Capitulo 4

Me quedé callada ante la pregunta y después de un silencio incómodo:

- No, no tomo nada - le contesté fingiendo estar avergonzada-.

- Tranquila, usaré condón, déjate llevar Ana Laura, no pienses sólo siente.

Me miró fijamente a los ojos, después siguió besando centímetro a centímetro mi cuerpo, me besaba desde la punta de mis manos hasta abajo de mis piernas y yo sólo podía retorcerme de placer, después llegó a mis labios con un beso apasionado y largo, bajando por mi cuello y llegando a mi ombligo, mientras sus manos se deslizaban para quitarme las bragas y detenerse ahí, besándome la ingle las piernas y después, metió sus manos en medio de ellas, yo me estaba volviendo loca y después él se acercó de nuevo a mis labios y me devoraba a besos, después se quitó el pantalón y se puso el condón, se subió encima de mí, yo sentí un alivio, me estaba muriendo de ganas de sentirlo dentro de mí, empezó a moverse con movimientos lentos, para después acelerar el ritmo y hacerme llegar al cielo, después de eso se quedó abrazándome y me dijo:

- Espero te haya gustado Ana Laura.

- Me ha encantado- le respondí.

- Tú me encantas a mí.

- Y tú más a mí, aún no puedo creer como me dejó salir contigo mi madre.

- Pues ya vez, por lo encantador que soy.

- Sí lo eres.

Nos quedamos recostados un rato y después de un rato, me llevó a mi casa, llegamos ahí exactamente a las 11:15. Marco Antonio, como siempre bajó a abrirme la puerta y me dio un beso apasionado, yo caminé hacia mi casa y el me acompañaba, abrí la puerta de mi casa y ahí estaban mis papás en la sala viendo la televisión.

- Buenas noches señor, cómo les dije que la traería, aquí estamos.

- Muchas gracias joven- papá le respondió.

- Bueno, ya es tarde para visitas- mi madre dijo.

- Si, estoy consciente de eso señora y ya me voy, sólo una última cosa, Ana Laura y yo somos novios y quiero hacerlo de su conocimiento.

- Gracias por decirnos joven y cuando quiera venir a ver a Ana Laura, es bienvenido- contestó mi padre.

- Muchas gracias señor. Ahora sí me retiro, con permiso.

- Te acompaño a la puerta- le dije.

- Claro, vamos.

Nos despedimos con un tierno beso y él se fue. 

Entré a mi casa muy contenta, les di las buenas noches a mis padres y subí a mi cuarto, me acosté en la cama, asimilando lo que pasó, Marco Antonio y yo habíamos hecho el amor y había sido el mejor momento de mi vida, él realmente era maravilloso y era lo mejor que me había pasado, pensaba en él cuando recibí su llamada.

- Preciosa, ¿te desperté?

- No, aún no dormía Marco Antonio.

- Que bueno, mañana paso por ti para ir a comer, ¿qué dices?

- Sí, está bien, me encantará que comamos juntos.

- A mí también, bueno, ya duerme preciosa que debes estar cansada y mañana te veo.

- Si buenas noches Marco Antonio.

- Buenas noches Ana Laura.

Colgamos y yo, me levanté a desmaquillarme, cuando recibí un mensaje de texto, no era de Marco Antonio, como pensé, era de Leo y decía:

"Hola Ana Laura, amiga mi tía sigue aquí, sólo quería saber, ¿cómo te trató mi jefe?

Yo de inmediato, le respondí, no podía decirle por teléfono que ya éramos novios Marco Antonio y yo, así que mi respuesta fue:

"Me trató de lo mejor, no te preocupes, descansa"

Enseguida llegó su respuesta.

"Tú también descansa Ana Laura"

Dejé el teléfono en la mesa de noche y me terminé de desmaquillar, después me fui a la cama y me quedé dormida. 

En la mañana, me levanté, desayuné con mi familia y me fui de compras con mi madre, después de un tiempo empezó a interrogarme.

- Ana Laura, hija estás muy distraída.

- No mamá. Perdón.

- Ana Laura, ¿en dónde conociste a ese muchacho?, no lo habías mencionado.

- Es que se me había olvidado mencionarlo. Pero nos acabamos de conocer el viernes.

- ¿Este viernes? Y son novios ya, no pues que rápido son ahora los jóvenes.

- Mamá. Sé cuidarme, lo prometo, no te preocupes en serio.

- Eso espero Ana Laura. Porque no me gusta nada.

- Si mamá, no te preocupes.

Seguimos comprando las cosas del centro comercial y después nos fuimos a la casa, ayudé a mi mamá a preparar un pastel para una de mis hermanas ya que era su cumpleaños y sin querer se hizo tarde y me subí a bañar para irme a comer con Marco Antonio.

Bajé muy arreglada y mi madre como era su costumbre, me regañó.

- Ana Laura, ¿no pensaras salir verdad?

- Mamá, iré a comer con Marco Antonio.

- No, es domingo, es día de estar con tu familia.

- Mamá por favor.

- No, y es no Ana Laura.

Papá sólo se quedó en silencio, estaba a punto de decir algo cuando tocaron la puerta. Mi papá se acerco a la puerta y la abrió. Yo le seguí.

- Buenas tardes señor, señora, vine por Ana Laura.

- Marco Antonio, es domingo y mi mamá dice que debo estar aquí con mi familia. -le dije.

- No te preocupes preciosa, nos vemos mañana, te busco en...

- Marco Antonio, -le interrumpió papá- ya que iban a comer juntos mi hija y tú, ¿por qué no te quedas a comer con nosotros?

- Si no tienen inconveniente, -le dijo un poco sorprendido- me encantaría.

- Adelante, entonces, siéntate- lo invitó mi papá.

- Muchas gracias señor.

Yo acompañé a mi madre en la cocina y después pusimos la mesa, cuando todo estuvo listo, todos pasamos a la mesa. Cuando todos terminamos de comer ayude a mamá a llevar todo a la cocina. Y cuando regresamos le preguntó a Marco Antonio.

- Marco, ¿Te gustó la comida?

- Deliciosa, señora muchas gracias.

- Qué bueno que te gusto, ahora dime, ¿a qué te dedicas?

- Soy periodista señora, trabajo en la prensa del gobierno del estado.

- Que bien, y ¿cuántos años tienes?

- Tengo 28.

-oh, así que... -empezó mamá

- Leticia por favor - la interrumpió mi papá.

- No se preocupe señor, está bien.

Después de un duelo de miradas, mis padres se subieron a su habitación, Marco Antonio y yo nos quedamos a solas en la sala y nos empezamos a besar apasionadamente, ignorando que mi madre, nos veía desde la planta alta, cuando de pronto lanzó un grito...

- Ana Laura, no permito este comportamiento en mi casa. -el grito de mi madre nos dejo paralizados.

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