Capítulo 8

Me desperté al escuchar unos ruidos en el piso de abajo, me senté en mi cama viendo que estaba con la misma ropa de ayer, dándome cuenta que me dormí mientras pensaba en todo lo que estaba pasando, aun sin comprender del todo lo que estaba pasando. Esos 2 chicos eran personas que se podían transformar en lobos gigantes y papá también podía hacer eso, ¿y al parecer yo también? Estaba tan confundida pero no quería pensar más en eso, aunque sea por ahora. Me levanté de la cama, agarre ropa y me dirigí a mi baño para tomar una ducha, realmente la necesitaba. Hoy venían mis hermanas tendría que hablar con ellas, si es que no me tomaban como una loca, cuando termine de bañarme y ordenar un poco mi cuarto salí de mi habitación y baje las escaleras para encontrarme con mis papas, no esperando que los chicos de ayer también estén en la sala sentados en un sillón hablando con mi papá.

- ¿Francisco, Sebastián? ¿Qué hacen acá? -pregunte confundida, el

-Se quedaron a dormir, se quedarán hasta tu transformación- Respondió Papá muy tranquilo mirándome.

-Es una broma, ¿no? - Vi a mi papá negar con la cabeza- Papá ellos no se pueden quedar, ¿en dónde van a dormir? - dije agarrándome la frente con mi mano cansada sin comprender toda esta situación.

-En mi oficina, ayer cuando fuiste a tu cuarto corrimos el escritorio y buscamos los colchones inflables, más tarde vamos a buscar las camas de tus hermanas así están más cómodos- Dijo levantándose del Sillón, acercándose a mí y besándome la frente. Dirigí mi mirada hacia los dos adolescentes que estaban en la sala viendo como ellos estaban mirándonos a ambos, iba a decirles algo, pero justo el timbre de la casa resonó en la sala en la que estábamos.

-Llegaron las chicas, voy a abrirles- Dije con tal de escapar, dirigiéndome a la puerta.

-Celeste- dijo con un tono de voz bastante serio, me voltee mirándolo esperando a que prosiguiera- No podés decirles Nada, ¿Me escuchaste?  -dijo papá resaltando el "nada".

-si papa- dije ya agotada de todo esto, seguí mi rumbo hacia la puerta que estaba a pocos pasos de donde estaba y la abrí poniendo una sonrisa en mi cara, viéndolas a las tres con la misma sonrisa en sus rostros, las abracé a las 3 al mismo tiempo y entramos a la casa charlando, al llegar a la sala fue cuando vieron a Francisco y a Sebastián.

-Hola Pa! y... Hola ustedes, ¿Quiénes son? - Pregunto Giselle mirándome.

-Pregúntale a papá- Dije cruzándome de brazos y mirándolo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo