4. No Debo Pensar En Ella

[XAVI]

No me reconozco, no puedo seguir pensando en ella, no después de haberla mirado de la manera tan descarada en la cual la hice durante toda la tarde. Dejo que el agua caliente de la ducha caiga sobre mi espalda mientras que su imagen vuelve a pasearse por mi mente y es que es demasiado bella, pero es una mujer prohibida para mí. 《Es la prometida de tu mejor amigo, Xavi, no puedes ni siquiera pensar en ella.》 Me grita mi subconsciente. Debo dejar de pensar en Sara, necesito quitarme su imagen de mi mente.

Termino de enjuagar mi cabello y una vez que lo hago, cierro el grifo y salgo de la ducha. Envuelvo una toalla en mi cintura y salgo a la habitación. Miro la hora en mi móvil y aun es temprano, a penas las diez de la noche. 《Espero que Vanesa no esté ocupada.》 Marco su número y después de un par de segundos ella me contesta.

—Guapo, ¿Qué haces llamándome un sábado? Creí que estarías ocupado. — Me saluda del otro lado de la línea.

—Te necesito. — Le respondo sin más explicaciones.

—¿Mal de amores? — Pregunta de esa manera que solo ella sabe hacerlo.

—No exactamente, pero necesito que esta mujer no se me meta en la cabeza. Te necesito está noche. — Le explico de la manera más honesta que puedo.

—No estoy en el bar, pero ya sabes dónde queda mi casa. — Me informa.

—Ya salgo para allá. — Sentencio y termino la llamada.

Vanesa es la única que me puede ayudar. Ella no va a juzgarme, si no por el contrario hará que mi mente se aleje completamente de Sara y de la manera que me ha molestado verla besándose con mi mejor amigo. 《Es imposible, a penas la conozco...》 Intento sacudir esos pensamientos de mi cabeza y termino de vestirme. Una vez que estoy listo busco mi auto y conduzco hasta la casa de Vanesa intentando no pensar en Sara.

[...]

—Vanesa, por favor... quítame a esta mujer de la cabeza. — Le suplico cuando abre la puerta de su piso y sin preámbulos me lanzo a su boca.

—¿Qué paso? ¿Te ha roto el corazón? — Indaga entre beso y beso mientras vamos caminando hasta su cuarto y las prendas van desapareciendo.

—Mucho peor, es la prometida de mi mejor amigo. — Confieso mientras caemos sobre la cama. —Bórrame su imagen por favor. — Le pido y la beso con más fuerza.

En medio de besos salvajes y caricias que deberían estar prohibidas, esta mujer hace lo que siempre ha sabido hacer conmigo, pero está vez no ha funcionado, si no que todo ha empeorado. No podía dejar de imaginarme que la mujer que estaba conmigo en esta cama era Sara. —Xavi, ¿Qué te pasa? — Me pregunta al ver que cubro mi rostro con mis manos.

—¡Que soy una m****a! ¡Eso me pasa! — Grito.

—No entiendo. — Comenta totalmente confundida.

—Vane, no pude dejar de pensar en ella ni estando contigo.— Le confieso.

—Xavi, desde que nos conocemos siempre te olvidabas de cualquier mujer estando conmigo. — Expresa entrecerrando sus ojos.

—Lo sé, pero no sé qué me pasa con ella, la deseo como jamás he deseado a otra mujer. Desde que la vi está mañana me volvió loco, estaba deseando estar en el lugar de Facundo y besarla como él lo estaba haciendo.

—¿Seguro que solo es deseo? —

—No puede ser otra cosa, a penas la he conocido hoy. —

—¿Y qué? —

—Que es imposible que sea algo más, no puede ser... en realidad ni siquiera debería estar pensando en ella de la manera que lo estoy haciendo. — Digo sin poder entender este desastre en mi mente.

—Hay corazón... ¿cuántas veces has venido a mí a buscar consuelo? — Habla

—Esto es diferente, no estoy buscando que me consueles. —

—¿Y que estás buscando? —

—Que me hagas dejar de pensar en ella... Que me hagas olvidarla... — Admito.

—Pero si me dices que ni cuando estábamos teniendo sexo has podido dejar de pensar en ella, no sé que pueda hacer. —

—Tengo que ir a Miami y ella estará allá. — Explico.

—¿Y? —

—Ven conmigo. — Le pido finalmente.

Ella me mira totalmente confundida. —No puedo Xavi, debo seguir trabajando. Ya sabes que estoy en esto porque mi padre está enfermo. — Me deja saber.

—Te pago la semana. — Insisto.

—No, lo siento. —

—Pero ¿por qué? — Pregunto sin entender.

—No te pueden ver con una mujer como yo. Además, creo que lo mejor será que afrontes lo que te pasa. Confúndete del todo con ella o no hagas nada.— Me dice seria.

—Vane, por favor... —

—No Xavi, lo siento. Si me voy contigo, no solo arriesgas tu carrera y reputación, si no que también puedo perder clientes importantes y necesito el dinero. —

—Tengo miedo de mi mismo si estoy solo con ella en Miami. — Le confieso en lo que es casi un susurro.

—Es hora de que afrontes tus miedos. — Me aconseja.

—Es la prometida de mi mejor amigo. —

—Es una mujer que aun no está casada. Xavi, se valiente y afronta las cosas. — Me dice como si nada.

La miro un poco confundido y la verdad es que no sé que pensar ya —¿Por qué no me quieres ayudar? —

—Porque nunca te he visto así de desesperado, algo especial sucede ahí y creo que debes averiguarlo. — Me responde y no puedo escucharla más... Sin mirarla me pongo de pie y comienzo a vestirme.

—Estás loca. — Digo frustrado.

—Puede ser. — Dice entre risas.

—No debí de haber venido está noche, estoy más confundido que cuando llegue. — Le confieso y camino hacia la salida.

—¡Por algo será! — La escucho gritarme.

《¿Esta mujer no entiende? Facundo es mi amigo, yo no puedo hacerle esto...》

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