Capítulo 5

El día había llegado y no podía estar más nerviosa, decidí preparar un plato típico de mi país: Venezuela, lo más dificil de hacer estaba listo que era la carne y los frijoles negros, aunque en Venezuela le llamamos carne mechada (pues esta se deshilacha) y caraotas negras, en fin, eso lo había hecho la noche anterior, la verdad es que los frijoles llegan su tiempo y para que queden en condiciones perfectas fueron dos días enteros de trabajo, luego la carne para mechar, también tardaba lo suyo en la olla express. 

En fin, la cosa es que estaba todo listo, los chicos iban conmigo emocionados a las 4am hasta el canal, al llegar habían muchas personas en las filas, estábamos en primavera por lo cual el clima estaba fresco, Joshua me ayudó a bajar las cosas y llegamos hasta donde debía registrarme. 

La chica me dejó saber que podía pasar directamente a esperar, los invitados iban a otro lugar y así se hicieron las nueve de la mañana, cuando llegó mi turno, dos personas más aparte de mí entramos con nuestras cosas en un carrito de comida hasta el gran estudio, sin poder evitarlo miré mi ropa y me aseguré de que mi cabello estuviera bien solo por el jodido Ethan Hartz, tenía un vestido veraniego de flores junto  mis botas de combate, me sentía bien con lo que llevaba puesto.

 —¡Bienvenidos futuros aspirantes! —comenzó Evie Montier— A la séptima edición de Chef Top, esperamos que su estancia sea agradable y su comida también, pueden empezar. 

Con eso todos comenzamos a sacar nuestras cosas y calentarlas y cocinarlas, teníamos quince minutos para terminar el plato, de reojo veo como Ethan junto a Cedris se levantan de sus puestos y comienzan a hablar con uno de los participantes hasta que se enfocan en mí. 

—Irene Cruz —dice Cedric, levanto mi mirada y Ethan está mirándome fijamente con una sonrisa extraña en su rostro—, ¿cómo te sientes de estar aquí?

—Realmente afortunada, no pensé que entraría —contesto sin dejar de cocinar. 

—¿Qué estás haciendo para nosotros? 

—Estoy haciendo “Pabellón Criollo”, es un plato típico de Venezuela —sonrío alegre. 

—¿Eres de Venezuela? —pregunta Ethan, a lo que asiento sin dejar de cocinar— ¿Cómo llegaste a USA?

—Gané una beca cuando tenía ocho años, esa beca permitió traer a mi familia a USA, a pesar de que fueron momentos muy difíciles, logramos sobrellevarlo y aquí estamos ahora. 

—¿Eres médico, no es así?—dice Cedric.

—Sí, médico cirujano. 

Ellos sonríen y prueban mi comida, la cara de ambos es de satisfacción, me desean suerte y se van de nuevo a sus asientos, me quedan cinco minutos y comienzo a emplatar este manjar de dioses que viene directo de Venezuela. 

Ethan. 

Se veía hermosa, no puedo negarlo, pero cuando probé esos frijoles negros quedé engatusado por su comida, sabía que no me había equivocado al dejarla entrar directamente al concurso, esta chica es una dura en todo, o eso espero. 

Su concentración me deja perplejo, así como su habilidad con el cuchillo, su mano no tiembla ni un segundo, cosa que es lógica, pues es cirujana, pero su habilidad en la cocina es innata. Tiene un hijo de diez años, cuando un posible aspirante envía la solicitud es importante para el programa saber su historia, la de ella con su hijo es fuerte, sobretodo porque ella vive con el padre de su hijo y son mejores amigos según lo cuenta ella, la verdad no creí eso y sentí una punzada que no me agradó. 

Evie se levanta y anuncia que se acabó y tiempo y que deben levantar sus manos, todos lo hacen en compás, Irene no se atreve a mirarme sino que mira a mis amigos, Evie, Cedric y yo crecimos técnicamente juntos, Cedric y Evie son mayores que yo por unos años sin embargo, hemos estado en el medio desde siempre y nos conocemos desde pequeños, somos mejores amigos, de eso no hay duda. 

Comenzamos a pasar por las cocinas de los aspirantes, uno de los chicos que está compitiendo contra Irene es muy prepotente haciéndome perder la paciencia pues no solo es prepotente sino que dejó la cocina hecha un asco.

—¿Quién te crees para hablarme así? —suelto venenoso, la cara del chico se torna pálida— ¿Has visto lo asquerosa que está tu área de trabajo?— él observa a su alrededor y hace una mueca— Ve el área de Irene, impecable y se ve que su plato es complicado.

—Todas las personas son diferentes —dice mordaz. 

Asiento y ni siquiera me tomo la molestia de probar su plato, pero por el audífono que tengo en mi oído me piden que lo haga pues por su actitud será admitido en las cocinas, a regañadientes lo pruebo y a mi pesar está delicioso, el plato del otro chico estaba fatal y luego llegamos hasta Irene, sus mejillas están rojas y levanta su cara para verme con orgullo y sé que me desafía por lo que le dije en el hospital. 

—Presentanos tu plato Irene —le pido

—Esto es un “Pabellón Criollo”, es un plato típico de Venezuela, mi país de origen, está compuesto por carne de res deshilachada y aliñada con un sofrito, junto a unos frijoles negros al igual que la carne lleva un sofrito junto a panela, que es básicamente la caña de azucar sin tratar demasiado, arroz blanco junto a unas tajadas de platano frito, espero lo disfruten. 

La manera en la que ha decorado el plato es perfecta, la armonía de cada cosa se nota, cada uno tomamos la cuchara y agarramos un bocado como Irene nos indica y lo probamos, la cara de mis compañeros es de fascinación total y es que no hay que negarlo, el plato está exquisito, el sabor de los frijoles que son un poco dulces junto la combinación de lo demás hace un conjunto perfectamente balanceado, se perciben los sabores de cada ingrediente que era lo que más me preocupaba de este plato, pues tenía muchos elementos. 

Nos regresamos a nuestros puestos, y comenzamos a comentar sobre cada uno de los platos, los que nos gusto y lo que odiamos, todos estamos de acuerdo con que Pepe es un imbécil y es por esa razón que entrara a competencia, detesto a veces que esto se haga solo por rating pero no podemos hacer nada más. 

—El plato de Irene es perfecto —dice Evie—, todo perfectamente balanceado.

—Sí —decimos al unísono Cedric y yo. 

Caminamos y nos paramos frente a ellos que ahora están delante de las cocinas. 

—La verdad es que solo un plato estuvo a la altura de este programa, el otro no estuvo malo, pero tampoco extraordinario— comento—, pero hubo uno que quedó terriblemente mal— Irene traga grueso—, el primer delantal se lo lleva la persona que hizo un platillo perfecto, balanceado, delicioso y que supo resaltar los sabores de cada una de sus preparaciones, en este plato todo brillaba y es perfecto, este primer delantal es para tí… —ellos se quedan a la expectativa— Irene. 

La sonrisa de Irene crece en un instante y es inevitable no sonreír con ella, pues se ve genuinamente feliz, ella comienza a brinca mientras dice mil veces gracias abrazo a Evie y Cedric, cuando llega a mí recibe el delantal y me da una abrazo que me hace sentir mil cosas en un segundo de tenerla en mis brazos. 

—Sabía que lo harías fenomenal —le susurro al oído haciéndola estremecer, ella vuelve a agradecer y sale por las puertas de lo que será ahora su nuevo hogar. 

Irene.

Las piernas me temblaban, parecía un sueño lo que estaba viviendo en este momento y no fue hasta que Joshua me tuvo en sus brazos que reaccione de lo que había sucedido, estaba dentro de Chef Top, era parte del programa y era uno de los que se estaba jugando el ganar el concurso. 

La felicidad no cabía en mi pecho.

Regresamos a casa celebrando, riendo y bailando hasta que en la sala de estar la madre de Joshua nos esperaba con su cara de limón agrio junto a una rubia despanpanante, la chica habitual de Joshua. Este arquea una ceja hacia su madre y mira a la rubia como si no supiese quien es. 

—Dorian, hijo, ven a saludar a tu abuela. 

—No, mientras sigas hablando mal de mi madre, usted no es mi abuela, con permiso. 

Dorian pasa por su lado con cara seria, desde pequeño a Dorian lo hemos criado de una manera “no convencional”, cosa que a Martha no le ha gustado, siempre ha reprochado todo, pues Dorian no permite que lo besen solo porque “es familia”, le hemos enseñado el valor de consentir cada acto, que se sienta seguro y bueno es claro que lo que viene ella  a decirnos no nos gustará para nada, estoy preparada para la contienda pues Joshua no tolera a su madre, ya que gracias a ella yo intenté suicidarme.

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