7. Saber Que Nos Pasa

[SARA]

Escucho las palabras de Xavi, y me quedo paralizada. ¿Qué se supone que significa todo esto? ¿Acaso me está diciendo que si nos hubiéramos conocido hace dos años, él y yo estaríamos juntos? ¿Significa que le gusto?

—¿Me vas a decir algo? — Pregunta al notar el gran silencio que se ha apoderado de este lugar.

—Es que estoy muy confundida. — Logro responder, aunque me tiembla la voz.

—Quizás pueda ayudarte a salir de esa confusión, ¿Alguna pregunta que quieras hacerme? — Pregunta de manera bastante irreverente y aquí estoy yo intentando adivinar que es lo que busca.

Quiero decirle muchas cosas, pero nuestra conversación se ve interrumpida cuando el mesero viene a dejar el vino a la mesa. Lo observo servirnos el vino en las copas sin dejar de pensar en lo que está sucediendo aquí. Una vez que él termina ordenamos nuestros platos, y ambos nos acomodamos sin apartar la mirada del otro. —¿Por qué has dicho eso? — Cuestiono finalmente.

—¿Lo de si nos hubiéramos conocido hace dos años atrás? — Pregunta.

—Sí. —

—Es lo que creo. Si te hubiese conocido en aquel momento te aseguro que tú no hubieras tenido nada con él. — Dice y en este momento me doy cuenta que es un egocéntrico.

—Eres muy creído. —Sentencio.

—No estás entendiendo. — Replica tal como si yo fuese una tonta o algo así.

—Explíqueme entonces señor sabelotodo. — Y tengo la sensación de que él me está cayendo mal.

Xavi inclina su cuerpo sobre la mesa tan solo un poco y me mira fijamente. —¿Puedes soportar la verdad? — Me pregunta de manera misteriosa.

—Creo que sí, habla ya. — Refuto.

《Pero ¿qué le pasa a este?》 Me pregunto a mí misma.

—Sara, si te hubiese conocido ese día créeme que hubiese hecho todo lo posible por besarte, por que fuese a mí a quien eligieras y no a él. — Habla y sus palabras me caen como agua helada y solo puedo apoyar mi espalda sobre el respaldar de la silla intentado poner distancia.

—¿Te estás dando cuenta de lo que me dices? — Pregunto asustada.

—Sí, me doy cuenta. —

—Soy la prometida de Facundo...Es tu mejor amigo. — Digo nerviosa.

Él suspira sin dejar de mirarme y es como si estuviese intentando no hacer algo... No sé, es tan extraño. —Es lo único que me está haciendo mantener un poco de coherencia. — Murmurra.

—¿Ah? — Digo totalmente confundida por sus palabras.

—Sara, si no fuera porque él es mi mejor amigo, ya te hubiese besado el primer día que te conocí. Me has vuelto loco desde que nuestras miradas se cruzaron. — Me dice y siento la necesidad de alejar la silla de la mesa.

—¿Qué es lo que buscas? ¿Acaso me estás diciendo todo esto porque él te lo pidió? ¿Es una clase de prueba? —

—¡¿Qué?! ¿Te has vuelto loca? Si él supiera probablemente me estaría rompiendo la cara en este momento. — Responde serio.

—¿Entonces? ¿Es un juego? ¿Qué es lo que buscas? ¿Llevarme a tu cama o qué? — Inquiero asustada.

—Ojalá fuera simplemente eso. — Responde y creo que ahora estoy peor que antes. —No sé qué es esto, pero no es simples ganas de estar contigo.

—Todo esto está mal... Yo no debí de haber venido... Estoy aquí por trabajo, por cubrir tu showcase y tú me estás diciendo todo esto... Lo siento Xavi, pero no puedo. Te veo mañana en el showcase y después me voy a Málaga. — Le digo y me pongo de pie.

Camino por el restaurante a toda prisa mientras lo escucho llamar mi nombre a lo lejos, no puedo voltearme ahora, no con lo que me acaba de decir. Todo esto está mal… Lo que no sé es porque me da tanto miedo sus palabras; no es como si nadie hubiese intentado algo conmigo mientras estuve con Facundo...

Sigo caminando por el lobby del hotel hasta que llego a la salida que hay a la playa. Quito mis zapatos y camino más rápido hacia la orilla 《 ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en las malditas palabras que me ha dicho Xavi? No puedo estar así ahora, no a dos meses de la boda... Ya es tarde para pensar que hubiese sucedido si hubiese conocido a Xavi aquel día.》

Me detengo sumergiendo mis pies en el océano y mirando a la luna como queriendo encontrar respuestas a todo esto; cosa que dudo que vaya a encontrar. —¡Aquí estas! — Escucho su voz gritarme y no puedo ni voltearme. Intento salir corriendo de aquí, pero es tarde. Su brazo me sujeta de mi cintura y pega mi espalda a su cuerpo. —¿Por qué me tienes miedo? — Me pregunta al oído.

—¡Suéltame! —

—Quiero hacerlo, pero te juro que no puedo. No te miento cuando te digo que no dejo de pensar en ti desde que te vi por primera vez. —

—Todo esto está mal... —

—¿Crees que no me doy cuenta? —

—¿Entonces por qué lo haces? — Pregunto intentando zafarme de su agarre, pero él me sujeta más fuerte.

—Porque necesito saber que nos pasa. No puedo simplemente dejarte casar con él... ¿Y si el destino se equivoco? ¿Si era a mí a quien debías conocer y no a él? — Expone.

—Estás loco... —

—Quizás, pero debo intentarlo. — Dice y me sujeta con sus dos manos para hacer que quedemos frente a frente. —Sara, sé que no debo y no puedo enamorarme de ti, y que quizás todo esto empeore las cosas, pero no lo puedo evitar. — Sentencia y sin darme tiempo a nada me comienza a besar.

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