La Tormenta

Fuimos en su auto, realmente quería distraerme de todo, sentirme mejor, dejar de pensar en todo tan solo por un instante. Quería beber hasta el amanecer, no recordaba si dejé las ventanas cerradas… supongo que sí. Normalmente solo las habría cuando arreglaba el departamento, no quisiera que Oreo se salga, le podría pasar algo…

En fin, llegamos a un bar, pasamos ahí hasta la media noche. Estuvimos bebiendo y divirtiéndonos, me sentía libre, Sarahí… ya estaba mal, al parecer era de mente sensible… si saben a lo que me refiero… ya estaba borracha realmente, así que tenia que cuidar de ella por obvias razones. También le quite las llaves del auto, nadie quería que tuviera un accidente, así que yo como una persona en mejor estado que ella, tenía que hacerme cargo... Sarahí, aunque estuviera mal, seguía bebiendo, me sorprendía su resistencia… bueno, estando así creo que cualquiera resiste. No sabía si irnos a casa o seguir tomando, en cualquiera de los dos casos ya estaba ebrio. Así que, mejor aprovechar que quería seguir tomando, ya que no me suele gustar mucho la bebida, como sea Sarahí empezó a balbucear, no la escuchaba muy bien, tenía el pelo revuelto, así que le recogí el cabello…

-(Sarahí)- Ethan… sabes… la razón por la cual no dejaba a ese patán… era porque no me sentía segura de hacerlo… cada vez que lo pensaba… también me venían ideas de que podría pasar, normalmente me sentía sola. Si lo hacía tenía miedo de ser débil, y regresar con él… pero tu me ayudaste, cuando me besaste, me hiciste sentir como si hubiera sido mi primer beso… en ese momento me hiciste abrir los ojos, y me diste la fuerza para hacerlo. David era un patán con el cual no tenía nada bueno, realmente has hecho tanto por mí, que no sé cómo compensártelo, al fin me sentía segura con una persona… muchas gracias…. (mientras le empezaron a salir lágrimas).

Siento que no había hecho nada más que una simple cosa por la adrenalina… solo la abracé… porque sentía que le hacía falta uno, al igual que a mí. Pasaron las horas y seguíamos bebiendo, ya eran las 3 am, compramos unas cuantas botellas extras para el camino, Sarahí me miró…

-(Sarahí)- Ethan… eres un chico lindo, pero después de tantos tragos, estas como para comerte…

¿Qué? Jaja, no sabía si sentirme halagado o con ganas de vomitar… al parecer eran las dos, pero con más ganas de la segunda opción. Busqué un baño pronto, al fin y al cabo, Sarahí también necesitaba uno. Llegamos a una gasolinera, mientras cargaba al auto Sarahí se apresuró al baño, realmente ya se le regresaba todo… al igual que yo, dejé el auto ahí mientras fui apresurado al baño, al menos después de eso me sentía un poco mejor. Me miré al espejo… me veía fatal, siento que la frase de, te ves como te sientes es real. Me mojé la cara, traté de arreglarme un poco, y volví al auto, ya estaba con gasolina suficiente, y Sarahí regresaba de pagar. También había traido snacks, me hacían falta unos cuantos…

-(Sarahí)- Bueno, ahora tenemos bebidas y comida, solo nos queda saber, ¿a dónde vamos?

Buena pregunta… a dónde ir, a las 4 am…

-(Yo)- Conozco un lugar… es fuera de la ciudad, se ve el amanecer vamos pronto, te encantara…

-(Sarahí)- Está bien, confío en ti Ethan en que lleguemos a salvo…

Mientras íbamos, fuimos conversando, riéndonos de cosas absurdas. Esa noche realmente me volví a sentir bien, volví a sentir que era yo, y luego de unos instantes habíamos llegado. Era una colina en lo alto de la ciudad, era un mirador, y para nuestra suerte el cielo estaba despejado, eran las 5:30 am y dentro de poco iba amanecer. Me detuve y estacioné el auto, teníamos una vista increíble… recogimos los snacks y nos sentamos enfrente del vehículo, al fin había dejado de pensar en todo, al fin me sentía tranquilo…

-(Sarahí)- Ethan… es hermoso… gracias por traerme, es una excelente vista, pero hace mucho frío…

Es verdad, ella solo había salido con una blusa y unos pantalones ajustados, nada para el frío, me saqué mi chaqueta, y se la entregué, posterior a ello la abracé… me sentía tan como…

-(Sarahí)- Ethan, ¿te puedo preguntar algo?… pero quiero que seas sincero…

No sé porque esas palabras me suenan a cliché, pero está bien… no tenía nada más que hacer ¿cierto?

-(Yo)- Claro… dime qué sucede…

-(Sarahí)- Bueno no me contestaste lo del otro día… lo de si te gusto… ¿me podrías contestar ahora?

Lo dijo mientras se iba acercando suavemente, sentía que nuestras miradas se acercaban, ella me tomaba por el cuello, y yo la abrazaba por la cintura.

-(Sarahí)- Dime… realmente, ¿te gusto…?

Preguntó nuevamente mientras rozaba sus labios con los míos, cerraba los ojos, al igual que yo… en ese momento no pude pensar en nada más que en besarla… la tomé fuertemente por la cintura y la empuje hacía mí. La besé, saboreé esos labios nuevamente, mientras ella se puso encima de mí, yo recorría su cuerpo con mis manos, sus labios seguían con ese toque de fresas, y mis manos habían propasado algunos limites. Me metí entre su ropa, su piel era suave como la seda, llegué hasta su bra, sin dudarlo lo safé, se desprendió al instante. Ella retrocedió, me miro, y con fuerza levantó mi camisa, luego de aquello, tomó mis manos para que le quitara su blusa, salió junto con su sostén, quedó al descubierto. En ese instante decidí parar, no tenía protección, no quería cometer un error…

-(Yo)- No… no podemos, no tengo protección.

-(Sarahí)- Claro que si la tienes…

Dijo mientras sacaba de su bolso una funda con un paquete de condones… ¿a qué momento los había comprado? Cuando compró los snacks, me supongo. Pero, igual no estaba bien, estaba ebria, y no quería ser el motivo o razón que solo lo haga por estar ebria. Me puse de nuevo la camisa y a ella la cubrí con la chaqueta.

-(Sarahí)- Pero… ¿qué haces?

Me lo dijo mientras intentó levantarse sin éxito del suelo.

-(Yo)- Sarahí… estás ebria…

-(Sarahí)- No mira, puedo caminar…

Trató de levantarse por segunda vez, sin éxito de nuevo, evidentemente estaba ebria y no estaba bien hacerlo. La subí de inmediato al auto, ya estaba amaneciendo, y era momento de volver a casa… le ayudé a levantar y la puse en los asientos de atrás, se quedó dormida al instante. Lo sabía… si lo hubiera hecho no me hubiera perdonado… conduje hasta casa, estaba muerto del sueño y cansancio. Al parecer aún no perdía el toque, no logré emborracharme por completo. Así que para el momento de llegar a casa ya estaba como nuevo, habilidades que no se pierden… estacioné el auto, y cargué a Sarahí, la llevé hasta el departamento… cuando llegamos me dijo que quería ir de inmediato al baño, quería vomitar. La llevé de inmediato se arrodilló, le recogí el cabello e hizo lo suyo, bueno al menos no ensucio dije dentro de mí. La llevé a la recamara, la cobijé y me senté en el suelo para revisar que no quisiera ir de nuevo, realmente estaba exhausto y sin darme cuenta… me dormi cuando desperté… Sarahí estaba regresando del baño, me miró y me dijo:

-(Sarahí)- No recuerdo mucho de anoche… pero se nota que tuvimos una gran fiesta… (lo dijo mientras sonreía).

-(Yo)- Bueno, al menos ahora ya puedes levantarte (lo dije mientras me reía).

-(Sarahí)- Creo que tengo unos pequeños recuerdos, de mi intentando levantarme en una colina, la vista era hermosa, pero lo que paso después, no sé qué paso…

-(Yo)- Tan solo… no pudiste levantarte… jaja, es todo.

-(Sarahí)- ¡Eres un mentiroso Ethan Carson! Jaja, fuiste todo un caballero, recuerdo haber comprado condondes para usarlos, pero veo que siguen sellados… y a parte de eso, tengo unos pequeños recuerdos de que había un chico encantador diciéndome que estoy ebria, y que no lo haría en estas condiciones…

-(Yo)- Te equivocas debió ser otro Ethan, jaja, yo lo único que sé… es que te dormiste después de llegar a la colina, el resto pasó en tu imaginación…

-(Sarahí)- Cuál haya sido el caso, ese Ethan es realmente un caballero, ya hay muy pocos de los de esa clase. Me alegra que seas uno, jaja, pero bueno lo que quiero ahora es unas aspirinas urgentes… no siento la cabeza…

-(Yo)- Eres una débil… jaja, no bebimos tanto como para que estes así. En fin, ya te traigo tus aspirinas para tu dolorcito… jaja.

Realmente estaba alegre… no había nada que pudiera arruinar esto… recogí las aspirinas del baño y había un poco de gaseosa en la refrigeradora. Se las llevé para su terrible dolor de cabecita… jaja.

-(Yo)- Ten niña, espero te pase pronto… olvidas que tenemos que buscar un lugar para ti y ya es la 1. Así que… apresúrate.

-(Sarahí)- Aigh… está bien… ahora voy, solo déjame descansar un momento… (mientras cerraba los ojos y se acostaba).

-(Yo)- No niña. Levántate, luego se nos hace tarde tenemos que buscar un lugar, ¡¡pronto!!

-(Sarahí)- Está bien… pero este Ethan gruñón no me gusta…

¿Me dijo gruñon? Claro, ahora soy un caballero gruñon, solo me faltaría un burro, ser de color verde, y esto seria una película animada. Como sea el caso, Sarahí ya se iba a cambiar, hasta eso me duché pronto, me cambié, y cociné algo pronto… hablando de comida no había visto a Oreo, tal vez sigue durmiendo, es un perezoso, así que, le dejé comida en su plato y apresuré a Sarahi a comer. Ya eran las 3 pm y debíamos encontrar un sitio para ella, terminamos y salimos de prisa, cogimos el coche y recorrimos varios lugares que vimos en internet; por el centro de la ciudad exteriores, conjuntos, ninguno nos convencia. Hasta que al fin ya oscureciendo encontramos un lugar, era un hermoso departamento, con una vista de la ciudad en el sexto piso, era increíble, me había encantado. Sarahí y yo nos convencimos al instate, firmó de inmediato los papeles, y estaba todo listo, hace un tiempo que quería hacer esto, tener su propio departamento fuera de David. Así que se había comprado varios muebles, cocina y refrigeradora, todo lo que se podía necesitar, por lo que vi, para ya tener todo, significaba que ya era mucho tiempo que quería separarse de él.

-(Sarahí)- Y, ¿qué tal está todo? A mi me encantó, siempre soñaba con un departamento así, y ahora al fin lo tengo, gracias a ti… por darme las fuerzas para hacerlo. Bueno, la mudanza ya se esta realizando. El almacén donde tenían todas mis cosas ya las está trayendo, solo me quedaría mi ropa y el cuadro que están en tu casa. Vamos para allá, hasta eso aquí ya deberían de terminar.

-(Yo)- Sí, vamos, que Oreo me debe estar esperando.

Nos dirigimos a mi casa, estaba a media hora, nada lejos. Cuando salimos del edificio empezó a llover, y algo me decía que no estaba bien en casa, le dije si podía conducir a Sarahí, no tenía un buen presentimiento…

Aceleré lo más que pude, tenía que llegar pronto a casa, cuando llegué, subí de inmediato al departamento, Oreo no me saludo como siempre lo hacia… revisé su plato en la cocina, seguía lleno, no había comido. Lo busqué en todas partes junto a Sarahí… y sentí una ligera brisa… volteé a ver, la cortina se movía por el viento…

-(Yo)- Sarahí… ¿por qué… la ventana está… abierta?

-(Sarahí)- Oh… no, lo lamento… ayer mientras hablabas con Abigail no lograba escuchar con claridad, que decían… y yo… solo abrí la ventana un poco para escucharlos, no… no me di cuenta que la dejé abierta… yo enserio lo siento… entraste tan rápido que no me dio tiempo a cerrarla…

Oreo había salido, desde hace cuánto… dónde podía estar… era la primera vez de él estando afuera sin mi. No sabía qué podía sucederle, salí de inmediato al patio, miré en todas direcciones, no sabía a dónde pudo ir.

Estaba lloviendo demasiado fuerte, Oreo debía estar asustado, en cualquier lugar, tal vez hasta atrapado, en problemas… pero… ¿DÓNDE?

¡¿Cómo buscaba a un gato?!… en una zona tan grande. De repente, escuché un maullido, ese debía ser Oreo, empecé a correr inmediatamente desde dónde venía el sonido, llegué hasta la avenida. Era Oreo, en suelo… acostado… un auto lo había atropellado, por la dirección de mi pequeño hijo, estaba regresando… Oreo yacía en el pavimento, corrí inmediatamente donde estaba él, empece a llorar sin contenerme…  con la lluvia no se notaba, pero estaba llorando más que nunca. Al parecer bajo la lluvia no se ven las lagrimas, bajo la lluvia al parecer, todos son felices…

Sarahí estaba atrás de mí, se sentó en la vereda mientras se cogía el cabello, no sé si estaba llorando o no, no se distinguía… levanté a Oreo, lo amarqué, tenía que llevarlo de inmediato al veterinario… Sarahí fue conduciendo lo más rápido que podía, yo mientras tenía a Oreo en mis brazos como si de un recién nacido se tratara. Solo lo miraba a él mientras pensaba, ¿y si no hubiera salido? Si me hubiera quedado esa noche como todas, no se habría salido… no estaría así… me culpaba por lo que le había pasado… pero sentía un odio más grande… por aquella persona que abrió esa maldita ventana, solo para escuchar el chisme…

Llegamos donde el veterinario, Oreo me veía a penas conciente, con su mirada recordé la primera vez que lo vi. Era tan pequeño que cavía en mi mano, para dormir se acomodaba debajo de mi brazo…

-(Yo)- ¡Doctor! Debe salvarlo… por favor… no importa qué necesite hacer, solo ¡sálvelo! Es todo lo que tengo, no me queda nada en esta vida, más que Oreo… sálvelo por favor…

-(Sarahí)- Pagaremos lo que sea Doctor, solo hágalo, por favor…

Me senté en el piso mientras veía que se lo llevó a dentro, no sabía qué hacer. Sarahí decía cosas como lo siento o lo lamento… pero no le prestaba atención, tenía tanto en mi cabeza que dejé de escuchar todo a mi alrededor, y solo esperaba que salga el doctor, para darme buenas noticias. Luego de un momento salí de la clínica a tomar un poco de aire, había una luna hermosa… tome fuerzas y volví adentro, el doctor estaba saliendo…

-(Doctor)- Lo lamento, hice todo lo que estaba en mis manos, pero Oreo no sobrevivirá. Por el fuerte impacto fueron dañados varios de sus órganos, no hay forma de ayudarlo, más que hacerlo dormir para que deje de sufrir…

No había escuchado nada mas, después del no sobrevivirá… me quedé en blanco… me puse contra la pared… no sentía nada, me sentí completamente en blanco… dejé de existir por varios segundos… hasta que el doctor me toco la espalda…

-(Doctor)- Señor necesitamos su aprobación para sedar a Oreo… él lo necesita…

Era como un zombie, moví la cabeza en señal de afirmación…

-(Doctor)- Dormiremos a Oreo, si desea estar con él en sus últimos minutos, por favor acompáñeme…

Seguí al doctor hasta donde estaba el pequeño… se veía mal… en ese momento regresé en mí, y se me fueron las lágrimas nuevamente. No pude contenerme, era parte de mi vida, no podía aceptarlo… entre lágrimas acaricié a Oreo…

-(Yo)- Oreo… siempre fuiste un buen chico… aunque un poco travieso tal vez, pero siempre estuviste ahí para mí… siempre ayudándome en mis peores momentos... tu fuiste la única compañía que tenía. Incluso cuando se fue Abigail, solo tu estuviste ahí… así que, aquí me tienes para ti… así como tu estuviste para mí, yo estoy aquí… fuiste un buen chico y el mejor amigo que pude pedir… puedes irte en paz… sabiendo que fuiste el mejor gato del mundo… sabiendo que hiciste un gran trabajo como compañero…

Oreo me miró fijamente mientras cerraba lentamente los ojos, como diciéndome gracias por todo. Me dio una última lamida a mi mano… dejando de respirar… Oreo… se había ido… y con él una parte de mi….

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