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- Alessia, ¿tu cumpleaños esta cerca, no?.

- Si, es el domingo y mis padres van hacerme una gran fiesta y todos ustedes estan invitados.

" ¡Excelente!, ten por seguro que ahí estaremos.

Justo cuando hablaron sobre ese tema, estaban pasando casi al lado donde se encontraba el joven vagabundo espiando a la joven.

En eso se le ocurrio una gran idea.

Iba ahorrar la mayor cantidad de dinero posible para poder comprarle un regalo y entregárselo el día domingo, el cual era su cumpleaños.

Se puso a tratar de conseguir dinero como loco y gracias a la amabilidad de la señora de la tienda y de su nieta.

El pobre vagabundo pudo conseguir trabajo por algunos días en la tienda de la señora, lo cual agradeció mucho, ya que gracias a ellas, podía conseguir el dinero que necesitaba para comprar el regalo para la joven hermosa.

En la tienda, el vagabundo ayudaba en lo que podía, aunque casi siempre se encargaba de las cosas pesadas.

El se fue haciendo mas cercano a la señora y a su hermosa nieta, conforme pasaban los días, lo cual hizo feliz al joven vagabundo, ya que se sentía como en familia al estar acompañado de la señora Laura Rossi y de su hermosa nieta Marcella Conti.

Marcella tenía curiosidad por conocer el nombre del vagabundo, ya que desde que lo conocieron no ha dicho su nombre, ni una sola vez.

Así que con bastante curiosidad le preguntó.

- ¡Oye!, ¿te molesta que te haga una pregunta?.

El joven vagabundo un poco confundido accedió a contestar la pregunta que le iba a decir Marcella.

" ¡Claro!, preguntame lo que quieras.

Marcella suspiro y dijo.

" ¿Me podrías decir cual es tu nombre?.

El joven lo penso detenidamente antes de responder.

- Lo siento, no puedo decirles mi nombre.

- ¿Por qué?, ¿existe alguna razón por la cual no puedas decirnos tu nombre?.

El vagabundo dio un largo suspiro y dijo.

- Mi nombre es el mismo que el de mi padre, el hombre al que mas odio en está vida, ya que fue culpa de el por el cual perdí a mi madre y fue por su culpa que estoy como estoy ahora, desde que mi madre murió, decidí jamas volver a usar el nombre de ese tipo.

Cuando Marcella iba a decir algo, fue detenida por su abuela, la cual le dijo.

- Marce, ya no le hagas mas preguntas, si no lo quiere decir, no lo haras cambiar de opinión.

Marcella entendió muy bien lo que trataba de decir su abuela, así que decidio hacerle caso y dejar de interrogar y molestar al pobre joven.

Lo dejaron seguir trabajar tranquilamente.

Así siguieron pasando los días, hasta que llegó el día sabado.

El joven vagabundo al fin había reunido todo el dinero necesario para poder comprar el collar qur había visto días atrás.

Así que apenas terminó de ayudar en la tienda de la señora Laura, salió apresuradamente en caminó a la joyería Gioielleria Brunelli, una de las joyerías mas grandes y famosas del país.

Lo cuál significa que las joyas que venden ahí son bastantes caras y lujosas.

Tenía pensado comprar un collar de plata con un dije de una cruz.

El collar cuesta 59 euros y es el mas barato de la tienda, ya que no tiene nada de lujo, es de plata pura.

Cuando había llegado a la entrada de la joyería, y estaba a punto de entrar, fue detenido por un guardia de seguridad el cual dijo.

- Lo siento señor, no puede ingresar al establecimiento, por favor retirese.

El guardia fue muy educado con el, lo trato de una manera muy tranquila y educada.

El joven vagabundo, un poco extrañado por la manera tan extraña que lo trato el guardia, pregunto de la misma manera que lo hizo el guardia.

- ¿Por qué no puedo entrar?.

- Es política de la tienda, no puedo dejar pasar a nadie que no este vestido de manera elegante.

- ¡Qué política mas absurda la de esta tienda.

- Pienso de la misma manera que usted, esta política no es nada agradable, si por mi fuera, dejaría pasar a todas las personas sin importar su forma de vestir, pero no puedo hacer nada, solo puedo seguir ordenes.

El joven vagabundo entendió la posición del guardia, asi que decidió no molestar mas al pobre guardia, no quería ponerlo en mas problemas, ya que el había sido muy amable con el, no lo despreció como la mayoría de las otras personas.

En vez de seguir insistiendo, le hizo una pregunta al guardia.

- Oiga, ¿le puedo hacer una pregunta?.

- Claro, dígame en que le puedo ayudar.

- ¿Usted podría hacerme el favor de comprar el collar que tenía pensado comprar?.

- No se, aun estoy en turno y no puedo dejar mi puesto.

- ¡Por favor, si yo no puedo entrar para comprarlo yo mismo, por favor hágame el favor, mire aquí tengo el dinero justo para el collar que quiero.

El guardia lo miro con curiosidad y le preguntó.

- Señor, ¿me puede decir de donde saco todo ese dinero?.

- Claro señor, ese dinero lo conseguí mientras trabajaba en una tienda de unas amigas.

- Entiendo, está bien, deme el dinero para comprarle el collar que usted quiere.

El joven vagabundo sintió una felicidad enorme, ya que iba a conseguir el collar que tanto quería para la hermosa joven.

Emocionado y feliz, le entregó la cantidad que costaba el collar y también le mostro cual era el collar que quería.

La sonrisa que el vagabundo tenía era muy bonita.

El guardia entro con el dinero del joven vagabundo y despues de varios minutos, el guardia regreso con una caja en su manos y se la entrego en las manos del joven vagabundo.

Con una enorme felicidad, le agradeció al guardia y regresó saltando de felicidad a donde dormía debajo del puente.

En la casa de la familia Rossetti.

Ahí conocemos a la familia Rossetti, Alonzo Rossetti, el padre de Alessia, Lucrezia Mancini, la madre de Alessia y Alessia Rossetti, hija unica de la familia Rossetti.

Son una familia bastante elegante y rica, pero no tan rica como las principales familias del país, se podría decir que la familia Rossetti es una de tercera categoría.

Los padres de Alessia habían organizado una reunión con la familia Marino.

Una familia que en términos de poder y dinero esta por encima de la familia Rossetti.

La fortuna de la familia Marino es casi tres veces mayor a la de los Rossetti, esta casi entrando a la segunda categoría de las familias mas ricas.

En la reunión asistieron el señor Ernesto Marino y la señora Virgilia Fontana y su hijo Emilio Marino.

-Bienvenidos, los estabamos esperando, por favor entren.

Los padres de Alessia estaban esperando a la familia Marino en la entrada de su casa.

Ya que era una noche muy especial para la familia Rossetti, ya que esta moche iban a concretar el arreglo matrimonial entre sus hijos.

Los padres de Alessia estaban muy emocionados cuando el señor y la señora Marino le confesaron que su hijo Emilio se había interesado en Alessia.

Aunque no la conocía para nada, decidió investigar mas sobre ella y así descubrió  que la familia Rossetti, en estos ultimos años habían perdido demasiado dinero de su fortuna, estaban casi apunto de quebrar.

Así que decidió hablar con sus padres para aprovechar la situación que estaba pasando la familia Rossetti, para poder comprometerse con Alessia.

Ya que sus padres lo quieren mucho y siempre complacen todos sus caprichos, así que sin siquiera dudarlo un segundo, sus padres aceptaron sin titubear.

- Es un placer conocerlos, señor, señora Rossetti.

- No tienen que ser tan cortes.

Dijo la señora Lucrezia mientras se portaba muy educadamente.

La señora Virgilia no le presto mucha atención a lo que decía la señora Lucrezia.

Miró fijamente a Alessia y hablo.

- Tu debes ser Alessia, ¿cierto?.

Alessia giro su cabeza en dirección donde estaban la familia Marino, ya que estaba mirando a otro lado, ya que no le interesaba conocer a nadie.

Con desinterés alguno, le respondió a la señora Virgilia.

- Si, es un placee conocerlos, señor y señora Marino.

Alessia ni siquiera había visto al hijo de los Marino.

El que Alessia no nombrará a su hijo Emilio, hizo que Virgilia se molestara.

Asi que sin armar mas aspavientos, le presento a su hijo.

- Este es mi hijo, Emilio Marino.

Virgilia señalo al lugar donde se encontraba su hijo.

Emilio se adelanto un paso y se puso enfrente de Alessia.

Ella al ver a Emilio por primera vez, su cara toda amargada y desinteresada, cambió de golpe, una sonrisa tan grande apareció en su rostro y sus bellos ojos se iluminaron en un instante al ver a Emilio.

No esperaba que el hijo de los Marino fuera tan guapo.

Su corazón comenzó a latir cada vez mas y mas rapido.

Temblando cada vez mas por culpa de los nervios, alzo su mano para corresponderle el saludo.

- Mu.......Mucho gusto, yo soy Alessia Rossetti, es un placer conocerlo señor Emilio.

Emilio como era de esperarse de un hombre de su posición, beso suavemente la mano de Alessia como muestra de gratitud.

Lo cual hizo que Alessia se sonrojara bastante como un tomate.

Al ver la actitud de su hija, la señora Lucrezia estaba demasiado feliz, tanto que podría estar saltando en una pierna.

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