Capitulo 4

Axel

Todo mi cuerpo tiembla por la emoción de saber que ya será mía, mi mujer mi esposa, es lo que siempre quise encontrar a la indicada, desde el momento en que la vi supe que ella seria diferente, amo tanto a Alessandra, ella es un ser puro no digo perfecto pero casi lo es, se ve como una princesa vestida con su vestido largo color blanco y su cabello largo en hondas, es muy hermosa es mi Reyna. Su padre camina junto con ella en dirección al altar, no puedo dejar de sonreír de felicidad y mas al ver como mis padres la quieren y mis hermanas de igual manera la aman, en tan solo 6 meses ella ha sido un ángel que apareció en mi vida y también  para mi familia, no se como pagarle a la vida por tanta Felicidad que me a regalado en estos meses. Observo a mi suegra ella esta muy seria se que piensa lo peor de mi, quizás por que le di una mala impresión a los primeros meses pero no volverá a pasar y tampoco dejare que mis celos interfieran en mi matrimonio. Al llegar hasta donde me encuentro su padre me extiende su mano y susurra un.

—Cuida a mi preciosa joya – Asiente sin dudar, ella es eso y mucho mas.

Todo se detiene a nuestro alrededor cuando nuestras miradas se encuentran,  ese brillo que provoco en ella la hace ver radiante, me siento feliz y que con mi sonrisa basta demostrar lo mucho que la amo. Me acerco mas a ella y  le susurro un te amo, ella susurra lo mismo, los minutos son eternos para cuando el sacerdote pregunta si aceptó a Alessandra como mi esposa, sin dudar ni un segundo respondo un si.

—Si aceptó– Luego dice todo lo demás y yo solo sigo sonriendo sin prestarle mínima atención de lo que dice. Alessandra acepta sin dudar de su amor, en ese momentos todos aplauden y gritan nos entregamos los anillos y todo lo demás, no puedo estar mas que agradecido con Dios por darme una mujer única, perfecta, la que me ama sin dudar.

Al terminar la ceremonia los padres de mi esposa nos saludaron y felicitaron, sus padres me piden que la ame mucho y si que lo haré, mis padres me saludan y abrazan, igual mis hermanas todo transcurrió muy bien, la fiesta fue perfecta los amigos de ella llegaron, nos saludaron y nos entregaron varios utensilios para nuestro hogar, aunque no era necesario eso me sobra en mi casa, sin embargo es nuestros obsequios y recuerdos de nuestra boda. Pasamos la noche bailando abrazados y con tranquilidad, luego mi madre anuncio que debíamos viajar a nuestra luna de miel porque se nos hacía tarde. Alessandra se quitó su vestido de novia y se puso un hermoso vestido crema. Se acercó a mi madre y la abrazo con mucho cariño, se acercó a sus padres y hermano.

Fue difícil para ella despedirse de su madre,  jamás se había alejado de sus padres, pero en esta ocasión es diferente ahora esta a mi lado ya casada conmigo y la amo tanto que quiero lo mejor para ella no la lastimaría, eso no.

Ya dentro del avión se tranquilizó la abracé y bese su suave labio, ya me encontraba ansioso de tocarla, desnudarla y hacerla completamente mía.

Al arribar a nuestro destinó, un auto que contrate nos estaba esperando, mi esposa feliz observaba todo a nuestro alrededor, entramos al hotel 5 estrellas de igual ya todo estaba contratado y pagado, me entregaron la llave de nuestra habitación y la tarjeta para ingresar al restaurante VIP. Cuando entre junto a mi esposa sin esperar mas la eleve en mis brazos y la deposite en la cama, ninguno de los dos quería esperar.

—Te amo Axel, te amo tanto –Murmura besando mi cuello.

—Tu no te imaginas cuanto yo te amo mi Luciérnaga.

Sonríe satisfecha.

Sin poder contener mas las ganas empecé a desvestirla lentamente, bese cada parte de su cuerpo, ella hacia lo mismo no queríamos apresurarnos, porque esto apenas comenzaba, sentía la necesidad de memorizarme cada parte de ella, mi cuerpo caliente y sudoroso quería probarla, pero me aguante ya los dos desnudos rozando nuestra piel, sintiendo ese suave roce delicioso, la miraba ruborizada. Sus labios rojos e hinchados por nuestros arrebatados besos la hacia ver radiante, sus ojos brillaban de pura felicidad, lo se ya que me encuentro igual, tome el control y la penetre lentamente, no tengo idea si es su primera vez, pero se sentía estrecha, ella jadeo lentamente, la bese con tanta pasión y amor, espere  a que se acostumbrara a sentirlo dentro de ella.

—Te amo... – Susurro bajando mis besos por su cuello.

—Yo también te amo mi grandote – Su voz sonó turbio quizás por la excitación. –Oh madre mía, te amo tanto Axel.

Mis movimientos suaves se convirtieron en rapidez, bajo dejando mordiscos por su pecho, mi sudor caí gota a gota en su piel suave y delicado, nuestro cuerpo caliente estaban ardiendo de excitación, no aguantaba mas estoy apunto de acabar, pero esperare que ella acabe primero no podría llevarme el merito, tampoco soy de esos tipos de persona. Nuestro cuerpo se movía en una suave sintonía, la eleve hasta dejarla encima de mi, ahora ella toma el control sus movimientos suaves provocaban pequeño espasmos por todo mi cuerpo, la hice moverse con un poco mas de rapidez, tome su cuello acercándola a mi, bese su labio, succionando su lengua y sin mas ambos explotamos en un delicioso orgasmo. La abrace con tanto amor, bese su mejilla y la observe, se ve como toda una diosa.

—Te amo Alessandra.

—Yo te amo aún mas mi Axel. – Nos abrazamos sin importarnos nada, ni la hora ni el celular la cual estaba sonando.

Desperté  al sentir varios besos en mi labio, mi bella esposa se encontraba encima de mi, con una hermosa sonrisa que me noqueaba, su cabello castaño lucia hermoso, sus ojos se veían con mucho brillo. Dios mío, en serio que no merecía a tan hermoso Ángel.

—Bajemos a desayunar luego a la playa –Pide haciéndome cosquillas.

—Esta bien mi amor, déjame darme un baño y bajemos, al parecer madrugaste.— Asintió feliz bese su mejilla y entre a la ducha.

***

Luego de haber desayunado un omellette y una rica taza de café, bajamos a la playa a disfrutar del mar, mi esposa caminaba descalza, se notaba alegre y mas carismática, la miraba como si temiera perderla.

—Axel mira ahí. – Señalo hacia el señor que vende Algodones de azúcar.–Me compras uno – Pide como una nena berrinchuda.

—Eres una chiquilla, eso no es bueno para la salud, pero como mi reina me lo esta ordenado no puedo negarme.

—Ve mi amor antes que los nenes se acerquen –Bese su nariz y camine hacia el vendedor, muchos niños se acercaron a comprar, aquí el único adulto era yo, sin embargo no podía irme sin las manos vacías tenia que comprárselas, mi chica moría por estos algodones.

Luego de esperar como a 8 niños compre lo mío, sonriendo me estaba acercando a mi esposa, pero mi sonrisa se borro al verla con un hombre, este le decía algo y ella sonreía muy encantada, enojado corro hacia ella y de una jalón la alejo del tipo.

—¿¡Que demonio es esto Alessandra!?– Espete molesto.

—¿Que te sucede Axel?– Siseo contraída.

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