CAPITULO 5

Dejo que observarla y decido hablarle.

— hola — le doy mi más grande sonrisa. —  qué tal si me cuantas tu historia de cómo lograste estar con un brazo enyesado - su rostro se ensombrece, pero decido continuar — estoy aburrida y no sé cuánto tiempo tenga que estar acá.

Suspira, y me regala una sonrisa, y deja de observarme para ver su brazo.

— solo si me cuentas también lo que te ocurrió, cuando llegaste estuviste a punto de irte al otro lado, los doctores se volvieron como locos, pero lograron estabilizarte — estoy asombrada, casi me voy.

— está bien.

— cando llegue al subterránea me pusieron con una compañera de cuarto, todo iba bien hasta cuando los doctores empezaron a suministrarle medicamentos para su recuperación, ella sufría de depresión, y cuando la llevaban a los laboratorios para los exámenes, volvía estresada y se perdía en sus pensamientos, lloraba en las noches y no salía en días de la habitación un día cuando volvió, la notaba distinta, de un momento a otro sus ojos se volvieron rojos y su respiración errática, comenzó a cortarse y cuando intente detenerla me ataco, su fuerza era descomunal y se movía como un león hacia su presa, me golpeo tan fuerte que perdí el conocimiento y cuando desperté ya estaba aquí, lo único que me dijeron fue que mi compañera murió. — el recuerdo de los ojos de los gorilas inunda mi mente, no puede ser coincidencia que ellos también tuvieran sus ojos rojos cuando se volvieron agresivos — ahora dime como es que resultaste casi muerta.

Esta chica me trasmite confianza y eso es lo que me da el valor de hablar de lo sucedido.

— estaba tranquilamente en mi habitación ,no me asignaron compañero, entonces estaba con una enfermera cuando de la nada unos pacientes del doble de mi tamaño entraron golpeando y dañando todo a su paso, tenían unas pinzas y metal en sus manos, no sé de dónde lo sacaron, mi acompañante fue a pedir ayuda mientras yo me enfrentaba a los gorilas una cosa llevo a la otra hasta que toda la habitación estaba bañada en sangre dos cadáveres y una casi moribunda y pues cuando desperté estaba aquí postrada con un dolor de m****a por todo mi cuerpo.

— Ah por cierto mi nombre es venus, si como la diosa, no sé qué rayos estaban pensando cuando me pusieron ese nombre — las risas inundan la sala, se siente tan relajante hablar con alguien que se encuentra en las mismas condiciones que tú.

— mi nombre es Tania

Así paso durante el resto del día entre charlas triviales, risas y bromas, enfermeras y doctores entraban cada tanto pasa ver cómo nos encontrábamos, se sentía tan normal que por un momento me olvide en donde me encontraba y disfrutaba.

El cansancio nos pasó factura a las dos y caímos rendidas sin darnos cuenta que lo que se avecinaba

Estoy disfrutando de una ducha relajante después de levantarme, ya han pasado dos días y mi cuerpo necesitaba sentir la deliciosa agua fría para quitar la suciedad de mi cuerpo.

Los golpes en la puerta hacen que, de un respingo, y me cabrea que me estén vigilando.

— ya voy dejen que, aunque sea me dé una ducha relajante

— apúrate, que no tengo todo el día para perderlo contigo — esa odiosa enfermera es un dolor de cabeza no me deja ni un solo segundo porque según ella soy peligrosa.

Tomo la toalla y seco mi cuerpo con delicadeza de no hacerme más daño, me pongo el uniforme blanco y salgo viendo la mirada asesina de me da la señora enfermera, la ignoro pasado por su lado y cojeando me dirijo hacia mi cama.

Venus hace unas horas le dieron de alta y le asignaron otra habitación, pues la anterior se encuentra en arreglos. Nos prometimos volvernos a ver, aunque no estoy tan segura pues nunca antes la había visto en el comedor o pasillo en el que me encuentro.

Gracias a Allison sé que el bloque A, hay aproximadamente cincuenta pasillos y en el bloque B cuarenta pasillos. La clínica la construyeron para pacientes problemáticos, violentos, y hay una cárcel no muy lejos de la clínica donde se practica la tortura para aquéllos que no pueden ser controlados por la clínica, todo esto en una isla de aguas canadienses.

Son muy pocos los del gobierno que saben sobre esta clínica, mantiene oculta la parte de la prisión y el subterráneo para no causar pánico ni conflictos por lo que se realiza en esta, solo muestran la primera planta donde los pacientes son un poco pacíficos y controlables con los medicamentos.

— hola Tania — Allison aparece en mi campo de visión y le regalo mi mejor sonrisa

— hola, que te trae por aquí 

Se ve un poco ojerosa y cansada, sé que lo de su hermano la atormenta.

— mi hermano ya ha sido trasladado a este bloque y por lo que pude observar…nada ha cambiado durante estos dos años, y me frustra no saber que hacer para ayudarlo — un sollozo se le escapa y la abrazo, al principio me incomodaba mostrar afecto, pero me acostumbré porque Allison es una persona muy cariñosa y muestra sus sentimientos muy abiertamente.

— no te preocupes, debes ser fuerte por tu hermano y todos los que te necesitan

— lo se… por cierto lo te cambiaron a otro pasillo

— y cuál es el pasillo

—  el 11, no debes preocuparte, en ese pasillo no ocurren tantos accidentes, creo que en ese mismo han trasladado a tu nueva amiga venus, podrás verla más seguido y desaburrirte cuando yo no puedo acompañarte.

Las horas se pasan volando y cuando llega el momento de dirigirme hacia mi nueva habitación, me poner unas molestas esposas en mis muñecas y me escoltan dos guardias con cara de póker.

Cuando vamos pasando por lo que parece ser una sala oscura, se escuchan gritos desgarrados que hace que mi cuerpo tiemble de miedo ante lo que ocurre dentro de esas puertas metálicas, acelero el paso para llegar lo antes posible a mi habitación y refugiarme.

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