"Solo Contigo"
"Solo Contigo"
Por: Bonnie
¿Quién es él?

Hoy estoy en la universidad y sinceramente me resulta lo más aburrido de mi vida, ya que  la carrera que quiero mi madre no me deja estudiarla, ella está empeñada  en que debo ser abogada.

Estoy comiendo una ensalada, estoy sola sentada en las últimas bancas que hay en la universidad, aunque tenga algunas amigas a mí alrededor, a veces necesito estar un poco sola conmigo misma. Mientras mastico un poco la ensalada tomo mi celular y lo primero que veo en mis redes sociales son las fotos que mi madre se ha tomado en Bali, claro para ella estar lo más lejos de mi es lo ideal, aun no entiendo como mis padres se atrevieron a tenerme si al fin de cuentas ellos dos se iban a divorciar, ahora mi madre es la típica mujer soltera codiciada de todo el país, la Reyna de las editoriales y mi padre el hombre más importante del país y eso es por su empresa de aplicaciones.

Mientras que yo su hija ante sus ojos, solo soy una chiflada, rebelde y mal portada. Dejo mi celular, tiro la ensalada al bote de b****a y solo me dispongo a irme a mi salón de clases.

Las horas de clases se pasan volando, así que me dirijo a mi casa. Sinceramente me siento muy sola en esta casa enorme y si… aunque tengo  a todos los del personal a mi disposición y a mi nana clara eso no es suficiente aunque para ser sincera no sabría que hacer sin mi nana, ella me da el cariño que mis padres ni en sueño me dan.

Dejo mi bolso en la sala, después me dirijo a la alberca que hay cerca del gimnasio que está dentro de la casa.

 Me quito la ropa y solo me quedo en ropa interior y sin pensarlo comienzo a nadar hasta cansarme.

Ha pasado mucho tiempo, así que cuando me doy cuenta mi nana esta frente a mí con una toalla.

—Mi niña es hora de comer—dice mientras sonríe.

Enseguida salgo de la piscina, tomo la toalla para luego secarme el cabello.

—No sé qué haría sin ti nana —la abrazo —Diles que me lleven la comida a mi recamara—la suelto y sigo caminando.

Llego a mi recamara y es hora de bañarme. Cuando salgo de hacerlo miro mi celular y enseguida llamo a mi amiga Ada Rocalli a decir verdad creo que de todas las amigas que tengo es la más leal.

—Mientras me bañaba estuve pensando que debemos ir a la fiesta que hará Carlota esta noche—le digo sin rodeos.

—Maddie no creo que sea buena idea, tu mama ya te advirtió que no quiere más problemas, te dijo que si te metes en más problemas te hará ver tu suerte.

—Ay no le hagas caso a mi mama, solo dice eso pero luego se le olvida, ella está tan… ocupada en sus viajes de negocio que ni atención pone y de mi padre ni hablemos, aunque esté casado con otra  se la pasa de mujer en mujer y en negocio en negocio así que tampoco tomará atención.

—Maddie no vayas, mejor vamos al parque ¿Qué te parece? Ay que hacer algo más tranquilo. —sugiere.

—No, yo iré y si no quieres acompañarme es tu problema, al fin compañía tengo mucha—cuelgo el teléfono y me dispongo arreglarme.

Termino de arreglarme, de verdad que esta fiesta es la ideal para lucir mi vestido de diseñador enviado desde Francia y mis zapatillas de  Stuart Weitzman, después de verme por un momento en el espejo me dirijo hacia la salida.

—Niña ¿A dónde vas? —pregunta mi nana impidiéndome el paso.

—Nana, por favor quítate de mi camino, no me harás cambiar de opinión. —sigo caminando hasta llegar frente a ella.

—Maddie, si te dejo ir tu mamá se enojara mucho contigo—me suplica.

—Nana, mi mamá se enoja por todo, hasta porque respiro, nos vemos más noche —le doy un beso en el cabello y sigo con mi camino.

Enciendo mi coche y me dirijo hacia la fiesta. Al llegar los chicos no dejan de cortejarme, claro ser una lagos y ser demasiado bella tiene su recompensa.

Sigo caminando hasta llegar con algunas de mis amigas, enseguida me siento a platicar y a beber sin medida.

—Nena, ya viste a Estefanía, acaba de llegar de Londres con sus padres, se la llevaron de viaje por su cumpleaños y volvieron hace dos días. La muy imbécil dice que tú jamás tendrás un viaje así—alza las cejas mientras me mira.

—Eso no me quita el sueño, no deja de ser una perdedora a mi lado—frunzo el ceño.

—Pues ya no es tan perdedora, casi te sobre pasa en redes sociales, además de que se operó las bubis ah y también no se ha cansado de hablar mal de ti y lo peor de todo es que todos le ponen mucha atención —se ríe un poco.

—Te quieres callar ¿Tú eres mi amiga o mi enemiga? Deja de hablar tanta m****a ¿Quieres? —tuerzo los ojos y sigo tomando.

Las horas pasan y sigo tomando hasta embriagarme, es momento de irme esta fiesta ya apesta.  Pero antes de irme debo arreglar algo con Estefanía. Camino hacia ella la cual está de espaldas enseguida la tomo del hombro y la volteo con fuerza.

—¿Aun no te cansas de hablar de  mi? —pregunto.

—¿De qué hablas? Ah ya se, de lo mediocre que eres, nunca me cansare de hacerlo —sonríe de lado.

—Maldita envidiosa —respondo.

—¿Envidiosa? Ah claro por tu dinero ¿No? ¿Sabes algo? Podrás ser las más rica de todos aquí, pero el amor de tus padres no se compra por que a diferencia tuya nuestros padres si nos aman y claro podrás comprar todo lo que tú quieras pero jamás te llenara porque estás tan pero tan sola, y si, si vas a decir tengo a todas las amigas del mundo pero… solo están contigo por tu dinero , acaso no te han dicho que pareces huérfana, tus padres nunca asisten a nada de la universidad pero si a sesiones de fotos y a juntas a empresariales y no se diga de los viajes eh, muy costosos pero sin su hijita—avienta una carcajada.

Eso basto para que mi adrenalina explotara, la miro con gran enojo y después solo me rio.

—Cállate estúpida, aun así me envidias—termino de decir para luego soltarle el primer golpe—Ahora no se ve tan linda tu naricita —ahora soy yo la que me rio.

Sigo golpeando a Estefanía hasta dejarla tirada en el suelo. Ella solo me mira con temor. Alrededor de mi hay varias personas las cuales me miran con seriedad.

—Y a la próxima piensen antes de hablar de mi —digo con coraje para después hacerlos a un lado y salir del lugar.

Llego a mi casa, con el cabello alborotado y con uno que otro golpe en el rostro. Mi Nana está sentada en el sofá.

—¿Qué te paso Maddie? —pregunta mientras se para del sofá y se acerca a mi.

—Todo lo que dijo ella es verdad, mis padres no me quieren y estoy tan… sola—empiezo a llorar.

—Mi niña, ellos si te quieren, solo que no saben cómo demostrarlo y no estás sola me tienes a mí. —me abraza.

Han pasado dos días después. Hoy llegué de la universidad algo tarde, la directora me mando a llamar ya que los padres de Estefanía están en la dirección esperando una explicación del porqué  golpee a su querida hija.

Después de eso llego a casa, estoy por subir a mi recamara pero la voz  de mi madre me detiene.

—¿A dónde vas? —me habla con autoridad.

—Mamá ¿Regresaste?—sonrío, estoy a punto de  abrazarla pero me detiene.

—¿Crees que tengo ganas de que me abrace una hija como tú? Tuve que suspender mi viaje por tu culpa hasta donde estaba me llegó esa noticia ¡No lo puedo creer! No puedo creer que arruines en un instante mi reputación, ah porque claro que solo volvi  para evitar que la sigas dañando—niega con la cabeza.  

—¡Mamá! Pero como dices eso —frunzo el ceño.

—¿Y qué quieres que diga después de esto? —me avienta una revista en la cara.

En la cual aparezco en primera plana, claro y como no si deje a Estefanía con la cara morada.

—Mamá lo puedo explicar por favor escúchame—le suplico.

—¡No! No hay nada que explicar, te portas como una pandillera,  jamás debí cambiarte el orden de los apellidos debí dejar el de tu padre primero, solo hundes mi apellido y siempre tengo que ser yo quien cargue con tus estupideces, te aseguro que no tienes idea de a quien golpeaste ¿Qué no te das cuenta de que tu padre tiene problemas con ese tipo desde hace tiempo?  y ahora tú con tu brillante idea de golpear a esa niña —golpea la mesa que hay a un lado de ella.

—Mamá es el mismo apellido solo que el tuyo no sé porque rayos lleva una tilde en la a —la miro desconcertada.

— Mira niña de mi no te burlas, aun así mi apellido es único exactamente por esa tilde que dices, no es lo mismo Lagos que Lágos el de tu padre es un simple lagos en fin  esto no se queda así, te dije que a la próxima habría consecuencias, Aarón adelante por favor—me mira con decepción.

—¿Quién es él? —pregunto desconcertada.

—¿Él? pues él es tu guardaespaldas o tu escolta personal como lo quieras llamar,  en fin es quien evitara que hagas más tonterías y quien te protegerá de tus haters porque hasta eso tiene la niña, causaste mucho revuelo en las redes niña estúpida y gracias  eso te llaman lady golpeadora—dice con enojo—Alguien desato toda esa furia hacia ti y alguien está alentando a mucha gente a odiarte ¿Estas satisfecha?  Y también estarás más satisfecha cuando tu mensualidad de gastos baje porque gracias a ti muchos contratos se cancelaron y no, no estamos en banca rota ni cerca de eso estamos, pero como te dije habrá lecciones y la dos primeras son estas—termina de decir y se va.

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