Capítulo 6

—No hay necesidad que te diga la dirección de mi casa —hablo sin verle.

—Por qué nunca me dijiste que trabajas de día y estudias de noche —cierra la puerta del carro, se pone el cinturón y pone en marcha el auto.

—Porque no se me ha dado la regalada gana de decirte, además nosotros no somos amigos para decirte que es lo que hago y dejo de hacer —espeto.

—Relájate, no veo el lado malo en que digas que trabajas y estudias, ya que es todo lo contrario, y lo único que te deberías de sentir es orgullo de lo que puedes hacer por sí sola.

—No me alabes Sr. Stone, sin poder conocerme.

—No te alabo, solo que es algo que no cualquier chica puede hacer —gruñe.

—¿Sabe que? Mejor dejemos este tema en el pasado y mejor dígame que es lo que me tenía que decir.

—En tu casa he dejado una sorpresa para ti —esboza una enorme sonrisa.

¡Sorpresa! Será que he escuchado bien o mis oídos ya me están afectando y literalmente quedaré sorda o solamente que el caso sea que soy sorda ante hombres sexi.

—De qué me hablas, no es mi cumpleaños y menos tienes porque darme sorpresas —bufo para luego abrir los ojos—. ¡Me entregarás mi moto! —chillo de emoción.

—Lo siento, pero no te lo puedo decir hasta que lleguemos.

—Aaahh… —rechino mis labios—. Eso no se vale porque es injusto—arrugó mi cara reflejando mi inconformidad.

—No pensé que eras de las personas impacientes —dice sin quitar la mirada del frente.

—Y yo no pensé que tú eras de esas personas acosadoras —contraataco.

—Ya te dije que tu hermana me dio la dirección de la facultad —se justifica.

—¿Y eso qué? —arrugo mi cara—Sinceramente no tienes por qué preocuparte por mí, ya que esta Charlie y mi hermana para acompañarme.

Siendo sincera no sé por qué mencione a Charlie, ya que lo he dejado como un tonto esperándome y lo único que hice fue preferir a este sexi, que a una persona que conozco y he convivido.

—Ese chico que ni sabe como se llama y menos que es lo que quiere en la vida. “No es para ti” —espeta.

—¿Y tú si? —pregunto.

—No soy de enamorarme rusa —masculla—, para mí y la persona que llegue a estar conmigo, lo primero que le diré «“PROHIBIDO ENAMORARSE”» —dice con un tono seco y frío.

Volteo mis ojos haciendo mala cara para luego penetrar la mirada hacia el reflejo de las calles de Vancouver.

***

—Rusa, ya hemos llegado a tu destino —chasquea los dedos sacándome de órbita.

—Lo siento, no me había percatado que te habías detenido —susurro toda desorientada.

—No hay necesidad que me lo digas —sonríe—. Vamos, te encaminaré a tu casa para que veas tu sorpresa.

No espero ni más de tres segundo y desabrocho el cinturón para luego salir como alma que me lleva el diablo. Cierro la puerta del lujoso carro para encaminarme en compañía del sexi.

—Quiero que abras el garaje —ordena—, no me mires así y si quieres ver la sorpresa ve—señala.

Niego con la cabeza y reprimo la emoción que mi corazón siente, acelero mis pasos. Abro el porche para luego correr y abrir el garaje.

Ooohhh… ¡¡¡Puta m****a…!!!

Froto mis ojos al ver frente a mí una ilusión, ¡no puede ser! Creo que necesito un aparato para escuchar y unos lentes para ver.

¿Qué hace una Ducati SuperSport  ̸ DS 2019-2020, color roja? ¡Queeee…!

Es una de las motos soñadas, una inalcanzable, hasta puedo decir que si la llego a tocar mi cuerpo se derretiría con tremenda anímala potente. ¡No es navidad y menos me he sacado la lotería!

¡Wao…!

—Que significa —se me entrecorta la voz, puesto que la emoción me gana y no sé que pensar debido a que está una Diosa dentro de mi garaje.

—Es tu sorpresa —dice cerca de mi oído.

—No… no… no… —niego una y otra vez—. Esto no lo puedo aceptar porque ni en un millón de trabajos la podría pagar—doy media vuelta para quedar frente a él.

—No te la estoy vendiendo rusa, quiero que sepas que es un regalo de mi parte —susurra llevándose su mano al pecho.

—Y yo no te la estoy pidiendo, ya que lo único que quiero es mi moto, mi bebé —alzó la voz—. No te imaginas lo importante que es mi moto, no sabes cuanto desvelos y sacrificios tuvo que hacer mi hermana para comprarla.

—Comprendo, pero la aseguradora me dijo que por lo pronto tu moto no estará lista hasta mmm… —guarda silencio—. Como en unos seis meses o más.

—¿Qué? —mis ojos se abren—Acaso la harán de nuevo—me quejo.

—Lo siento, pero ese fue el informe que me dieron y si quieres puede usar la moto que te traje mientras me entregan la tuya.

Que voy a hacer, no puedo aceptar a la... “Diabla”.

 «¿Cómo es que no la quieres y ya le pusiste nombre?».

¡Cállate Diosa de mi conciencia!

—Es que no es correcto que la acepte —bajo la mirada—. Soy una mujer independiente, con principios y soy de las personas que no le gusta la vida fácil y menos aceptar un regalo súper... “Caritzimo”.

—No bajes la mirada y no es tu culpa, ya que fui yo el que destruyó tu moto —posa su mano a mi quijada y la levanta para verle a los ojos—. Tienes una mirada hipnotizadora, y no te puedo negar que me vuelves loco—masculla con una voz sensual.

—Eres un maldito diablo —jadeo—, solo eres tentarme y tentarme y al fin y al cabo no me dejas nada—entre abro y cierro mis labios.

—Te veré lo más pronto posible —de un solo impacto toma de mi cadera y me jala hacia su cuerpo, para luego darme un casto beso.

Me estoy volviendo una maldita adicta.

—Y por lo pronto —me quejo.

—Acepta la moto y verás que me tendrás ante ti —saca las llaves de su bolsillo, las extiende pero no para dármela, sino para meterla dentro de mi escote, dejándome perdida ante la excitación.

El puto sexi da media vuelta perdiéndose ante mi mirada perdida llena de lujuria y ganas de saciarme mientras yo me quedo como una estatua abandonada, me ha dejado burlada, me ha dejado con las ganas, me ha dejado con “la diabla”.

***

Luego de darme una extra larga ducha me tumbo en la cama, pero eso antes de sacar mi vibrador, «hay fiesta», tengo que quitarme las ganas que el maldito sexi me ha dejado. Abro mis piernas y con mi mano derecha paseo el vibrador por mis labios vaginales mientras que con la otra toqueteo mis senos.

El pequeño vibrador se resbala por mis labios. Me siento húmeda, excitada, y lista para recibirlo. Lo pongo en el nivel dos, y la vibración comienza, por ello cierro mis ojos dejándome llevar, la excitación comienza a incrementarse. Subo la potencia a tres, con mis dedos abro los labios vaginales y dejo que masaje la zona que está junto a mi clítoris. Jadeo al sentir que mi cuerpo se estremece, entreabro y cierro mi boca.

Un calor irresistible se apodera de mí y mi cuerpo empieza a descontrolarse perdiendo los estribos. La Diosa de la lujuria quiere más, separó más mis piernas. Sin quedarme con las ganas elevo el nivel hacía cuatro donde el placer me hace explotar de mil sensaciones, el calor se apodera completamente de mi cuerpo. Arqueo mi espalda estremeciéndome al sentir como mi cuerpo se contrae, y mi mirada deseosa se pierde.

Estoy caliente… demasiado caliente. Pongo el vibrador al nivel cinco. El calor incrementa, se hace cada vez insoportable. Siento como el calor sube y baja mientras que mi cuerpo explota.

Me arqueo en la cama. El clímax me llega mientras oigo mis propios ronroneos. Jadeo aliviada y me convulsiono sobre la cama. Siento como el pequeño vibrador empapa mis dedos. Cierro las piernas con fuerza y me dejo llevar por el momento.

«¡Quiero al sexi Adonis dentro de mí!».

Jayden.

Cruzo esa puerta de vidrio que me traslada al mundo de la perdición y todo vicio que deseo, “Long Table Distillery”, luego de haber salido de la casa de la rusa me vine directo a uno de mis lugares favoritos, pero antes de eso llame a mi amigo William porque tengo que debatir una que otra cosa.

Mientras espero a William iré pidiendo un adelanto con una botella de Vodka Russo-Baltique, es uno de los más finos y más caros del mundo, tal vez entre vaso y vaso me quito la obsesión que tengo con la rusa o más bien me lo puedo quitar con cualquier mujer que se me cruce en el camino.

—¡Aquí estoy! —William hace acto de presencia—¿Qué es lo que te inquieta, ya que necesitas de esta presencia importante?

—No te lo creas porque te caerás solito —suelto de golpe.

—No vine para discutir y dime que pasa en tu vida —penetra su mirada con la mía.

—Quieres un trago —inclino mi cuerpo hacia la mesa.

—¡Claro y ya sé lo que me gusta! —abre sus ojos llenos de deseo.

—Eres único William —niego con la cabeza.

—Sr. —el mesero nos saca de nuestro debate—. Aquí está su bebida—posa la botella, la imagen de la botella emula el diseño de un automóvil clásico Russo-Balt, es de oro, no cualquiera puede obtener este tipo de bebida, puesto que el precio es de 1.3 millones de dólares.

No me culpen, pero tengo como gastar mi dinero y si alguien viene y critica mi vida mejor que vea la suya y busque una de otra manera en superarse y esforzarse, el mundo se ha hecho mediocre por las personas ignorantes… pero ignorantes de pensamientos porque son conformista y uno como ser humano tiene que tener una ambición en la vida y luchar por lo que quiere y desea.

No soy de las personas que gastan el dinero por solo gastar... ¡No! Me he ganado mi dinero con esfuerzos y dedicación, aparte doy donaciones a distintas organizaciones de estudios, organizaciones de niños desamparados, organizaciones de personas con cáncer y con discapacidad. Hago mil cosas para que las personas que necesitan se apoyen y hagan cumplir con sus sueños, pero no ando diciéndole a cuanta persona que se me cruza en frente, que soy una persona que ayuda al necesitado y que gasto mi dinero porque me lo he ganado a pulso, «y es mejor que no sepa la mano izquierda lo que hace la derecha».

Soy consciente de la crisis mundial, pero no puedo hacer más que ayudar a otros y esos otros ayudan a los que necesitan… Admiro a esas personas que trabajan y estudian o a esas mujeres u hombre que velan por sus hijos y trabajan fuertemente para que estudien y sean algo más de lo que ellos no pudieron lograr, lo único que falta es que ese hijo o hija, valore lo que sus padres con tanto esfuerzo han hecho para que estudien, se preparen y trabajen. ¡Pero…! ¿Si el niño o la niña no quieren estudiar? ¿Quiero saber quien es el malo o la mala ahí?

—Tierra llamando a Jayden —interrumpe mis pensamientos, que eran mejor esos a que estar pensando en la rusa—, que tan mal te tiene esa chica.

Tomo mi vaso de Vodka Russo y sin ver a mi amigo tomó un sorbo hasta que me queme la garganta.

—Aaaahh… —saboreo el pequeño sorbo que le di, quedando el paladar al buen gusto de un sabroso Whisky.

—Te equivocas si piensa que con beber y beber olvidaras a la chica que te tiene como un estúpido.

—¿Con cuántos tragos piensas que la olvidaré para buscarme a otra? —pregunto dando otro sorbo.

—Déjala Jayden —dice con tono suave—, ella no merece sufrir y tú sabes perfectamente que el amor no está en tu vida y menos en tu diccionario.

—Lo sé William, pero cada vez que me siento cerca de ella pierdo el autocontrol y me dejo llevar por mis impulsos.

—Aceptó la moto que le escogí —pregunta sirviéndose un segundo trago.

—Mmm… no quiso, pero la obligué o la convencí de una u otra forma —sonrío al recordar que la rusa es vulnerable ante al deseo sexual.

—Aléjate de ella Jayden, si ya le diste la moto será mejor que des la vuelta.

—No lo sé… —de un solo trago me tomo Vodka.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo