Reunión estratégica

Luego de que el príncipe Samuel tomase un baño y se ponga ropa de príncipe en lugar de princesa, decidió hacer una reunión estratégica con sus hermanos con respecto a sus potenciales prometidas.

El mayor de los hermanos, el príncipe Jax, sentado en medio de sus hermanos, con los ojos cerrados y los brazos cruzados, tomo la palabra.

-Los tres somos sexys, sobretodo yo, pero la belleza no lo es todo, por eso decidí reunirlos para capturar al objetivo.- exclamo, señalando el objetivo de su reunión.

El menor de los hermanos, el príncipe Arturo quien estaba sentado en el lado derecho, arreglando las cuerdas de su guitarra suspiro levemente.

-No importa que tan bueno seamos en la lucha, en la música o en lo que sea bueno Samuel, intentar complacer a una chica pude ser como una rosa, luce bello pero con espinas peligrosas.- hablo en su habitual tono relajado.

Jax rodó los ojos por la forma de hablar de su hermano.

¿En qué se equivoco con su hermano?

Sabia que dejarlo al cuidado de un músico cuando era pequeño no era buena idea.

Samuel, quien estaba sentado en el lado izquierdo, tenia la mirada gacha.

-Yo... estoy bien si me rechazan, después de todo no creo tener posibilidad de gustarle a una chica, sobretodo a una princesa.

No tengo buena fama comparado con ustedes, así que seguro no cumpliré la expectativa de una princesa y creerá que le están dando las sobras.

Y con oír eso, los otros dos chicos miraron a su hermano con sorpresa.

-¡Wow!

¿Sabes? Tengo un compañero soldado que a pesar de ser emo es mas positivo que tu.- dijo Jax, sorprendido de la natividad de su hermano.

-Si una chica sale contigo por tus méritos, tu posición o por tu familia, no te ama a ti, ama lo que le puedes ofrecer.

Aquella afortunada que te quiera por quien eres, esa es la indicada que queremos para ti.- dijo Arturo, dándole ánimos a su hermano.

Jax asintió y apoyo una mano sobre el hombro de su hermano de ojos verdes.

-Estoy de acuerdo con Artur y eso ya dice mucho.

Si una chica no acepta a mi hermano, no la quiero cerca de mi... al menos que sea una belleza que sepa luchar, por que si es así, no tengo familia.- dijo el pelirrojo, con la mirada perdida mientras se imaginaba como una princesa lo llevaba en su blanco corcel.

No tenia pruebas pero sabia que en algún lugar en el mundo lo espera una princesa que no necesite protección de un caballero, que era capaz de luchar sus propias batallas y salir victoriosa.

-Gracias chicos, tienen razón.- susurro Samuel, con una ligera sonrisa.

Podía tener diferencias con sus hermanos pero sabia que podía contar con ellos.

-Si, si, muy entretenido y cursi, pero, ¿qué hacen en mi habitación?-pregunto Iris quien estaba parado delante de sus hermanos con las manos en las cintura.

Los tres hermanos miraron a la menor de la familia con suplica.

-Necesitamos tu ayuda con las chicas.- dijeron los tres al unisono.

La chica que tenia cabello rubio hasta sus hombros, ojos azules claro y un lunar cerca de su ojo derecho, se puso de cuclillas mientras veía a sus hermanos pensativos.

-Déjenme ver si entendí, mis hermanos, dos de ellos conocidos por ser grandes guerreros y muy codiciados por chicas hasta de otros reinos me piden ayuda a mi, su hermana de 15 años, por que a pesar de ser ellos taaan atractivos y codiciados, no han hablado mas de cinco frases con alguna chica ajena al palacio y ahora son hasta algo tímidos, ¿me equivoco?- pregunto la chica.

Los hermanos se miraron entre si y luego a su hermana menor para negar con la cabeza.

-No, no te equivocas, las chicas nos dan hasta algo de miedo.- dijo Jax con algo de orgullo en su voz.

Iris dio un suspiro profundo mientras agachaba la cabeza y negaba.

Los hermanos que tanto amaba y de los que estaba tan orgullosa, eran unos tipos que tienen miedo para acercarse a una chica...

Siempre es bueno para una hermana conocer los puntos débiles de sus hermanos para futuros sobornos.

-Bien, les diré un par de cosas pero no todas las chicas somos iguales o frágiles amantes del rosa como muchos chicos creen, así que si las princesas, las cuales también deben recibir mi aprobación si quieren llevarse a mis hermanos de mi lado, pueden tener gustos distintos a los míos, así que sepan adaptarse a la situación, ¿quedo claro?-pregunto la rubia mientras sus hermanos asentían.

Y así, los dos valientes príncipes y el príncipe que fue secuestrado por un dragón, recibieron concejos de chicas de su hermana para no meter tanto la pata.

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