Capítulo 6.

Amanece.

Estoy dándome un baño para seguir con este día tan aburrido. Me hace falta algo de acción, pero tampoco quiero poner a Melanie en peligro. Estoy completamente desnudo y no he asegurado la puerta. Así que pasa lo esperado: Melanie entra y al verme, salta del susto, se da la vuelta y se cubre los ojos para no ver.

— ¡Disculpa! No sabía que estabas aquí.

— Tranquila. Pero ya que estás aquí, podríamos bañarnos juntos, ¿qué dices? — sonrío maliciosamente. Sé que nunca accedería, pero me gusta molestarla.

—No, gracias. Disfruta tu baño y no tardes. — y sale. Ella se lo pierde.

Horas más tarde.

Estoy asegurándome de que todo esté en orden mientras Eric me informa por la radio que los que venían detrás de nosotros, eran gente de Frank y que seguían investigando más a fondo el tema. Observo a Melanie y está hablando con alguien por la laptop sospechosamente. Llamo a Jimmy y le pido que intervengan en sus redes sociales para saber qué y a quién le ha escrito algo. En cuestión de segundos, me dan toda la información. Leo todos sus mensajes con Martha y le ordeno a Jimmy avisarle a Eric y los demás para que vayan a detenerla. Yo me encargaré de Melanie aquí.

Si quiere jugar sucio, haré lo mismo.

Un rato después, me la encuentro en la cocina.

— ¿Qué haces? — le pregunto. Sé que está cocinando, pero no logro entenderla, teniendo en cuenta que tenemos mucha comida preparada.

— ¿Qué haces? —me acerco.

—Bailando, ¿no lo ves? —bromea.

—Qué chistosa. —esconde su sonrisa. Me acerco mucho más, tanto, que siento sus nalgas pegadas a mi pantalón. Coloco las manos en la meseta. La tengo acorralada.

—Veo que tu confianza ha crecido para que te vistas así delante de mí. —le susurro.

—Si vamos a estar juntos en esta casa por quién sabe cuánto tiempo, es mejor dejar las diferencias de lado y entendernos. —continúo con la estrategia.

—Pues no me opongo. —mi mano acaricia sus muslos de abajo hacia arriba. Sé que quiere apartarme pero lo está disfrutando. Así que antes de que se arrepienta, meto una de mis manos entre sus bragas y suelta un leve gemido mientras se apoya en la meseta de la cocina.

—Estás llena de ganas, pero te aterra consentirlas. — le susurro. Puedo sentir lo húmeda que está. —Déjame mostrarte cómo se hace. —de un girón, la coloco frente a mí y sin pensarlo, presiono mis labios contra los suyos. Intenta alejarse pero la estrujo fuertemente contra mí para que no escape. Enredo mi lengua con la suya mientras acaricia mi nuca con sus manos.

La cargo, enreda sus piernas alrededor de mi cintura y camino hasta la habitación. La arrojo bruscamente en la cama, le arranco la camisa que llevaba puesta, dejando sus pechos al descubierto. Gateo hasta estar sobre ella. Es mucho más hermosa desde esta posición. Masajeo sus pezones y los beso como si quisiera sacar algo de ellos.

Recuerda el plan, Jack. Recuérdalo. Me repito a mí mismo. La beso y llevo sus brazos por encima de su cabeza. Se desconcierta cuando la esposo astutamente al espaldar de la cama.

— ¿Qué haces? —frunce el ceño.

— ¿Qué? ¿Creíste que podías escapar? ¿Crees que soy tonto? — me aparto. —Tu madre se llevará una sorpresa cuando cientos de agentes vayan a la dirección y la arresten.

—Pero no hago esto por eso.

—Apenas ayer me deseaste que me fuera al infierno y hoy te veo solo en bragas por la casa y tan amable conmigo. Fue suficiente para descifrar tu estrategia. Pensaste que así me engañarías y tendrías ventajas de escapar, ¿no es así?

—No. Tener sexo contigo no era una estrategia. Lo que estaba cocinando, sí. Las hojas que estaba mezclando, funcionan peor que un sedante. Te dormiría por muchas horas y creí que me daría tiempo de irme y volver. Solo quería escuchar la versión de Martha, pero no soy alguien que incluye tener sexo para conseguir algo.

— ¿Y entonces por qué estabas accediendo?

—Porque lo necesito. Necesito que alguien me haga temblar y no de miedo. Quiero asegurarme de que después de esto, puedo tener una vida sexual sana sin ver la cara de ese enfermo. — la observo con mucha excitación y desconfianza a la vez. ¿Este sería otro de sus trucos?

— ¿Y consideras que yo podría ayudarte con eso? —me acerco más. Quiero saborear de cerca su mentira o su verdad.

—Sí.

— ¿Por qué?

—Porque estoy segura de que eres el único que sabe lo que necesito de verdad.  

— ¿Quieres hacerlo conmigo…ahora? —gateo hasta estar sobre ella.

— Sí. —casi podría sorprenderme su respuesta.  

—No quiero que pienses cosas que no son. No puedo usarte de esta forma. —tengo una misión que seguir y esto, no es parte de ello.

—La que quiere esto soy yo. En todo caso sería la que te esté usando. No eres una persona con la que compartiría mi vida. No te preocupes. —esbozo una media sonrisa.

—Solo será sexo.

—Solo sexo. —confirma. Será interesante ver cómo manejamos lo que sea que tengamos sin mezclar sentimientos personales de por medio. Sobre todo si ambos estamos conscientes de la misión y de que no será nada comprometedor. Temía, todos en la estación temían que esto se repitiera, pero…nadie tendrá porqué enterarse. Mientras sea así, todo estará bien.

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