¡Capítulo 2!

CAPÍTULO 2. SUS OJOS.

M E L O D Y.

La cena fue tranquila, mamá y Jeremías hablaban de su familia y de otras cosas relacionadas con su trabajo entre otras. Yo por otro lado quería irme a mi cuarto, me sentí rara en este lugar. Me daba algo de ansiedad demasiada tranquilidad, necesitaba mi música de inmediato.

Solo quería irme y dormir.

Cuando terminé de cenar, me disculpé y me fui a mi habitación, la casa era grandísima, por suerte soy muy buena recordando las cosas y ubicarme no me es difícil, nunca me he perdido ni nada por el estilo, además como la mayoría del tiempo he estado sola, siempre tenía que estar más alerta de mi entorno. Uno nunca sabe quien puede ser el que te haga daño, un desconocido, o quizás uno muy conocido. Siempre hay que estar alerta.

Llegué a mi cuarto y cerré la puerta con seguro, fui al baño y me bañé, deslicé mi pijama con suavidad, tomándome mí tiempo. Luego salí y vi la hora en mi celular que marcaba las "22:45", no era tan tarde, sin embargo, mañana era lunes y comenzaba la preparatoria muy temprano, me gustaba la escuela, era bastante buena, tanto en las materias, como en el deporte, sabía hacer muchísimas cosas a parte. Siempre trataba de mejorar, si quería ir a una buena universidad más que nada.

Luego de peinar mi largo cabello y dejarlo que se seque naturalmente camine hasta el sillón junto a la ventana y me senté a ver la luna, la ventana estaba bastante más arriba, lo cual me dejaba ver todo el panorama, aunque en este momento la visibilidad era poca. Estaba tan concentrada que en un momento me pareció escuchar varios ruidos, entre ellos un ¿Aullido?

Si eso era, por supuesto que no debería sorprenderme que aquí haya este tipo de animales en un lugar así, tan apartado y en una naturaleza tan pura. Amo a los lobos, son fascinantes, amo con locura cada historia escrita. Ya sea como historias viejas, o nuevas. Siempre hay algo nuevo que aprender. Desde las fantasiosas, hasta las más normales en sí.

Me asomé más a la ventana y la abrí, haciendo que el frío viento de la noche me toque la piel, y cerré los ojos disfrutando de la caricia fría que me proporcionaba la brisa.

El aroma a la naturaleza, pino, musgo y tierra me llegó a mi nariz, era muy hermosa la paz que me hacía sentía. Desde hace mucho tiempo no la disfrutaba tanto, esa paz y tranquilidad junto con mi corazón se la habían llevado hacía mucho tiempo.

Estaba disfrutando tanto de la tranquilidad que me rodeaba que no me di cuenta de que había alguien en la entrada del bosque hasta que me llegó un aroma diferente. Era algo diferente al bosque, pero aun así se sintió que era parte de él. ¿Cómo era posible sentir su aroma tan fuerte? Como si estuviera pegado a mí. Eso me hizo abrir los ojos y buscar la posible fuente.

Hasta que lo encontré, me estaba mirando directamente y yo a él o lo que apenas y lograba distinguir, pero sabía que me observaba, tan detenidamente que me sentí pequeña. Era extraño, pero no sentí miedo, era más bien una gran curiosidad.

Vi que se iba a acercar y ahí sí me entró el pánico, así que cerré la ventana con rapidez y me alejé un poquito. Respiré profundamente y volví a ver el lugar donde estaba la silueta, pero esta vez a través, no obstante, ya no estaba.

¿Qué diablos había sido eso? O más bien ¿Quién? Algo raro pasaba aquí y ¿Si mi tío también estaba metido? ¿Mi mamá lo sabe? Tendría que investigar, aquí algo pasa y no voy a poder con la incertidumbre.

Pero como dice el dicho, la curiosidad mató al gato...

Pero murió sabiendo.

Regresé mi vista al bosque buscando alguna cosa, no sabía qué. Sin embargo, no encontré nada. Un extraño sentimiento sin explicación comenzó a surgir. Más que nada como, desesperación y algo más.

Agarré nuevamente mi celular y vi la hora "23:26". M****a ¿Tanto mire por la ventana?

Me levanté y me metí en la cama, cayendo enseguida, tenía mucho sueño y estaba cansada, por el viaje, la mudanza y todo lo que conlleva después.

°°°

Me desperté temprano, para prepararme tranquila, por suerte no había que llevar uniforme y solo llevaría mis jeans azules rasgados levemente en los muslos, una blusa blanca, mi campera negra y mis zapatillas azules. Ya con mi cabello solo lo peinaría y listo. Al verme en el espejo no pude evitar admirar lo blanco de mi cabello. Al verlo no parecía natural, pero la realidad era que sí. Tipo albino, la realidad es que nadie sabe porque lo tengo así. Siempre hay quienes llegaron a burlarse de él, otros admiraban el color, ya que sin si quiera teñirlo lo tenía así. Todos terminaron con algún golpe, si llegaban a molestarme. Era así y punto, no cambiaría por nada, ni por ellos.

Baje con mi mochila en el hombro, en búsqueda de la cocina, aún faltaba para salir por tal motivo quería ir a desayunar y así salir tranquila.

Cuando al fin la encontré, dentro ya había dos personas más aparte de mi mamá y mi tío. Eran dos mujeres, las cuales se encontraban cocinando algo que olía demasiado bien.

― Buenos días. ― murmuré. Ellos repararon en mí y sonrieron. Mi madre me señaló una de las sillas al lado de ella, y fui a tomar asiento dejando en el suelo mi mochila. Suspire aire con fuerza al ver lo que estaban desayunando.

― Hola sobrina ¿Como dormiste? ― pregunto Jere, después de dejar su taza de café a un lado.

― Bien gracias.

― Señorita ¿Qué desea desayunar? ― una señora de unos cincuenta y tantos me regaló una tierna sonrisa mientras me escaneaba con evidente interés.

― Solo quiero una manzana y un vaso con chocolatada, si es que hay. ― respondí, levemente incómoda por tanto escrutinio.

― ¿Solo eso hija? ― mi mamá despegó los ojos de su computadora y me miró con el ceño fruncido.

― Si mamá, sabes que no como casi nada antes de ir a la escuela, por mis nervios. ― me encogí de hombros restándole importancia.

― Si lo sé hija, pero es muy poco. ― dijo mamá mientras acariciaba mi cabello con la suavidad de siempre.

― Si, pero después comeré algo allá, no te preocupes. ― sonrió claramente más aliviada. Jeremías solo nos observaba sin dejar de comer. — ¿Qué? — pregunté mirándolo.

― No, nada. ― dice y se encoge de hombros. ― solo me gusta tu cabello, es muy hermoso. ― aclara y me sonríe.

― Gracias.

― Aquí tiene señorita. ― me entrega la manzana y el vaso con la chocolatada fría.

― Solo Melody por favor... — alargue la frase por qué no sabía su nombre.

― Carmen.

― Carmen, solo dígame Melody. ― dejé en claro y ella asiente, luego se va a seguir con sus cosas.

Termino mi vaso de leche y me levanto para lavarlo rápidamente, para después dejarlo en su lugar.

Paso una mano por mi largo cabello y me giró a ver a mi madre cuando me habla.

― Hija, tu tío te va a llevar a la preparatoria.

Solo asiento y observo a mi tío que está limpiando sus manos con la servilleta.

― ¿Lista? ― me pregunta levantándose. Asiento con la cabeza y luego de tomar mis cosas me despido de mi madre.

Ahora a ver como nos va hoy. Supongo que como siempre la nueva es la principal atracción. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo