El secreto Stonw.

Ya ni cuento los días ni me preocupo de la hora, la bitácora dejó de tener sentido en el momento que sentí la primera pistola en la cabeza y sentí fluir el poder de la soberbia, la calentura de la lujuria, el deseo de la avaricia, el hambre de la gula, la turbulencia de la envidia, la ceguera de la ira y la paz de la pereza en mis venas.

Lo único que sé es que es un jueves y que no volveré a escuchar los comentarios sarcásticos de mi mejor amiga, Irianna Grace.

Las sirenas de policías son lo único que escucho en la oscuridad de la habitación, y mientras uno corre a cerrar las cortinas para que nadie me vea, el otro traba la puerta para que nadie entrara y mucho menos saliera. Me encerraron en este deplorable departamento para que nadie me encontrara, los volantes que anuncian mi desaparición ya están regados por las calles e internet y yo aquí en un motel de mala muerte a las afueras de la ciudad sin ninguna comunicación.

—Aquí no te hallarán—mi cuerpo seguía temblando.

Pase toda mi vida alejándome de él, mi infancia temiéndole, mi adolescencia huyéndole y ahora, a los veinte años, me atreví a sobrepasar mis miedos y descubrir sus secretos. Todo por una simple razón: proteger a mi familia, aun sabiendo el peligro que me enfrentaba.

Pero si no era yo ¿entonces quien acabaría con el demonio de la calle 32?

Mi abuela siempre dijo que donde se esconde un secreto, se arrastra desgracia.

Nunca imaginé que con esa cara angelical, esos rasgos felinos y esa sonrisa diabólica me embarrarían de tanta oscuridad.

Una vez me lo dijo y hoy por fin entiendo el peso de sus palabras:

“—Siempre se ha metido en mis mierdas, y ahora esta embarrada de ella.”

Vaya diarrea que tuvo ese chico.

Y vaya salpicada que me echó.

Mi hermana me lo advirtió, mi mejor amiga también, su primo, las evidencias, hasta él lo hizo y aun así no hice caso. Ya era tarde cuando me di cuenta de cuan peligroso era mi capricho y ahora éstas son las consecuencias: una vida en de confinamiento, lejos de mi familia y encerrada no con uno, sino con dos demonios.

Si algún día llegó a salir con vida, contaré mi historia como un accidente, pero no como esos accidentes clichés que pasan en películas donde a la chica se le caen los libros y el chico la ayuda a recogerlo, mucho menos yo metida en donde no debía porque eso he hecho durante veinte años.

Mi historia empieza con el accidente que mandó a mi hermana menor al hospital, pero empecemos por el inicio.

1 de febrero. 1998.

Nace mi hermana, Valentina Ruíz, también conocida como Tina o “la chica gorda”.

Dos años después nací yo. Nadia Ruíz con los genes latinos de mi abuela.

También ese mismo año, a tan solo días después de mí en una madrugada tormentosa, nace la pesadilla de Sweet Gram mejor conocido como Cirus Stonw, dedicado a jodernos la vida y quien le proporcionó el título a mi querida hermana.

13 de mayo. 2007.

Cirus rompe el santuario de la virgen que la calle 32 preparó para su celebración. No recuerdo mucho de aquella vez, ese día yo había caído encima de la estatua y como me cuenta mi hermana Cirus me había empujado.

Eso explicaría la cicatriz en mi brazo.

22 de abril. 2008.

Fue la primera vez que llore por un chico. Mi madre me contó que los Gonzales tuvieron un trágico accidente y que no volvería a jugar con Santiago.

Cirus no salió de su casa durante un mes.

04 de septiembre. 2008.

Cirus hizo que me estrellara con mi bicicleta sacándome tres dientes, el mismo mes en que Tina tuvo un (no) misterioso accidente que la dejó en casa con el brazo enyesado. Además de que les dijimos «adiós» a los Ferrer cuando se mudaron del vecindario sin explicación ni despedida previa.

25 de octubre. 2009.

Mamá queda embaraza.

Dos días después Tina obtiene claustrofobia. Cirus la había encerrado en el baño del ala en construcción del colegio y no se supo nada de ella sino hasta la noche que el guardia escuchó sus gritos.

30 de enero. 2010.

Ese día había tenido mi primera pelea física con Cirus.

Aproximadamente a las 18:32 p.m. Mamá pierde al bebe a causa de unas resbalosas escaleras. A las 20:27 luego de llegar del hospital, me paro frente a él y le planto una patada en el estómago.

Los Stonw pagaron la cuenta del hospital cuando se supo quién había provocado el accidente de mamá. Se dice que ese día Cirus fue visto con aceite de carro.

Tina no celebra su cumpleaños.

27 de enero. 2014.

Mamá y papá tienen éxito y estamos a la espera de un nuevo bebe.

Los Stonw se vieron obligados a aumentar el castigo de Cirus al tenerlo encerrado en su casa durante el embarazo. Nueve meses sin que el demonio rondara por ahí, fueron tiempo de paz.

30 de octubre. 2014.

Mamá da a luz a una hermosa niña de abundante cabellera negra, la cual llamaron: Julieth.

Ese día jure protegerla de todo: pesadilla, cucaracha, corazón roto, pero sobretodo de Cirus Stonw.

Una promesa que pagaría caro años después.

Ese mismo año se nos unen seis bebes más al vecindario. Tyler Blake, Ángel Morgan, los mellizos Gael y Elías Johns, y por ultimo Owen Persson. Más adelante serian conocidos como TAGEO.

25 de diciembre. 2016

Tuve una peda terrible, lo último que recuerdo es haber discutido con Cirus, vomitarle encima y despertar en una habitación que no era la mía.

17 de noviembre. 2019.

El pequeño Tyler supo lo que era el verdadero terror.

Esa mañana el vecindario organizó una fiesta, quiero pensar que las intenciones de Tyler fueron inocentes. Papá estaba furioso con los Blake, Tina se gozaba de la situación y yo especulaba sobre que Cirus tuvo que ver de alguna u otra forma; corrompiendo la pequeña mente del niño, por ejemplo.

Recuerdo haber visto a Cirus hablar con Tyler en el parque, quince minutos después mi hermanita de 5 años había tenido su primer beso.

14 de febrero. 2020.

Julieth es atropellada.

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