Capítulo 1

 Capítulo 1

Marc y yo habíamos coincidido en muchas fiestas, ambos tenemos ese gusto especial por la diversión; pero realmente nunca nos habíamos prestado la suficiente atención como para comprobar que podíamos estar algo interesados uno en el otro. Hasta que a Cristian le dio la magnífica idea de desaparecer de la faz de la tierra, o más bien de la ciudad. aveces soy muy exagerada, y dejar a Marc como el guardaespaldas de Ana. Lo tenemos pegado todo el tiempo y hay que reconocer que el chico me parece muy atractivo. No es que quiera una relación seria con ese tipo de imbécil, pero no estaría nada mal un revolcón de vez en cuando. No seamos hipócritas, todas alguna vez hemos pensado algo como eso de algún chico y por lo menos yo en lo personal no soy ninguna princesa. Me gusta el sexo y amaría probar su cama. O que él pruebe la mía, me da igual.

- oye niña bonita donde fue Ana? -me gusta, pero odio como me habla

- no viste que salió corriendo, se siente mal

- y¿por qué no vas con ella?

- eso estaba intentando cuando me llamaste, imbécil,¿para que me detuviste?

Salimos al jardín, pero yo llegué primero que él

- ¿que está pasando?- pregunto,yo tampoco sabía, así que mire a ana

- no lo sé. El olor de Rick me provocó náuseas

- pero ¿te sientes mal?

- no lo sé. Esto me está pasando algunas veces. Debe ser un resfriado, o.un mal de estómago. 

La cara de Marc me hubiera dado risa si estuviéramos en otra situación. Parecía aterrado

- cuando te sientas mejor me dices para llevarlas a casa

- no es necesario yo me encargo de ella, puedes seguir disfrutando de la fiesta

- vamos Sofía, no te pongas en ese plan. Sabes que me necesitan. Crees que en ese estado puedes llevarla tu sola a casa

Odio cuando me llama Sofía, pero no voy a entrar con él en una discusión. No cuando Ana está en este estado. Ademas lo que me está diciendo no carece de razón.

Cuando pasó un poco el malestar la pusimos en el auto, pero fue muy difícil llegar a casa, ¡aunque estaba muy cerca!,porque teníamos que parar cada dos por tres para que ella vomitara. La dejamos en casa y me iba a la mía, pero él me estaba esperando fuera. Se veía precioso, ese color moreno. Sus ojos color café y su pelo negro me vuelven loca. Ademas su actitud superior es obvio por su postura. Me molesta pero a la vez me encanta.

-¿cómo la dejaste?

- bien. Bueno mejor, porque bien no podía estar después de tanto vomitar. Pensé que te habías ido. No creí encontrarte aquí. Podía haber estado dentro hasta mañana

-asi que siempre piensas lo mejor de mi Sofíaí. Me quedé porque supuse que saldrías pronto y quería saber cómo estaba Ana.

Él estaba recargado en su auto y tenía las manos cruzadas en su pecho

- cuantas malditas veces tengo que decirte que no me llames Sofía- le dije mientras me acercaba y ponía mi dedo en su pecho

- es que ese es tu nombre. Nunca me Han gustado mucho los diminutivos- respondió sin inmutarse lo más mínimo. Como si no le hubiera dicho nada

- entonces no te refieras a mí en lo absoluto- me alejé para irme y el me sostuvo el brazo

- ¿pero que voy a hacer? No puedo evitar molestarte. Es que te ves muy linda molesta - se acercó mucho a mí. Tenía su rostro a un respiro del mío y sin pensarlo lo besé. Él me sujetó por los hombros y me aparto

- ¿qué crees que haces?

- viendo si esa boca tuya servía para algo más que para decir tonterías

- estás jugando con fuego Sofía

- no sé. No veo el fuego por ninguna parte - le dije de forma provocativa y me acerqué más a él. Ya no quería esperar más para estar con el.

- tú lo pediste- me acerco más a él y me beso. Ese beso era fuego. Justo lo que necesitaba para sacarme mis preocupaciones de la cabeza. Mi cuerpo se calentó mucho aunque él solamente mantuvo sus manos en mis caderas. Pude sentir que él se estaba excitando, tenía su erección clavada en mi pelvis,hubiera dado lo que no tengo por ser un poco más alta u sentirla en mi centro. Se apartó

- es mejor que me detenga - está loco. Tiene que estar loco no cabe duda, si no, no se hubiera detenido- y que crees. ¿Mi boca sirve para algo más o no?

- aún no estoy segura - lo volví a besar- él me volteó y me atrapó entre el auto y su cuerpo

- creo que es mejor que te detengas Sofía

- no quiero detenerme Marc

- entonces dime- me miro serio- ¿tu casa o la mía?- yo me reí 

- pensé que dirías otra cosa. Obvio que la mío que está más cerca

-¿y tus padres?- en momento tos como estos amo a mis padres ausentes

- mis padres nunca están en casa

- súbete al puto auto antes de que te quite la ropa en la calle

No conocía esta faceta tan sexi. Lo obedecí y me subí al auto aunque era muy cerca. Entramos en mi casa y no me dio tiempo a decirle nada. Vino sobre mí y devoró mi boca.

- cuando salga de tu casa vas a saber para todo lo que sirve mi boca

- espero que no sean pamplinas

- tú dirás. ¿Dónde está tu habitación?

- escaleras arriba tercera puerta a la derecha

Me tomo en brazos y así hizo el camino a mi habitación mientras me besaba

- puedes abrir la puerta por mí. Tengo las manos ocupadas

Me paró frente a la cama y me desnudo con total calma. Cuando terminó me empujó a la cama y me le quede viendo

- ¿por qué me miras tanto?

- no estás siendo demasiado controlador.- vino sobre mí- no piensas quitarte la ropa

- aún no. Primero pienso sacarte de tus dudas

Le iba a preguntar a qué se refería, pero me respondió en cuanto sentí su boca en mí ceno izquierdo. Se me escapó un suspiro y él levantó su rostro y me miro. Movió su cabeza a mi otro ceno y puso su mano en el anterior. Era magnífico, sabía cuándo succionar y cuando utilizar su lengua. Estaba imaginándome como debía sentirse en mi vagina cuando comenzó a descender. Creo que tenemos telepatía, lo primero que sentí fue su aliento y deje de respirar para que no se acabará el momento. Pero lo que pasó fue que mejoró. Cuando sentí su lengua en mi interior ya mis gemidos eran algo parecido a gritos. Me miro y se río

- no te detengas

- no pienso hacerlo

Puso sus manos en mi trasero y me acomodo más arriba para tener mejor acceso. Succionaba mi clítoris y pasaba su lengua de arriba hacia abajo me tenía al límite

- creo que - el aliento me salía entrecortado y no lograba decir una idea completa

-¿qué es lo que crees Sofía?

- creo que me voy a venir Marc

- eso es lo que quiero

Acelero el ritmo de su lengua hasta que sintió como se contraía mi cuerpo y salía líquido de mi interior. Pensé que se detendría, pero siguió por un rato más. Mis ideas estaban confusas y mi cabeza nublada;todo mi cuerpo se encontraba en alerta, había sido un orgasmo fenomenal y no lo escuche cuando habló

- ¿qué dijiste?

- un condón Sofía ahora

Sonaba desesperado y en algún momento se había deshecho de su ropa. Le entregué un condón y se lo puso extremadamente rápido. Se ve que tiene experiencia, se colocó sobre mí y me penetró sin pensarlo dos veces. No tuve oportunidad de ver su miembro, pero por como me sentía de llena era obvio que su tamaño no era nada despreciable

-¿te gusta lo que sabe hacer mi boca?

- algo así. Parece que no solo sirve para hablar

- eso está bien, pero aún no acabo de demostrarte las cosas que sé hacer- si sigue así soy capaz de encerrado en el sótano para utilizarlo cuando esté aburrida

Para cuando terminó la noche, me quedo claro que tenía mucha experiencia en esto del sexo. Yo no soy virgen, pero nada que ver con este chico. Tal pareciera que vive para el sexo.

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