03.

Llegamos al depósito de bodegas donde se llevan a cabo las peleas clandestinas, el cual consiste en una especie de jaula. Literalmente, es un ring encerrado por unas rejas en el medio. Alrededor hay gradas donde puedes sentarte para admirar como dos idiotas se pelean hasta el cansancio o hasta que se noqueen. Tome asiento en la primera fila en conjunto de Abby, Hunter se fue al camerino de mala muerte. Tenia que arreglar la pelea, por lo que compraría al otro boxeador. Camine hasta el lado opuesto de donde nos encontrábamos, pasando por algunas personas, odiaba este lugar, siempre había personas tomando, drogadas y de muy mala pinta. Opte por entrar al camerino del oponente de mi amigo y busque con mi mirada al que seria el manager o lo que sea del peleador. Un chico alto y de porte se seguridad me dio una mirada inquietante.

—¿Qué se te ofrece, bombón? —pregunto haciéndome estremecer.

—¿Eres el manager del peleador? —pregunte, tornando mi cara seria.

—Si, ¿Tu quien eres? —pregunta receloso.

—La chica que puede llenar sus bolsillos de dinero—respondo—, ¿Dónde está el boxeador?

—¿Así? ¿Y como harías eso niña bonita? —pregunta con diversión.

—No hablo con payasos, me gusta hablar con el dueño del circo—respondo desafiante y abre mucho sus ojos.

—¿Te crees mucho no es así? —pregunta y se acerca peligrosamente a mí, mis piernas tiemblan un poco, pero levanto mi barbilla para demostrarle que no le temo.

—Basta Harry, déjala—ordena una voz que reconozco apenas lo veo, esto no puede ser cierto—, Annie, querida. ¿Qué hace una señorita de la alta sociedad como tu en un horrible lugar como este?

—¿Qué m****a haces aquí, Archie? —pregunto confundida.

—Lo mismo que tú, supongo—responde encogiendo sus hombros—, ¿Acaso tus tíos saben esto?

—¿Qué? ¿Enloqueciste? Mis tíos creen que duermo temprano—respondo bufando—, ¿Qué carajo haces tu aquí? ¿Acaso me estas siguiendo? Porque eso seria muy bajo de tu parte.

—Por mucho que me guste desperdiciar mi tiempo, no lo hago. No te estoy siguiendo, vine a pelear—responde y lo miro perpleja. ¿En serio Diosa Luna? —, ¿Y tu que haces aquí? No creo que tu tía este muy contenta si se entera.

—¿Y que le vas a decir? Jamás te creería—respondo con orgullo—, En fin, vine porque quiero negociar tu pelea. —digo cruzándome de brazos, él me mira con sorpresa y sonríe de lado.

—¿Acaso temes por la vida de tu novio? Porque imagino que, si vienes a comprar la pelea, es porque Hunter es tu novio—responde, retador.

—Te equivocas, es mucho el dinero que esta en juego y necesito que lo dejes ganar—respondo seria—, Te daré una buena suma de dinero, además de que te deberé un estúpido favor y créeme que nada odio más que deber favores.

—Aunque suene interesante tu propuesta, no puedo aceptarla—responde con amargura—, También están apostando mucho dinero por mí, no puedo defraudarlos.

—Te pagare el doble de lo que sea que te hayan ofrecido, ¿Qué dices? —oferto con esperanza, no puedo dejar que Lui les haga daño a los chicos.

—La respuesta es no, lo siento, Ann—responde y se da la vuelta. Regresa a la parte trasera del camerino, intento seguirlo para persuadirlo, pero el gorila de seguridad me impide el paso.

—¡Alto ahí, bombón! —advierte y ruedo los ojos.

Suspiro con resignación y regreso a donde se encuentra Abby. Me mira con esperanza, pero niego con mi cabeza. Su rostro palidece y me siento mal. Debí persuadirlo de mejor manera, pero no lo conseguí, ese imbécil.

—¿Cómo es que no lograste persuadirlo? ¡Siempre lo consigues! —pregunta alterada.

—¿Recuerdas al idiota sobrino de Alessandro? —pregunto y ella asiente confundida.

—No me digas que es contra él con quien peleara, Hunter—responde inquieta y asiento suspirando—, ¡Joder! ¿Y qué tal pelea?

—¡No lo sé! No es como que lo conociera, recién llego hoy a mi vida y ya lo estoy odiando—refuto y ella muerde su uña.

 —¿Qué haremos, Ann? —pregunta nerviosa, su mirada se oscurece al mirar detrás de mí, mueve su cabeza con desdén. Me giro y entonces lo veo, Lui me saluda con su petulante sonrisa.

—Mi princesa, que gusto verte—susurra en mi oído, al apretujarme contra su cuerpo, ruedo mis ojos y lo aparto—, ¿Por qué tan brusca? Creí que teníamos algo romántico, ya sabes…

—Ni en tus mejores sueños—respondo—, ¿Qué quieres?

—¿Has oído del dicho que dice que quien persevera vence? —pregunta y vuelvo a rodar mis ojos, su olor a tabaco y menta me dan nauseas—, Bueno, soy una persona muy perseverante y estoy seguro que algún día serás mía.

—Podre tomar malas decisiones, pero jamás malos gustos—respondo con orgullo—, Estamos en diferentes rakings, tu, por ejemplo, no estas ni siquiera cerca del mío.

—Eso cambiara preciosa…—responde con una sonrisa torcida—, Tus amigos me deben mucho dinero y mi Franky tiene días sin comer. ¿Crees que le guste un platillo especial? —amenaza y siento tensarse mi cuerpo, Franky es su cocodrilo.

—Te pagaran, me encargare de ello—respondo desafiante—, Ahora si me disculpas, el debut está por comenzar. —lo empujo para separarlo de mi vista y limpia la comisura de su labio en un gesto de disgusto. Se aleja con sus dos tipejos de mala muerte y suspiro con tranquilidad.

—¡No se como no le temes! —comenta Abby, su voz es temblorosa—, Mis piernas tiemblan de solo estar en su presencia, es el tipo más maquiavélico que conozco.

—¿Por qué no sentiste eso cuando le fiaste drogas? —respondo con sarcasmo rodando mis ojos—, Te he dicho muchas veces que dejes esas mierdas, estoy harta de que se endeuden con Lui.

—¿Y tu Annie? No consumes, pero vendes. Deberías dejar tu clase de moralidad para cuando puedas aplicarla—responde, bufando. Resoplo.

—La diferencia entre las dos, es que no soy tan idiota como para deberle dinero a un matón. —respondo retadora—, Ya regreso, me sacaste el malgenio.

Bufando la dejo sola y me dirijo a la mesa de apuestas, por primera vez apostare en contra de Hunter. No puedo permitir que Abby pierda su departamento y Hunter sea comida para Franky. Suspiro y meto mis manos en mi chaqueta, no he tomado las mejores decisiones, pero aun estoy a tiempo de salirme de este enorme hoyo.

—Tres mil de los grandes, por el cara bonita—digo poniendo un fajo de billetes sobre la mesa. Rob el encargado de las apuestas, me mira con sorpresa y sus ojos brillan al ver el dinero. Saca el tabaco de su boca y me da una sonrisa escalofriante.

—Annie, ¿Apostaras en contra de tu amigo? —pregunta con diversión—, Vaya noche, sin duda alguna será inolvidable. —responde entregándome mi boleto. Suspiro y le doy un asentimiento.

La campana suena y la pelea comienza, me siento al lado de Abby, quien tiene una cerveza en su mano, me ofrece un trago, pero niego con mi cabeza. Mi corazón se acelera cuando Hunter sale de su lado del ring y Archie del otro. Ambos se dan la mano y se alejan el uno del otro, mi pie se mueve de arriba abajo, la ansiedad me esta carcomiendo viva. Hunter es el primero en atacar, lo hace con desesperación y fuerza, Archie es muy rápido, consigue librarse del golpe y lo golpea justo detrás de su costilla derecha. Hunter cae al suelo, se pone de pie con agilidad y vuelve a atacar. La pelea es reñida, Hunter tiene la habilidad, ero Archie la rapidez, en un intento fallido de tomarlo por sorpresa, Hunter intenta amagarlo, pero Archie se da cuenta de su movimiento y lo ataca primero. Un puñetazo en su nariz impacta y comienza a desangrarse. Cierro mis ojos con fuerza, Hunter es mi mejor amigo, pero necesito que gane el idiota de Archie, solo así los sacare de la deuda con Lui. Como si hubiese leído mi mente, Archie eleva su pierna propinándole una buena patada la cual logra derribar a Hunter, dejándolo tendido en el suelo.

—¡Vamos, Hunter! ¡Levántate, tu puedes! —anima Abby, eufórica. Me da una mirada para que grite con ella, pero me limito a permanecer callada.

Hunter se pone de pie, apenas puede mantener el equilibrio, lo miro con pena, Archie me guiña el ojo y vuelve a golpearlo, asestándole un golpe en la sien, el cuerpo de Hunter cae tendido en el suelo y se queda inmóvil. Consiguió noquearlo de un solo golpe, suspiro con tristeza y escucho un gemido de dolor de Abby. Le doy una mirada con una sonrisa triste.

—¡ES TODO AMIGOS! ¡EL EXTRANJERO GANA! —grita por el micrófono el presentador.

Me pongo de pie, unos paramédicos que por suerte siempre están, levantan el cuerpo de Hunter y se lo llevan a enfermería. Extrañamente el lugar esta equipado para atender a los luchadores, lo cual no se me hace extraño ya que el dueño del lugar es el padre de Lui, un general de la policía metropolitana. ¿Irónico verdad?  Un servidor público, entrometido en asuntos ilegales y llevando a su hijo al mismo camino. Me acerco a la mesa de apuestas y cobro mi boleto, me entrega mis tres mil y los tres mil que le gane al otro apostador. Suspiro con tranquilidad, busco al idiota de Lui con mi vista y lo encuentro mirándome con sadismo, se muerde su labio y hago un gesto de asco. Camino hasta él y lo enfrento.

—Aquí tienes, deuda saldada—digo, entregándole dos mil dólares. Me mira con su ceja elevada, los cuenta con cautela y luego asiente.

—Perfecto, siempre logras salvarles el trasero a tus amigos—responde con diversión y lo miro seria—, Mañana por la noche hay una entrega importante, te necesito ahí.

—No, esto se acaba aquí. —respondo—, No quiero trabajar mas para ti, estamos fuera.

—Sabes bien que esto no acaba cuando te de la gana, esto acaba cuando yo lo diga—responde autoritario, me rio con cinismo. Me acerco peligrosamente a él y le susurro en su oído.

—Esto termina aquí y ahora, no quiero verte cerca de mis chicos…—respondo demandante y le paso la lengua por su mejilla. —, Cuídate, Lui.

Me alejo de él, dejándolo totalmente anonadado, estoy por dirigirme a enfermería y ver a Hunter. Cuando me cruzo con Archie, me da una sonrisita cretina y arregla su cabello.

—¿Qué te pareció? ¿Viste lo increíble y rápido que pelea tu mate? —pregunta, mientras hace movimientos con sus puños de un lado al otro, ruedo mis ojos por lo último de su frase, “tu mate”.  —, Lo siento por no ayudarte, pero no podía perder.

—Me hiciste ganar tres de los grandes—respondo encogiendo mis hombros, su sonrisa se ensancha—, No te emociones, solo aposte por ti, para ganar el dinero y pagar unas deudas. Adiós.

—Espera, ¿No regresas a casa? —me pregunta, tomándome de la mano justo cuando me gire. Niego con mi cabeza. —, ¿Por qué?

—No es tu asunto, cara bonita, no te compete—respondo, zafándome de su agarre.

—Si se trata de ti, claro que me compete—refuta y ruedo mis ojos con fastidio.

—Regresa a casa con cuidado, si los guardias te ven, estas jodido—respondo—, Puedes entrar por la puerta de la bodega, no la vigilan, de nada—finalizo y camino hasta donde me espera Abby.

—¿Y? ¿De donde sacaste el dinero para pagarle a Lui? —pregunta con curiosidad, cuando llego hasta su altura. Suspiro y le digo la verdad—, ¿Qué rayos? ¿Apostaste en contra de Hunter? ¡Traidora! —responde con diversión, sabe que lo hice por el bien de ambos. —, Digo, ¿Cómo sabias que le ganaría a Hunter? —pregunta desconcertada, respiro profundo.

—Instinto—respondo, es obvio que su fuerza de lobo es descomunal, para compararla con la humana de Hunter. —, ¿Nos vamos? Hunter recibió una paliza, nos necesita.

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