02.

Después de deshacerme de ese idiota entrometido de Archie, salgo de mi estudio y voy a mi habitación, moría de hambre y rosa nunca apareció con mi cena. Pero no quiero ir a la cocina y encontrarme con ese insolente o con mis tíos, necesito un respiro. Tomo una ducha y voy a mi armario a buscar algo de ropa, me detengo a escasos centímetros del espejo y me observo con detenimiento. Delgada, con curvas, cabello cobrizo, pálida y mis ojos se detienen justo en esa fea cicatriz. La repaso con la yema de mis dedos y me percato que no es solo una marca plasmada en mi pecho, si no también un terrible recuerdo que me acompaña desde hace 3 años. Si ella estuviera aquí, todo probablemente sería diferente…

—¿Por qué te observas tanto? Eres hermosa—escucho a mis espaldas y doy un respingo. Ese idiota de nuevo, pudo matarme de un paro cardiaco.

—¿Qué carajos haces en mi habitación? Sé que soy hermosa y no necesito que me lo recuerdes—respondo, rodando mis ojos y asegurando el borde de la toalla que envuelve mi cuerpo.

—La ventana estaba abierta y yo solo quería entregarte esto…—responde, resoplando. Saca del bolsillo de su chaqueta mi collar, seguro lo perdí cuando me choco hoy en la tarde y no me di cuenta.

—¿Y por estar abierta una ventana es acaso una invitación a que entres? ¡Pude estar desnuda, degenerado! —respondo acusatoria. —, Ah sí, es mío. —digo, acercándome a él e intentando arrebatárselo de sus frías y alargadas manos, pero retrocede y lo mueve.

—No tan rápido, pequeña—responde con un gesto divertido en su rostro—, Merezco un reconocimiento por recuperarlo. ¿No crees?

—¿Qué reconocimiento? —pregunto cruzándome de brazos.

—Un beso—responde triunfal y hago un gesto de asco—, ¡Hey tampoco es tan malo!

—Púdrete, imbécil—respondo rodando mis ojos. —, ¡Fuera de mi habitación o gritare!

—¿Cuántos años tienes? ¿4? —pregunta rodando sus ojos. Envidioso, no le queda. —, Cálmate, era una broma.

—Devuélveme mi collar—respondo, mirándolo mal—, ¿Por qué eres tan intenso? Me aburres.

—Se nota que necesitas intensidad en tu vida, Annie—responde filosofo.

—¿Y qué sabes tú de mí? —respondo con ironía—, ¡No sabes nada! ¡Eres solo un recién llegado!

—Te sorprendería todo lo que sé—responde entregándome mi collar, lo miro confundida—, Si tan solo supieras observar, entenderías mejor.

—Como digas, no me interesa—respondo, estoy por decirle que se vaya de mi habitación, cuando soy interrumpida.

—Annie, necesito que me entregues el…—entra mi tía, sin tocar la puerta, como siempre, a mi habitación. —, ¿¡Que carajos!? ¿Archie, que haces en la habitación de mi sobrina? ¿Y Annie que haces en semi desnuda? —pregunta mi tía alterada.

—¿Por qué carajo todos creen que tienen derecho a entrar a mi habitación sin siquiera tocar la puerta? —respondo fúrica—, ¡Es mi jodida privacidad!

 —¡Ese vocabulario, Annie! —regaña y ruedo mis ojos por lo bajo—, ¿Cómo que sin tocar la puerta? ¿Acaso Archie entro sin permiso?

—Si, ese jodido entrometido entro por la ventana—respondo obvia—, Yo estaba tomando una ducha y él solo apareció.

—¿Eso es cierto, Archie? —pregunta mi tía, mirándolo acusadora.

—Si, lo siento mucho, Mia—responde y suspiro, al menos fue sincero—, Solo venía a entregarle el collar a Annie.

—Que no se repita, Archie—responde seria—, ¡Pudo haberse estado vistiendo! —repite con preocupación y me rio por lo bajo, en serio que vivo en una casa de locos—, Annie, necesito que me entregues el recibo del pago de tu universidad. —termina, Asiento y me acerco a mi bolso, lo saco y se lo entrego. —, Gracias, ahora Archie vete a tu habitación y deja que Annie cubra su cuerpo.

—¡Por fin! ¡Y la próxima toquen la puta puerta antes de entrar! —respondo cerrando la puerta a sus espaldas.

Soy una amargada, quizá. Pero odio que invadan mi espacio personal sin permiso, es por esa razón que apenas cumpla los dieciocho me mudare, quiero vivir sola. Me visto con rapidez, colocándome un jean de cuero negro, una chaqueta a juego de cuero también y mis botas militares. Rizo mi cabello y me maquillo un poco, abro la puerta con lentitud y veo todas las luces apagadas. Cierro la puerta de nuevo y paso el pestillo, me deslizo con facilidad por la ventana y salto el pequeño filo. Voy a la cochera y saco mi motocicleta, no la enciendo, pero la arrastro con lentitud. Abro la enorme verja y subo a mi ducati, hago rugir el motor y acelero. Salgo disparada por las calles y maniobro con diversión, me gusta sentir la fresca ventisca en mi rostro. Me recuerda que sigo viva, que, de aquel recuerdo, solo quedo una fea cicatriz, pero viví para contarlo. Me detengo en el estacionamiento de McDonald, dejo estacionada mi ducati y entro al recinto. Busco con la mirada a mis chicos y veo que me hacen señales con sus manos desde la última mesa. Camino a paso rápido al encuentro, habíamos quedado en la mañana en reunirnos hoy a esta hora.

—¿Qué hay, dúo de los terribles? —saludo con diversión, mientras Abby se corre un poco en el asiento y me deja un lado vacío.

—¿Qué ocurre con tu móvil? ¡Te he llamado como loco! —refuta, Hunter.

—Ah, no lo he visto. Hoy ha sido un día horrible—respondo con indiferencia y les narro todo lo ocurrido—, Necesito mudarme sola, odio vivir en esa mansión.

—¿Qué? ¿Estas loca? ¡Esa mansión es un lujo total! —responde Abby sorprendida—, Se que tus tíos son jodidos, pero créeme que daría todo por vivir en un lugar así.

—¿Cambiamos vidas? —divierto y ella hace una mueca.

—¿Prefieres ser golpeada por tu propio padre que vivir con tus estrictos tíos? ¡Joder tía, estas loca!—responde con una pizca de diversión, alivianando el ambiente. Abby es golpeada brutalmente por su padre, cada vez que llega borracho.

—Tranquila, pronto te sacare de esa pesadilla—respondo, apretando su hombro—, Cuando seamos mayores de edad, todo cambiara, lo prometo. —digo, ella asiente y sonríe.

—¿Y? ¿Lista para lo de hoy? —pregunta Hunter, asiento, Abby y yo le haremos barras mientras el pelea con otro tipo.

—Si, traje mi corneta—respondo divertida y le enseño mi bolso. —, ¿Contra quién pelearas?

—Un tipo de un nombre extraño, es como extranjero…—responde alargando Hunter, intentando recordar.

—¿Extranjero? Eso suena interesante—respondo, frotando mis manos con emoción—, Seguro le darás una paliza.

—Eso espero, necesitamos dinero—responde Abby—, Le debemos dos de los grandes a Lui.

—¿Qué? ¿Por qué carajos no me han dicho? —pregunto molesta, intercalando mi mirada de uno al otro.

—Porque has estado ocupada con eso de tu universidad para ricachones—responde Abby—, No queríamos ser un dolor de trasero para ti.

—Chicos ustedes son los únicos que me entienden, jamás serian un dolor de trasero—respondo con diversión—, No pueden deberle a Lui, los matara si no le pagan.

—¿Por qué crees que ustedes apostaran por mi tres de los grandes? —refuta Hunter, lo miro perpleja. ¿Tres de los grandes? Es mucho dinero, Hunter es buen boxeador, siempre hemos ganado dinero de manera ilegal. Pero esto no huele bien, una lucha con un extranjero que no conocemos ni tenemos referencias. ¿Qué podría salir mal? ¡Todo!

—Es mucho lo que esta en juego, Annie—responde Abby—, Si no pago la renta, nos echaran. ¿Adonde iré? Mi padre no me importa, pero no quiero vivir en las calles.

—Eso no pasara, me encargare de que Hunter gane esa pelea—respondo suspirando, solo espero que no sea una trampa de Lui.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo