Parte 4.

El chico me dió un beso y me dejó realmente muy confundida; yo no entendía el ¿porqué me dio ese beso?

—Quién crees que eres para llegar así como así y darme un beso? —le Pregunté. 

—Eres tan hermosa, me encantas mucho. —¿Te gustaría pasar una noche conmigo? —me dijo. 

—¡¿Qué te pasa idiota?! —le grité y luego le di una bofetada. 

—Pensé que te gustaría la propuesta. ¿No que a las mujeres les gusta eso? —me respondió. 

—No, ¿estas loco o que? No todas las chicas son iguales. Yo soy chica de respeto. Ahora, lárgate de mi departamento. —le dije enojada, sacándolo a empujones de mi departamento. 

—Pero.... yo...

Me iba a decir algo justo cuando cerré la puerta frente a sus propias narices. 

¿Que acaba de pasar aquí? -me preguntaba. No entiendo nada, nunca nadie me ha dado un beso y me ha dicho que le gusto. Y mucho menos me ha pedido algo como la propuesta de mal gusto que me ofreció. 

¿Entonces él es el chico que quería que le ayudaran para conquistar a la chica, y esa chica soy yo? -Pensaba. 

¿Pero le ayudaria esa tal amiga o al contrario la pareja de ella?

Me hacía tantas preguntas en mi cabeza que sentía que me volvería loca. Mas que todo porque yo nunca antes, había vivido algo como eso. 

Después de pensar tanto, decidí salir un rato de mi departamento. Salí con cuidado para evitar que alguien me viera salir; pero me detuve por un momento, al escuchar una conversación en la casa del hombre que estuvo discutiendo con aquel joven, que al parecer es el mismo idiota que entró a mi departamento sin permiso. 

—¿Qué hiciste que? —escuché decir a la chica mientras yo estaba por la puerta de ese departamento, escuchando la conversación. 

—Así es, yo le dije a tú estúpido amiguito que le diera un beso apenas entrará y le dijera que pasará una noche con él, y me dijo que lo haría, pensó que en serio serviría, cuando en realidad lo iba arruinar todo. —le respondió ese hombre a la joven.

Entonces me di cuenta que fue él y no ella la que le había supuestamente ayudado; cuando en realidad quería hacer que él fracasara y cometiera una tontería. Sólo que no entiendo, ¿cómo pudo hacerle caso y hacer lo qué hizo? 

Luego de escuchar eso, preferí, ahora sí, ir y caminar un rato; no sé dónde, sólo quería salir un momento de mi encierro, por decirlo así. Estaba tan distraída que no vi que un chico estaba al frente mío y choqué con él. 

—Lo siento mucho, no fue mi in... —no termine de hablar porque me di cuenta que con el que había chocado era con el muchacho que había observado por la ventana. 

—Deberías de fijarte por donde vas. —me dijo y siguió su camino. 

Esas palabras, hicieron que me sintiera mal. 

No pensaba que me iba a responder tan bruscamente. Pensé que diría que no me preocupará que fue un accidente; pero no, no fue así. 

Suspiré y seguí caminando, pero luego me detuve al mirar que el chico ese que me dio el beso, estaba de espaldas hablando por celular, y al parecer hablaba con su hermano. Eso me recordó a la llamada que me habían hecho y la cual yo corte al escuchar que era el hermano del que realizó la carta. 

Claro, ahora voy descubriendo todo. Me doy cuenta que mi vida ha cambiando un poco; aunque no estoy segura, sí es para bien o para mal.

¿Realmente le gusto a ese chico? -pensé. 

Para mí es nuevo todo esto. Gustarle a alguien es como si se tratará de un milagro. Bueno, o por lo menos era lo que pensaba. 

—Vero, ¿hace mucho que estas aquí? —me pregunto el joven, el cual definitivamente es ese el tal Keiner O. 

—No, vengo llegando apenas, ¿porqué?—respondí algo nerviosa. 

—Sólo preguntaba. Por cierto, mil disculpas por lo de hace un rato. —me dijo y yo solo acepté su disculpa. 

—Bueno, nos vemos. —Keiner se despidió y se retiró. 

Yo decidí retirarme también, y irme a mi departamento. 

En cuanto llegué me senté en un sillón, para luego responder unos mensajes que aún no había respondido. 

La mayoría de mensajes eran de un profesor que tuve en la preparatoria. Él me insiste mucho en que estudie más, y a que encuentre algo que me guste mucho.

Yo sólo le respondo que lo haría en su debido tiempo, ya que sinceramente no sabía que estudiar. Entonces el profesor me recomendó que investigará sobre las carreras que había en el internet, para ver si así encontraba mi vocación; así que lo hice. Empecé a buscar información de las carreras y la verdad no me gustó ninguna. Todo este tiempo, sólo me he interesado por los dibujos. En serio quería estudiar algo más; pero si no me llama la atención las carreras que existen, entonces, «¿Para qué estudiar?», si tienes que estudiar algo que no te guste. -Pensaba. 

—Vero, Vero. —Escuché que alguien gritaba y tocaba la puerta de el departamento, quitándome de mis pensamientos. 

—Por Dios, ¿Quién tocará la puerta? —me preguntaba. 

—Vero, necesito decirte algo, por favor ábreme.

—A ver, ¿que me quieres decir? —dije abriendo la puerta; pero al abrirla noté a Keiner muy asustado. 

—Mirá, escuché que uno de los vecinos te quiere hacer daño. —me dijo Keiner algo alterado. 

—¿Como?, ¿a qué te refieres?

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