Capítulo 1

Había pasado una semana de que envíe la inscripción para el programa de cocina y aún no había recibido nada, eso me tenía tan desanimada que se reflejaba en mi trabajo, hoy estaba en urgencias, ser residente a punto de ser médico de base me mantiene ocupada, estoy terminando la sutura en la mandíbula de un adolescente cuando unos gritos de mujer se oyen en toda la emergencia, respiro profundo, espero que la persona esté en su lecho de muerte para justificar esos gritos de m****a.

La chica sigue gritando y yo le ordeno a una enfermera que termine la sutura por mí y me acerco hasta la rubia despampanante que sigue gritando como si su vida dependiera de ello, le toco el hombro y ella se voltea a verme, cuando ve mi uniforme azul oscuro suspira. 

—Es mi novio por favor. 

—Primero necesito que se calme, respire profundo y deje de gritar pues altera a los demás pacientes —la chica voltea los ojos pero se calla. —¿Dónde está su novio?

—En el auto.

Salimos y le digo que debe mover su carro pues esta es la entrada de emergencia de ambulancias y el que esté ahí puede perjudicar vidas, me asomo en el asiento de atrás y me quedo petrificada cuando logro detallar el perfil del hombre que lleva su mano vendada con una toalla, su perfil es perfecto, por supuesto que es perfecto si es Ethan Hartz. Salgo de mi estupidez cuando sus ojos verdes conectan con los míos haciéndome sentir más pequeña de lo que soy. 

—Señor —respiro para que no se me note el tartamudeo— Hartz —sus ojos se expanden y yo solo sonrío— salga del auto para evaluar esa herida. 

—Le dije a Rebeca que era una pérdida de tiempo —dice con brusquedad. 

—La toalla no aguanta más sangre y está a dos minutos de perder la conciencia —digo señalando su mano, cuando él baja la mirada no tarda en salir del auto y dejarse escoltar hasta una de las camillas de emergencia.

Entro junto a los enfermeros, y llego hasta dónde está Ethan Hartz, que al sentir mi presencia vuelve a mirarme de una manera que me hace sentir cosquillas en todo mi ser, sacudo la cabeza y camino hasta donde están las cosas para desinfectarme y procedo a colcocarme los guantes, me acerco a él que sigue penetrandome la cabeza con su mirada y me siento en el banquito que está ahí para evaluar mejor la herida. 

—Permítame su mano, por favor.

—Es usted muy joven para ser médico —el veneno se nota en su voz, mientras me acerca su mano. 

—En efecto, pero soy un genio que se graduó y adelantó clases —subo mi mirada con mi ceja arqueada haciendo que sonría y unos hermosos hoyuelos se formen en sus mejillas.

Bajo mi mirada de inmediato a la toalla llena de sangre y comienzo a destaparla poco a poco mientras él me va contando cómo sucedió todo el accidente, cuando termino de quitar la toalla me toca colocar presión en la herida pues su mano tiene un corte profundo y serio en la mano, arrugo la cara cuando la voz y gritos chillones de la novia del chef se hacen escuchar, me volteo y su cara de horror hacia la herida me causa gracia hasta que se desmaya y volteo los ojos, mi mirada se va a la de Ethan que también volteo sus ojos. Llamo a Gregory uno de mis mejores enfermeros y él llega haciendo un chiste en español solo para que yo lo entienda haciéndome reír mientras limpio y desinfecto la herida del chef. 

—Es una falta de respeto hablar en un idioma extrajero para burlarse de alguien más. 

Su voz me saca de mi concentración y vuelvo a subir mi mirada hacia él, miel y esmeralda peleando sin decir nada, decido no responderle pero hago presión innecesaria en su herida, él suelta un gruñido y yo me disculpo, Gregory vuelve a entrar y me mira. 

—Doctora, la paciente ya está estable.

Asiento y él se retira, la herida es más grave de lo que parece por lo cual decido llamar al  departamento de cirugía plástica, el jefe del departamento me hace saber que ya irá hacia allá y me pide que le explique lo siguiente. 

—Sr. Hartz, la herida es más profunda de lo que esperábamos por esta razón lo llevaremos a tomarse una tomografía para ver qué tan grave es el corte, de ahí procedemos a llevarlo a una habitación donde el Jefe del departamento de cirugía plástica le indicará lo que se hará después, está herida requiere de una intervención quirúrgica, por eso también he llamado a la jefe del departamento de Ortopedia, ya que los Drs. Higgins y Mills deben asegurarse de que ningún tendón, ligamento o músculo fuesen comprometidos en la cortada y afecte su vida, así como su trabajo. 

Su mirada no se separó de la mía ningún segundo mientras le informaba lo que seguiría, él solo asintió y me permitió dar luz verde para llevarlo a hacerse la tomografía, a los minutos ya estábamos en la habitación que se le asignó, mientras terminaba de vendar de nuevo su mano, el Dr. Higgins entra con la sonrisa que lo caracteriza, Kevin Higgins, cirujano plástico, uno de los más nombrados por ponerle tetas a las famosas, es un chiste que siempre hacemos pues su pasión es más compleja que meter tetas y culos. 

—El estofado de res te quedó delicioso Irene —comenta apenas me ve—, pero lo importante aquí ahora es usted Sr. Hartz, no la deliciosa comida de la Dr. Cruz.

La mirada de nuevo del chef regresa a mí, solo que esta vez con su ceja arqueada, su mirada solo dice una cosa “ya sé por qué me conoces”, le doy un codazo a Kevin que se ríe mientras se acerca a Ethan a examinar su mano mientras los resultados de la tomografía llevan junto a la Dra. Cassandra Mills y el residente de ella, ambos nos saludan y los Drs. comienzan a evaluar las imágenes dando por hecho que deben operarlo para que su mano siga funcionando pues ya todos se enteraron que el chef con más estrellas Michelin está aquí. 

Me siento incómoda con la mirada del chef por lo cual reviso el page especial para la medicina esperando que alguien me necesite pero no pasa, luego recuerdo que estoy en urgencias, ya que el chef ha sido redirigido a los especialistas y mis servicios no son necesarios. 

—Sr Hartz —los médicos me miran—, ahora está en manos de mis jefes, por ende mis servicios ya no son requeridos, espero que todo salga bien. 

Les doy un asentimiento de cabeza a todos y cuando estoy saliendo su voz me detiene en seco y me hace voltear a verlo. 

—¿Usted no me operará? 

Kevin es quien responde por mí

—No, la Dra. Cruz solo atiende emergencias generales y usted ya ha sido remitido hacia nosotros, a menos que la Dra. Cruz quiera aprovechar este momento para…

—Deja de coquetear frente a un paciente —dice mordaz la Dra. Mills—, es despreciable, 

Mis mejillas se encienden y la cara de Ethan se torna seria de un momento a otro mientras Kevin se disculpa con el paciente, este le va a responder y mi pager suena salvandome de lo que sea y haciéndome correr directo a emergencias, pues es un accidente de tránsito el que llega, corro a ponerme la bata especial junto a los guantes y salgo a esperar la ambulancia, que al llegar sacan al herido mientras el paramédico me indica todo lo que sucedió, le pido a Gregory que pida un quirófano de urgencia pues la persona acaba de entrar en paro cardiaco, me toma un momento revivirlo mientras vamos acercándonos al ascensor. 

En nuestro camino se atraviesa una camilla que me hace maldecir, pues mis manos están dando RCP, noto como un chorro de sangre sale disparado y maldigo nuevamente, levanto mi mirada y la cara de sorpresa de Ethan en la camilla y de Kevin al verme me fastidian. 

—Se va a morir Kevin, quítate del camino —él arquea una ceja—, con todo respeto. 

Kevin se ríe y aleja la camilla de Ethan que no para de observar todas las maniobras que hago para mantener a esta persona con vida, entramos al ascensor y veo que Kevin murmura un “buena suerte”, pues esta es mi primera jornada en la que operaré sola en todas las intervenciones y si lo hago bien podrían darme un contrato fijo con la condición de que elija una especialidad. 

Las horas se hacen eternas en el quirófano, las heridas son más graves de lo que esperábamos por lo cual tuve que pedir la ayuda del Jefe de cardiología y de neurología, pues la vida de esta mujer estaba en mis manos. 

Seis horas después me encontraba llorando en un rincón aún llena de sangre por no haber podido salvar a esa mujer…

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