontraba con sus hermosos ojos abiertos por completos sorprendida, él no pudo controlarse, a lo que simplemente decido culpar a estar tanto tiempos solo sin la adecuada compañía de una mujer, a la ausencia de tener el singular olor y sensibilidad de una mujer a su lado, pero entonces solo vino ella a su cabeza de la manera más inapropiada, algo debió alejar de inmediato, en lo que agradecido cuando logro escuchar un pequeño ruido a sus espalada, en el que podía notar la incomodad 

--Ummm... ¿señor? La habitación está preparada...--la voz de Serguei se escuchó a sus espalda, por lo que en vez de poner nervioso Bastian como él creía que debería sentirse, la verdad era que no se encontraba de tal manera, se sentía satisfecho, mientras aunque para Violeth era una completa locura, que ese hombre la hubiese besado de la nada, logrando así dejándola completamente conmocionada y con miles de sentimientos invadiéndola como jamás lo habían hecho, además de sentirse confundida, temerosa e inquieta por su futuro, ahora podía añadir a su lista ultrajada aunque algo muy dentro de ella le decía que le había gustado aquel beso, pero ella se negaba rotundamente a aceptarlo, pues aquel al parecer no solo era su captor, también era su enemigo por las tonterías de su padre 

--Te quedaras en donde pueda estar al tanto de ti... no hagas nada que me haga enojar, porque no reaccionare como es debido... Serguei... encárgate de que la señorita tenga todo lo que necesite...--el hombre de mediana edad asintió completamente decidido hacia Bastian, quien mostraba una mirada decidida y llena de autoridad, que solo hizo que los ojos de Violeth se llenaran de lágrimas, en lo que sin más la chica siguió al anciano hacia la derecha y solo a dos pasos se encontraba lo que parecía ser su habitación, mientras aunque parecía ser sumisa a sus órdenes, maldecía una y otra vez a aquel hombre que al parecer no había hecho más que jugar con ella desde el principio 

--Tal y como lo acaba de decir mi señor, el día de mañana le daré lo que necesite, por ahora le ruego que se sienta cómoda...--sin más el hombre cerro la habitación y paso pestillo para evitar que ella escapase, algo en lo que en cuestión de segundo, logró hacer que la pequeña mujer se rompiera por completo y cayera de rodillas, mientras lloraba de manera a desconsolada por el hecho de estar justamente en el lugar que se encontraba y de la manera tal fatal a la que sin poder creerlo había sucedido, sin contar que entre jadeos, se había acercado hacia la puerta y efectivamente esta no tenía forma de lograr abrirla por lo que justamente en aquel instante sentía que su mundo estaba cerrándose a cada posibilidad y solo le mostraba una vida desolada y llena de desgracias para el futuro 

Luego de lo que pareció minutos u horas. Violeth, dio fuertes suspiros para lograr tranquilizarse, y se acercó hacia aquellas hermosos puertas de vidrios que se encontraban decoradas con una cortina traslucida, que seguramente desde que iniciaba el amanecer la claridad del día se adentraría por ellas, pero en ese momento a ella no le interesaba tal cosa, solo le interesaba saber, si había una oportunidad de lograr escapara por la ventana, ya que no planeaba quedarse allí para cuando llegara el amanecer y mucho menos la noche siguiente, así que debía hacer algo con desespero 

Algo que logró asustarla un poco, pues justamente al llegar a la salida de aquel que parecía ser un pequeño balcón, había lo que parecía ser el mar, algo que logro darle una loca idea, no era nada segura, pero ella no era alguien que se le dieran buenas ideas muy seguidamente, de hecho Sara su mejor amiga, decía que a ella le faltaba un tonillo, como si aquella fuese muy cuerda, de hecho su amiga se podía considerar más que una persona completamente demente. Se podría decir que de su parte ella había aprendido eso de ser buena improvisando, sin contar que Sara como muchos decían era la oveja negra del lugar y gracias a ella, Violeth había logrado abrir sus ojos al mundo de manera de la que siempre estaría agradecida 

Se adentró de nuevo a la habitación y tomo aquellas sabanas que decoraban la cama, al igual que las otras que se encontraban en el interior, observo dentro del armario y como supuso, allí había algunas más, aquello no le asegurarían que podrían llevarla directamente al mar. Pero le ayudarían a estar una distancia prudente para poder tirarse, solo necesita nadar hasta llegar a la costa y de ahí podría llegar directamente a la embajada, en lo que pondría la denuncia y haría que aquel hermoso hombre que había robado su primer beso estuviese toda la vida en la cárcel por secuestro y por qué no, por acoso sexual, posiblemente le haría compañía a Elias, quien ahora se encontraba en la cárcel de aquel país, debido a que según tenía entendido se habían negado a deportarlo, hasta que este pagara su condena correspondiente

No estuvo mucho tiempo en aquello, en lo que cuando menos espero, ya había logrado conseguir una soga lo bastante larga para que su caída no fuese tan peligrosa y justamente cuando estaba allí preparada, las puertas de la habitación habían sido tocadas, logrando hacer que ella se asustara muchísimo, aunque si lo pensaba era algo gracioso que tocaran las puertas, cuando ella estaba encerrada, ellos tenían toda la posibilidad de adentrarse en la habitación y hacer lo que desearan con ella, no era como si ella pudiese abrir y decir oh... adelante, claro que no, ella no era más que una prisionera en aquel lugar y por esa razón debía escapar a como diese lugar, sin importar las consecuencias, ella debía volver con su madre y con surte olvidarse de todo cuando estuviese a salvo en la seguridad de su pequeño pueblo sin ningún tipo de anormalidad 

No había tiempo para nada, por lo que en cuestión de segundos, aquella había amarrado de manera algo desesperada su improvisada soga y sin cerciorarse si estaba bien atada o no, Violeth, se había tirado aquella y se había sujetado, para bajar, mientras rogaba que aquellos se demoraran un poco más en abrir, algo que agradeció que había practicado alpinismo desde muy joven en una pequeña pared en el vejo parque del centro de la ciudad, por lo que bajo sin ningún tipo de problema y rapidez, en lo que justamente cuando llego al final, noto como unos hermoso ojos verdes la observaban impresionados por su hazaña, justamente cuando noto que aquel empezaba a sujetar la soga hecha en sabanas ella sin pensarlo se había saltado y había caído al mar logrando golpearse un poco, pero logrando resurgir fuera del agua y empezar nadar hacia la costa, logrando sacar miles de maldiciones de parte de Bastian, además de una gran sorpresa por la valentía de aquella pequeña fierecilla, quien no entendía si estaba completamente loca o era una chica muy valiente, pero no había duda que por alguna razón Bastian tenía una pequeña sonrisa en sus labios y un pensamiento que dese ahora nada volvería a ser aburrido en su silenciosa y tétrica villa 

Pero justamente en ese momento, no tenía tiempo para pensar en ello, él había tocado la puerta para explicarle todo con claridad, deseaba poder hablar con ella de lo que en realidad estaba ocurriendo, con el fin de que ella ahora lo viera como un aliado, como un protector, pues lo cierto era que no había podido descansar, desde que la había encerrado en la habitación con la única convicción de que ella pensara que el solo deseaba hacerle daño, cuando en realidad no era de aquella manera, era cierto que él se sentía desolado, pero no hasta el punto de llegar a hacerle daño y mucho menos querría vengarse de alguien que no tenía la culpa de la muerte de su esposa e hija

--Serguei... llama a los guardias, Violeth escapo por el balcón... llama a Máximo...--aquel dio un grito, mientras corría hacia la playa, con solo su pantalón de pijama y sin ningún tipo de camisa, mientras que el viejo mayordomo, quien no podía creer que la chica hubiese hecho tal cosa, además de que aquella noche había sido extremadamente movida, sin contar que hiciera que el amo de la villa estuviese en tal situación al ser un hombre que por muchos años se le vio como si fuese no más que una estatua griega con finos movimientos, vaya que esa chiquilla sabía hacer sus entradas, seguramente mientras aquella estuviese allí nada sería tranquilo, algo le aseguraba que podría llegar a ser de esa forma, pues bien decían, que como se veía el desayuno se daba la comida 

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