El Misterio De La Luna Rosa II
El Misterio De La Luna Rosa II
Por: The Ghost Of Our Souls
Capítulo 1 - La Luna.

-No, este tomate no está para nada fresco.- Decía Yenneffer mientras soltaba la fruta que tenía en la mano, para posteriormente tomar otra, e inspeccionarla de manera detallada.

-Disculpe señorita, es que aún no ha llegado nueva mercancía, y estos tomares ya tienen algunos días aquí.- Respondió amablemente el dueño de la verdulería.

-No se preocupe, este se ve bien, muchas gracias.

En eso, la chica extendió su mano, dándole unas cuantas monedas al vendedor, para luego retirarse. Yenneffer se encontraba en el boulevard de su pequeña ciudad, muy temprano en la mañana, usaba un bedlah color azul turquesa, con pantalones bullicios esponjosos y largos, pero también utilizaba una capa con capucha marrón oscuro encima de su vestimenta, estaba comprando los ingredientes necesarios para la celebración, hoy sería un día muy especial, puesto que su novio estaba por cumplir años, y ella quería sorprenderlo con una gran comida.

Ella no se percató, pero mientras pasaba por los puestos, una manzana comenzó a flotar hacia ella, para finalmente quedar enfrente de su nariz, tomándola por sorpresa y haciendo que diera un pequeño salto por el asombro, para luego soltar una pequeña risa.

-No deberías asustar así a la gente.- Dijo la chica mientras tomaba la manzana con su mano derecha.

-No estoy asustando a la gente. Sólo te asustó a ti.- Dijo Jhona mientras rodeaba a Yenneffer por la cintura y se acercaba a sus labios, para depositar un dulce beso en ellos.

-Es lo mismo.- Dijo Yenneffer dejando escapar algunas risas. -Feliz cumpleaños amor. Aunque habíamos acordado que nos veríamos en la tarde.

-No puedes culparme por tener tantas ganas de ver a mi novia, son deseos de la cumpleañero, y deben cumplirse.- Se excusó Jhona.

-Supongo que no puedo negarme ante esa lógica.

Yenneffer tomó de la mano a Jhona, y siguió caminando por el boulevard. Miraba hacia todos los puestos que se le ponían enfrente, estaba buscando algo en específico, ya sólo le faltaba un ingrediente para tener todo lo necesario.

-¿Qué buscas?- Preguntó Jhona, quien encontraba realmente tierno lo mucho que ella se esforzaba.

-Eso, es algo que no pienso decirte, ya que es una sorpresa.- Dijo Yenneffer mientras sacaba su lengua, y luego le guiñaba el ojo a su novio.

-Eso no es justo.- Jhona hizo un pequeño puchero, pero eso no sería suficiente como para que ella le contara sus planes.

-Muchas cosas en la vida no son justas.

Yeneffer río, para luego seguir buscando con la mirada el último ingrediente de su lista. Al cabo de unos metros más de caminata, logró encontrar lo que estaba buscando, tomó las mejores cebollas que pudo encontrar, las pagó y se despidió de Jhona. Ya que había encontrado todo lo que necesitaba, ahora solo tenía que ir a su casa para tener todos los preparativos listos.

En el camino de regreso, decidió pasar por casa de Rheagon, sabía que él era un buen cocinero, y que estaría más que encantado de ayudarla, siendo que Jhona también era alguien muy importante para él. Tenían mucha confianza entre ellos, así Yenneffer solía entrar a su casa, sin siquiera tocar la puerta, no era algo que le molestará a Rheagon.

-Entonces, yo logró desarrollar estás habilidades de las que te estaba hablando, y fui capaz de manipular la gravedad a mi antojo, sin mencionar que podía manifestar la energía en diferentes formas…- Rheagon estaba hablando con un amigo suyo, pero al percatarse de que Yenneffer había entrado, se detuvo.- ¡Yenneffer! Que bueno verte.- Expresó con una gran sonrisa en su rostro.

-Me encanta tu entusiasmo, pero no es como que tengamos mucho tiempo sin vernos. Hola Ragnar, un gusto verte.- Dijo Yenneffer dirigiéndose al chico que estaba sentado en la mesa junto a Rheagon.

Ragnar era un chico, de la misma edad que ellos. Era de tez blanca, con cabello largo en la parte de arriba, sujetado con una cola, pero corto a los lados, ojos color café, labios gruesos, una mandíbula prominente, de contextura delgada, pero se notaba una figura bien definida y era un poco más alto que Rheagon. Se levantó de la mesa, y le dedicó una amable sonrisa a Yenneffer, para luego darle la mano a Rheagon.

-Fue una increíble historia, desearía haber estado allí con ustedes. Después podrás terminar de contarme, creo que tienes otros asuntos. Nos vemos después hermano.- Dijo Ragnar, para luego alejarse de ellos, y salir de la casa de Rheagon.

-El sí que es un hombre por el que babear.- Dijo Yenneffer cómo chiste.

-¡Que traviesa! Tú ya tienes a un hombre para ti.- Respondió Rheagon mientras invitaba a Yenneffer a sentarse con él.

-Realmente, vengo a hablar contigo de eso. Se suponía que era una sorpresa, pero conoces a Jhona ¿Quién puede con él? En fin, quería preguntarte ¿Sí querías ayudarme a hacer su comida favorita para esta noche?

-¡Claro que me gustaría! Sabes lo mucho que adoro cocinar.

-Me parece perfecto entonces. ¿Vienes conmigo o te espero en mi casa?

-Yo creo que lo mejor es que me esperes. Tengo que ponerme bonita, no se cumple año todos los días.- Dijo Rheagon mientras una sonrisa se pintaba en su rostro.

-Muy bien, te espero allá.- Dijo Yenneffer mientras se despedía con la mano y salía de casa de Rheagon.

Al llegar a su casa, Yenneffer dejo todos las bolsas de las compras que había hecho encima de la mesa, y luego se sentó, para descansar un poco, había pasado horas caminando de aquí para allá para poder conseguir todo a tiempo, y que Rheagon no llegaría inmediatamente, ella tenía un poco de tiempo para descansar antes de comenzar a preparar todo.

-Como cambian las cosas.- Dijo Bembibre mientras observaba a Yenneffer.

-¿Por qué lo dices madre?- Preguntó de vuelta la chica con clara confusión en su rostro.

-Parece como si hubiese sido hace años, pero tan solo fue hace unos meses. El día de tu cumpleaños, llegaste a casa con un pan que habías robado, vivíamos tan mal en ese momento, que ese pequeño trozo de pan significaba tanto para nosotros, aún así tú nunca te quejaste de mí, ni de la vida que te estaba dando, no fue fácil para mí crear a un niña sola, pero tú lo hacías mucho menos difícil. Eres toda una mujer de bien, y ahora compras con el dinero que tú misma te ganas con tu esfuerzo.- Dijo su madre llena de orgullo.

-Es muy lindo de tu parte madre, pero eso no anula el hecho de que hice cosas malas antes, y ahora tengo que salir con esta capucha para que la gente me venda como a uno persona normal.- Dijo Yenneffer mientras se retiraba la capucha.

-Tu no eres una persona normal, naciste para resaltar. Así que está bien que no te traten como a otra persona cualquiera.

-No es el trato que esperaría recibir, pero gracias madre.- Dijo mientras una pequeña risa escapaba de sus labios, a lo que su madre respondió riendo también.

-¿Qué tienes planeado para hoy cielo?

-Como ya sabes, es el cumpleaños de Jhona, en invité a Rheagon para que me ayude a prepararle su comida favorita. Haremos una pequeña reunión con todos nuestros amigos aquí.

-Eso es muy dulce de tu parte. Bueno, todos serán bien recibidos aquí, amo las visitas.

-Sabía que amarías la idea.

Tres pequeños golpes en la puerta llamaron la atención fe ambas, a lo que Yenneffer se levantó, y fue a abrir la puerta. Quién estaba del otro lado era Rheagon, quien ya estaba listo para ayudar a Yenneffer con todo lo que necesitara, ella volteó para decirle a su madre ya había llegado Rheagon, a lo que su madre lo saludo dulcemente y lo invitó a pasar.

Ambos comenzaron a cocinar, no era la primera vez que hacían esa receta, la conocían muy bien. Trabajaron de una manera impecable, y para las 3:00pm ya tenían todo listo. Les habían dicho a sus amigos que llegarán a las 4:30pm así que aún tenían tiempo para hablar. Yenneffer fue a la cocina, y puso una olla de agua a hervir, cuando llego al punto de ebullición, ella echó unas hojas de té, para luego servirse un poco ella y servirle a Rheagon.

-Es increíble la hermosa relación que tienen ustedes. Se nota que están muy enamorados uno del otro.- Decía Rheagon mientras miraba a Yenneffer.

-La verdad es que si, ha sido toda una travesía estar con él y tener que ayudar a La Ciudadela cada vez que lo necesitan, más en trabajo que tengo para ayudar a mi madre con el hogar. A veces siento que se cansará de mi, pero el uno y otra vez me recuerda lo mucho que agradece tenerme a su lado, no se que hice para merecer a alguien tan extraordinario como él.- Expresó Yenneffer con notoria alegría.

-Es increíble todo lo que logramos juntos. Pensar que hace unos meses liberamos a todo un pueblo del yugo de su rey tirano, y ahora vamos de ves en cuando para ayudar a los habitantes de La Ciudadela, debo admitir que exhaustivo tener que vivir estás dobles vidas.

-Si, pero hacemos lo correcto. Ellos apenas conocen lo que es la libertad, y después de haber pasado un tiempo indefinido siendo estatuas de piedra, hay muchas cosas con las que necesitaran ayuda.

-Sin mencionar que fuimos nosotros quiénes destruimos parte de su ciudad.- Dijo Rheagon mientras tomaba un sorbo de su te y miraba hacia otro lado.

-Ja, ja, ja. Sí, pero al menos los ayudamos a reconstruir la ciudad. No cualquiera lo habría hecho.

-Si que nos hemos ocupado bastante…

-Si… Tanto que ni siquiera hemos podido empezar a explorar la otra dimensión.

-Hey, te he dicho que no te culpes por eso. Estamos manejando esto de la mejor manera que podemos hacerlo, es normal que nos cueste un poco seguir adelante.- Dijo Rheagon mientras tomaba la mano de Yenneffer en muestra de apoyo, sabía que su amiga se mataba mucho la cabeza pensando todo lo que no habían podido lograr.

-Si, lo sé… Es solo qué…- Estaba diciendo Yenneffer cuando fue interrumpida.

Nuevamente había alguien tocando la puerta, y ambos enseguida pensaron en quien debía tratarse. La chica se levantó de su asiento, y caminó hasta la puerta, para posteriormente abrirla, y darle la bienvenida a Jhona, se inclinó un poco para poder darle un beso de bienvenida, y luego lo invito a pasar. Rheagon y Yenneffer decidieron dejar la conversación para otro día, era el cumpleaños de Jhona, y ellos decidieron que no querían arruinarlo con tonterías.

Los tres comenzaron a conversar sobre cosas cotidianas, y hacían chistes sobre lo que sucedía en sus vidas en ese momento. Al cabo de unos minutos empezaron a llegar los invitados, como siempre Melantha y Vadhir llegaron juntos, poco después llegaron Laraine, Edmund y Noyerah, quienes traían consigo una jarra de jugo para compartir, luego llegaron Lyssa, Kalena y Hernaya, para que finalmente llegaron Alteryion y Edlyn, habían hablado tanto que no se dieron cuenta de que ya era hora de su reunión. Todos estaban sentados en la mesa, y Rheagon se ofreció a servir la comida para todos. Compartieron de un tiempo hermoso con sus amigos, todos disfrutaron un montón juntos, y el tiempo pasó volando.

La noche cayó, y ya Noyerah debía regresar a su casa, ya que sus padres se preocupaban mucho por ella. Todos se ofrecieron a acompañarla, sabían que se podía ciudad sola, pero de igual manera quisieron ir en grupo, estaban muy acostumbrados a hacer todo juntos, siempre habían sido muy unidos.

Al salir de casa de Yenneffer, Noyerah se quedó perpleja mientras veía el cielo, todos se extrañaron por el acto de la chica, así que la imitaron y vieron hacia arriba, llevándose la gran sorpresa de que la luna que se asomaba en el cielo, se veía muy diferente a lo que conocían. Primeramente se veía extremadamente grande, pero eso no era tan raro, lo que mas llamo la atención de todos, fue el hecho de que tenían un color Rosado intenso, con un brillo que lograba hacer que toda la ciudad en la vivían tuviera una tenue luz rosa. Yenneffer llamó a su madre para ver si ella tenía alguna idea de que podría estar pasando.

-¿Qué significa esto? Nunca había visto nada parecido en mi vida.- Dijo Bembibre mientras observaba la gran luna rosada.

-Tampoco he leído nada sobre ello en ningún libro de historia, es probable que sea la primera vez en nuestra historia que vemos un fenómeno de tal naturaleza.- Dijo Jhona.

-¡Oh por Dios!- Gritó Noyerah, para luego salir corriendo rápidamente.

En su asombro, ninguno de los presentes se había percatado de que había un cuerpo tirado en el suelo. Todos repitieron el acto de Noyerah, y salieron corriendo hacia donde se encontraba el cuerpo, y al acercarse, se dieron cuenta de que se trataba de Obadiah.

-Obadiah ¡Obadiah! ¡Despierta!- Decía Noyerah mientras colocaba la cabeza de Obadiah suavemente sobre sus piernas. A lo cual él comenzó a abrir los ojos lentamente.

-¿Qué…? ¿Cómo llegué aquí?- Dijo Obadiah muy confundido.

-Esperábamos que tú pudieras respondernos esa pregunta.- Expresó Laraine mientras colocaba su mano derecha en su barbilla de manera pensativa.

-¿Qué está pasando? Primero una gran luna rosada se asoma en el cielo. ¿Y ahora uno de los habitantes de La Ciudadela aparece en nuestra dimensión sin tener idea de cómo?- Preguntó Yenneffer.

-Algo aquí no me convence.- Decía Jhona mientras que observaba la luna.

-¿Por qué crees que este pasando esto?- Preguntó Rheagon a Yenneffer.

-No tengo idea, pero creo que tendremos que averiguarlo. Ha pasado un tiempo, pero creo que es hora de que volvamos todos a la dimensión de mi padre. Hay un nuevo misterio que debemos resolver.- Decía Yenneffer mientras miraba con mucha intriga a Obadiah, y seguía repitiéndose en su cabeza ¿Por qué está pasando esto?

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