Volviendo a amar.

Decidí salir del cementerio hacia la casa de mi nona Clara, sentía una mezcla de sentimientos porque me ponía a pensar ¿cómo habría sido mi vida, si mi madre hubiera logrado escapar de papá? ¿mejor o peor? Eran pensamientos sin respuesta debido a que era una situación que no iba a conocer nunca, solo sé que mi padre me arrebató la posibilidad de vivirla, pero todavía quedan preguntas sin responder sobre mi madre como ¿qué fue lo último que dijo mi padre para que ella le suplicara antes de morir? son cosas que buscaría la forma de saber una respuesta.

Cuando llegue a la casa, decidí conectarme en la laptop porque debía empezar a buscar universidad, vivo en la ciudad de México por Guadalajara aunque era un sitio pequeño, buscaba la forma de salir adelante entre mis sueños estaban ser ingeniera civil o ingeniería biomecánica, todavía estaba decidiendo mi futuro y esperando qué decisión tomaba Alfonso sobre la de él; ya que llevábamos unos meses de noviazgo donde las cosas habían estado bien, solo que habían momentos que me hacían dudar y tener miedo que resultara ser igual a mi padre. 

Las cosas con él iban lentas, porque tenía miedo de apresurar las cosas y que todo fuera mal buscaba la forma de evitar llegar a tener el mismo destino de mi madre. Decidí probarme un nuevo vestido que me había traído mi nona, al mirarme al espejo me describí totalmente; ya que tenía una cabellera abundante de color café claro, ondulado que resaltaba con mi mirada de color miel penetrante, mi tez blanca con cara angelical. Mi vestido me quedaba perfectamente debido a que tenía una figura tipo pera, donde mis senos eran pequeños con mi cintura, pero tenía una cadera ancha ocasionando que resaltaran los atributos en la zona baja, estaba bien para mi estatura de 1,60 cm. 

Baje a acompañar a mi nona; ya que yo era su única compañía porque mi abuelo había fallecido por un ataque al corazón hace dos años aproximadamente, ese día fue muy duro para todos nosotros porque a pesar de que mi padre intentaba mantenerme lejos de ellos, no lo lograba por mi unión espiritual tanto que decidí enterrar la carta que había dejado mi madre sobre la tierra donde se encontraba el cuerpo de mi abuelo, como símbolo de que él también supiera que se hizo justicia a su hija, aunque la haya rechazado al inicio por su forma de ser, sé que la amaba con todas sus fuerzas. 

De mi madre tengo presente la frase “mi maravillosa destrucción”, ¿de verdad un amor puede ser tan significante en tu vida a pesar de que solo te trae sufrimiento en tu vida?, era algo que quisiera saber a profundidad conocido la experiencia de otras personas. Así, que por esa misma razón también había comunicación y periodismo entre mis pensamientos de estudios. 

— ¿En qué piensas, pequeña? — Susurro mi nona mientras me colocaba la comida en la mesa, sacándome de mis pensamientos.

— En todo nona, mi vida cambió drásticamente — Respondí con sinceridad, mientras observaba mi comida causando hambre, porque era mi comida favorita.

— Lasaña, tu preferida pequeña — Confesó mi nona leyendo mis pensamientos.

Comimos y hablamos un poco del día a día, donde le manifesté las tres opciones que tenía en mente. Ella me apoyaba más hacia las ingenierías, porque no quería que me involucrara más en el tema de mi madre porque sentía que me hacía mucho más daño. ¿si viví toda mi vida engañada como no iba a querer saber más? Nos fuimos a dormir juntas y a esperar que nos preparaba el siguiente día. 

Decidí ir a visitar a Alfonso a escondidas; ya que cumplíamos mes. Había pensado en ponerme un jean blanco ajustado con una blusa gris y tenis combinados. Recogerme el cabello un poco que resalta mi ondulación y un maquillaje adecuado en sombras y labial. Iba de camino a la casa de Alfonso cuando observó desde lejos la presencia de una mujer en la puerta con él, se me hacía raro porque no había visto a aquella mujer en lo que lo conocía. Decidí acercarme a ver su reacción donde noté un cierto tono de voz nervioso, mientras me la presentaba diciendo que era una prima lejana de su madre que había llegado hace poco a la ciudad. 

Aunque, dudaba de su respuesta decidí dejarlo pasar con el fin de no arruinar nuestro maravilloso día, donde le di un pequeño regalo que consistía en una manilla de plata para cada uno donde estaba ilustrado nuestro nombre y fecha. Sentía por Alfonso hace mucho tiempo sentimientos, pero no había sido capaz de dar el paso por miedo a perder su amistad, hasta que él decidió dar el paso y se lo agradeció. Hoy iba a ser una fecha especial, debido a que había decidido entregarme a él por primera vez, intentando dejar atrás toda marca de mi padre. 

Entramos a su casa aprovechando que se encontraba solo, se había ido la dichosa prima y su madre no se encontraba en ese momento. Fuimos hacia la cocina, donde me brindo un vaso de chocolate caliente con galletas conversando poco a poco mientras llegábamos a su habitación donde las paredes eran de color blanco con beige, su cuarto era ordenado con pocas cosas, especialmente resaltaba sus instrumentos musicales; ya que le encantaba tocar y cantar era uno de los sueños que tenía a futuro aparte de ser abogado, pero la segunda era más por capricho de su madre para que siguiera el legado de su padre que poco veía. 

Decidí sentarme en la cama de él, donde el colchón era lo más cómodo del mundo. Le pedí el favor de que cerrara la puerta porque quería hablar algo importante. 

— Listo, ¿Qué sucede Eli? — Pregunto sentándose al lado mío. 

— Quiero que experimentemos algo nuevo los dos — Susurre donde el intento hablar, pero lo calle colocando mi dedo índice sobre su boca rosada y carnosa — Quiero ser tuya. 

Fue solo decir esa última frase para que sus ojos se agrandaron y apareciera una sonrisa enorme en su boca. Sentía que no me iba a arrepentir e iba a ser un momento especial, único y romántico entre los dos. Así que, Alfonso decidió acostarme delicadamente sobre su cama mientras me daba de esos besos apasionados y dulces que me hacían creer que el mundo era lindo y no un tormento como pensaba por mi situación familiar. 

Poco a poco nos íbamos quitando partes de nuestras prendas iniciando con las camisas, mientras con sus manos rozaba mi piel sintiendo un pequeño escalofrío placentero cuando lo hacía ocasionando que gimiera, fue un momento íntimo donde nos unimos en cuerpo y espíritu en uno solo sentía que era un momento especial que nunca iba a olvidar y cuando fue el momento de la penetración pensó primero en mí, en que disfrutara y sintiera mi primer orgasmo. Después, fue un poco más fuerte y brusco buscando una satisfacción sexual mutua, durmiendo en sus brazos sintiéndome la mujer más especial del mundo. 

Pasaron como dos horas, cuando escuchamos la puerta de la casa abrirse ¡rayos, había llegado su madre! así que nos tocó levantarnos, alistarnos rápidamente y fingir que estábamos viendo una película, cuando en realidad en toda la habitación olía a sexo reciente, que pena. Cuando subió la madre, golpeó la puerta siendo abierta casi al instante y me brindo una sonrisa al verme, ella me consideraba como una hija más es como un reemplazo hacia el rol de mi madre, aunque nunca iba a reemplazarla totalmente así no tuviera muchos recuerdos con ella. 

Dentro de las cosas que encontramos en el sótano había una pequeña cadena que tenía un corazón de plata que se podía abrir, dentro de él se encontraba una foto de mi madre haciéndome sonreír porque tenía una imagen de ella única, esa misma cadena la tenía colgada sobre mi cuello sintiendo que ella me acompañaba cada día, mientras que de mi padre tenía una pequeña pulsera en mi brazo derecho donde tenía tres mariposas. Me la había dado cuando cumplía quince años, aunque tenía dolor hacia él y sobre lo que nos hizo igual supo aprender a ser un buen padre, lástima que sucedió cuando mi madre había abandonado este mundo. 

— ¿Cómo se encuentra la Sra. López? — Pregunte saliendo de mis pensamientos.

— Muy bien, me alegra verlos juntos — Confesó brindándome una sonrisa y volteando a ver a su hijo _ Por favor, necesito que vayas por unas cosas para la comida. 

— ¿Usted ha invitado a gente recientemente en la casa Sra. López? — Pregunte con curiosidad en la cocina, una vez Enrique se había ido.

— No, ¿por qué? — Respondió con curiosidad mientras se colocaba el delantal. 

— Curiosidad — Confesé mientras recordaba a la dichosa prima de mi amado. 

Alfonso llegó con los implementos y se sentó en el sofá a ver su partido de fútbol. Era fanático de eso, especialmente del equipo de Barcelona, aunque no le encontraba gracia, igual lo acompañaba en sus gustos. Decidí cocinar al lado de la Sra. Hernández donde preparamos sopa de lima, es decir, es un caldo con pequeños cortes de pollo, orégano, clavo y comino quedando espectacular. Después de cenar, decidí ir hacia mi casa en compañía de mi nona. 

Fue un día agotador, aunque seguía sintiéndome extraña debido a la presencia de esa dichosa prima. Pero bueno, decidí ir a acostarme a dormir a ver si podía despejar mi mente ya que mañana será un nuevo día. Cuando me levanté, lo primero que hice fue pasar una propuesta a tres universidades diferentes. 

La primera propuesta era para la Universidad Nacional Autónoma de México para aplicar a ingeniería civil. La segunda propuesta para la Universidad Abierta y a Distancia de México aplicado a ingeniería biomecánica y finalmente, a la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia en la ciudad de Bogotá. ¿Por qué la última opción iba a estar lejos de mi hogar? por decisión de mi nona; ya que ella sentía que si estudiaba periodismo aquí iba a seguir indagando sobre mi madre y ella quería mantenerme lejos de todo esto, así que acepte donde solo quedaba esperar la decisión de cada universidad y cuál iba a ser mi destino.

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