CAPITULO 3

Me asignaron una habitación medio decente sin ningún objeto con el cual pueda dañar a alguien o dañarme a mí misma, una pequeña muchacha me curo las heridas con delicadeza y también me entablillo la muñeca, su presencia fue como luz para mí, mi ira se esfumó y fue remplazada por una ternura deliciosa que no puse objeción ante sus cuidados.

Tengo un pequeño armario donde solo hay cuatro mudas de ropa, una cama un poco más grande que la anterior y suavecita pareciera que duermo en algodón de azúcar, no creo que sea tan malo el subterránea como me lo han pintado.

Puedo moverme libremente por la habitación. Me acuesto en la cama, pero no duro ni dos minutos cuando escucho una alarma. Salgo al corredor a ver que sucede y lo que veo me deja impactada, al fondo de este se encentra un paciente musculoso con un cuchillo, apuñaleando sin piedad a una hermosa joven que le da batalla, mis piernas no responden y siento como jalan mi brazo para moverme, al voltear veo que es la tierna enfermera y la sigo no lo dudo ni un minuto.

—debemos llegar a la sala roja

— por qué sonó esa alarma

— es para avisar que un paciente está fuera de control y deben ir a la sala roja a refugiarse si no quieren salir lastimados… por cierto mi nombre es Allison — me giña un ojo mientras seguimos corriendo por los largos pasillos

En el camino no me pierdo ni un solo detalle de todo a mi alrededor. Al salir de estos me mi boca se abre de asombro al ver lo que se encuentra al frente, enormes puertas se abren dando lugar a dos enormes salas rojas, para poder ingresar tienes que tomar una mascarilla de oxígeno que se encuentra al costado de estas.

Al entrar observo que la iluminación es roja, pero desde afuera se veía de un color normal, el calor que hace es un poco sofocante.

— ponte bien la máscara de oxígeno y oprime el pequeño botón negro cuando sientas que te estas quedando sin oxigeno

— por qué debemos ponernos esto

— estas salas fueron creadas con el fin de que aquellos que están fuera de control no puedan entrar, desde afuera se mira normal ero cuando entras te das cuenta que de pequeños detalles con el color y el calor que hace, todo esto ayuda como una especie de camuflaje, y si intenta entrar y es detectado por los sensores, será quemado con ácido.

No respondo y veo cada detalle de la sala, hay aproximadamente treinta personas tanto pacientes como enfermeras.

— el peligro ha pasado ya se pueden quitar sus máscaras y salir de la sala, gracias por su discreción — una voz robótica se escucha por los parlantes

La luz roja desaparece y con ella el calor incesante dando lugar a una blanca y brisa fresca que sale de las pequeñas ventilaciones del techo. Al igual que todos me quito la máscara de oxígeno y doy bocanadas de aire.

— bueno Tania ya puedes volver a tu habitación, dentro de poco te llevaran la comida, ya que con lo sucedido dudo que los deje ir al comedor.

— gracias

— no tienes por qué, me caes bien

Me dirijo a la salida donde dejo mi mascarilla en su sitio, todos están dirigiéndose a sus respectivas habitaciones como si nada hubiera pasado.

Al final del pasillo se ve solo al personal de limpieza limpiando la sangre de aquella joven. Voy al baño de mi habitación y me echo un poco de agua en el rostro, el reflejo en el agua me muestra lo demacrada que me encuentro, mis clavículas sobresalen, mis ojos están hinchados y una gran marca reposa en mi rostro gracias al demente del cuchillo, mi cabello ha perdido su brillo y mis labios se encuentran partidos.

Me cambio la ropa, y me acuesto en la cama a esperar la comida, cabe afirmar que la comida es muy buena, agradezco que tengan cocineras calificadas y no sean las típicas perras que hacen comida no comestible.

La puerta es abierta por una señora que lleva un carrito donde va la comida, lo deja en la pequeña mesita de la entrada y sale sin emitir ninguna palabra.

En la bandeja también viene un vasito con pastillas de colores, y una nota que dice que las tengo que tomar para empezar mi proceso de recuperación y no dañar a nadie. Así que decido hacer caso y tomar las pastillas y disfrutar de la deliciosa comida.

Ya ha pasado un mes desde que estoy en el subterráneo y solo he tenido que ir a la sala roja dos veces después de ese suceso desafortunado. Mi rutina se ha basado en ir al comedor, disfrutar de un poco en la sala de descanso donde nos deja respirar tranquilamente durante una hora con supervisión hasta mas no poder, regreso a mi habitación y converso con Allison quien se ha vuelto como una amiga.

Allison me ha contado un poco de su vida y de cómo llego a trabajar aquí, sé que tiene un hermano mayor que estuvo también trabajando en el psiquiátrico y que hace más o menos tres meses fue internado como paciente peligroso en el subterráneo pues algo salió mal en el laboratorio y le causo daño, no sé muy bien que fue lo que paso pues no indague mucho en el tema.

En todo este tiempo recordé que tengo una hermana menor, pero no sé cómo es físicamente y es frustrante no recordar mi vida ni que fue lo que llevo a que me internaran.

Ahora estoy con Allison en el suelo jugando UNO, ha estado muy callada y distraída, y se me hace raro ya que ella parece un alma llena de vida y brilla por donde pasa dejando la escarcha de sus pisadas.

— te noto distraída ¿Qué pasa? Te hicieron algo — levanta la vista y veo como sus ojos se cristalizan y la abrazo dejando que llore.

— mi hermano va hacer trasladado a este bloque, dicen que el bloque B está muy lleno y que como en este han sucedido muchas muertes y hay suficiente espacio, pues algunos pacientes serán acomodados aquí.

— y que es lo que te atormenta, si podrás poder ver a tu hermano más seguido — no sé cómo consolarla, pues soy brusca y fría

— no quiero ver lo cambiado que esta, sé que es egoísta, pero si está lejos de mi sería mucho mejor, pues nadie sabe que somos parientes. Cuando me enteré que había ocurrido un accidente en el laboratorio, y que mi hermano había resultado herido y que no podía volver a casa, decidí ingresar para ayudarlo sin que nadie se enterara de nuestra compatibilidad. Descubrí la verdad, así que estoy buscando una manera de ayudar a todas esas personas que se encuentran en el bloque A y bloque B del subterráneo, para que vuelvan a tener una vida libre fuera de estas paredes.

Un silencio incomodo inundo la habitación, pero fue interrumpido por los incesantes golpes provenientes de la puerta, me levanto y abro, todo se sumió en un caos, entraron dos pacientes musculosos con un tubo de metal y unas grandes pinzas en cada mano, de dónde sacan todos esos instrumentos si no nos dejan nada con lo que podamos hacer daño.

Allison intenta levantarse del suelo, pero es golpeada por un el rubio de nombre Logan el cual se encuentra en inscrito en nuestra ropa, mis manos se hacen puños y siento la furia correr por cada poro de mi piel.

— ¡cuidado! — la voz de la enfermera suena advirtiéndome de lo que iba a ocurrir, pero ya es muy tarde

Siento como soy golpeada por el duro metal de el castaño quien me sonríe siniestramente, mientras el rubio se acerca a Allison con sus pinzas

La alarma no ha sonado y eso me enfurece más, nadie sabe que estamos en peligro, agarro a la enfermera y la llevo al baño, cierro con seguro mientas escuchamos los pasos y golpes en la puerta y sé que esta no resistirá mucho tiempo.

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