Hermanos Cooper

Dereck

Me quedé ahí de pie asimilando lo que acababa de hacer y la reacción de Jane ante mi beso desprevenido. Solo quería callarle la boca, es que nunca se cansa de llevarme la contraria o responderme sarcásticamente. Deshice el nudo de la corbata y tiré de ella. Maldición, he quedado con los huevos en la garganta. Me pregunto, ¿Por qué la besé, si se supone que ella no me agrada? ¿Entonces por qué maldita sea la tengo en mis pensamientos a todo momento? Es la culpable que tenga el tronco firme y recto. Me ha mantenido en una patética altura que solo se baja con agua muy fría. La imagen de sus senos se reproducen en mi mente cada cierto momento que no estoy haciendo nada. Y ahora que ha quitado esa capa de fealdad, el deseo de tenerla en la cama me ha gobernado por completo.

Jane ha hecho que en pocos días deje de pensar en Gabriela, cosa que Fiorella u
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