Capítulo 04

Narrador Omnisciente

Isabella se encuentra abajo con sus amigos ansiosa de ver al hombre que la flecho, ella está dispuesta a conquistarlo, a conocer más de él, siente mucha intriga por ese hombre que la dejo ayer deseando de algo más intenso. Por más que ella estime un juego su amiga Sheila la hizo dudar sobre que puede enamorarse, eso le ha rondado en la cabeza por horas, en ocasiones se pregunta si estaría bien dejar que su corazón sienta amor por ese hombre, y de que si es posible que él llegue a sentir lo mismo por ella.

 El rato que lleva ella ahí no lo ha visto, se afligió cuando Christine le comentó que su hermano se iba de fiesta y que la casa la tendría, disponible para ellos sin que nadie los estuviera vigilando

—Tu casa es hermosa — halaga Isa observando el lugar, pero en realidad busca es con la mirada a ese hombre que la trae loca desde que lo conoció.

“¿Dónde estará?” se pregunta a si misma entre sus pensamientos.

—Gracias, veo que no se complicaron al llegar — Jairo ríe de lado.

—Me conozco estos lugares hermosa — le guiña un ojo, Isabella bufa por lo engreído que es su amigo.

—Ya veo, vayamos a la piscina, allá afuera hay un vestidor para que se cambien — todos comienza a seguirla.

Por otro lado Christian se encuentra en su antigua habitación observando que se ira a poner de vestimenta para esta noche, él no vive ahí, tiene su propio pen house, lo único es que cuando sus padres están de viaje viene y se queda con su hermana para cuidarla como buen hermano que es.

Observa la hora en su reloj y nota que es temprano, quiere bajar a ver que comerá pero no desea ver a los amigos de su hermana, se levanta de la cama y camina hasta la ventana a observar a los jóvenes, su vista se detiene en una chica con gran cuerpo, lleva puesto un bikini que hace ver el tamaño de su trasero, esa melena abundante le es familiar, abre más sus ojos para detalla si es la persona que piensa

—Esa cabellera la conozco — dice para sí mismo. Isabella se gira en cuanto Spencer la llama, estando de frente no le queda la menor duda de que es ella, y de que esta aquí en su casa ahora mismo.

Se aleja de la ventana sorprendido por ver a la chica de la disco, esta impresionado por saber que conoce a su hermana y que definitivamente son compañeras de clase, sujeta su rostro calmando la ganas de salir corriendo en busca de ella, no sabe qué hacer en un momento como este.

Da vuelta por toda la habitación pensando que hacer, no se saca de la cabeza que esa joven puede tener la edad de su hermana, ya es mayor de edad, pero aun así ella también podría ser su hermana.

No aguanta más la tentación de ir a verla de cerca, sabe que es un error y que no debería de sentir ese deseo, pero algo dentro de él le dice que tiene que hacerlo para confirmar que lo que vio sea cierto.

Isabella entra a la cocina por algo de comer para todos, ella no es consciente de que su bello y guapo bombón está detrás de ella comiéndosela con la mirada, cuando se gira se sobresalta al verlo tan de cerca, ella sonríe con naturalidad, él no cambia su expresión seria, la detalla, se pregunta muchas cosas en su cabeza, y entre esas, el hecho de cómo es posible que esa joven lo tuviera tan desorientado.

—Hola guapo —se acerca más y la ve directo a los ojos, baja la mirada hasta el par de melones que están formados un poco más debajo de su pecho, y su amigo el de la entrepierna comienza ponerse firme sin que así su dueño lo quiera.

—Tú— es lo único que dice, aun no puede asimilar que sea ella, se imaginó encontrarla en cualquier lado menos aquí, en su casa.

—Yo misma, guapo —niega sorprendido, lucha con sus manos para no tocarla, aun se imagina la idea de que también puede ser hermana.

— ¿Qué edad tienes? — no aguanta la curiosidad así que le pregunta.

—Veintitrés años guapo, un insignificante número — se aleja de inmediato, es una mujer ya adulta, pero pensar que es de la edad de su hermana lo hace retroceder —Bien, debo irme esperan por mí — se da la vuelta para inclinarse y tomar un plato, alza más su trasero y él pobre hombre muere de ganas por ir a tocarlo como anoche.

 ¿Cómo puede una joven causar semejante deseo en mí? Se pregunta.

Isa se hace la que no llega y él como buen hombre humanitario la ayuda, se pega a la espalda de ella logrando estremecer a Isabella con su gran erección, por impulso coloca sus manos en la cintura de la joven y la voltea para rozar su nariz con la de ella.

 ¨ ¿Qué estoy haciendo? Está alterado.

Sus manos no responden y comienzan a bajar un poco más hasta su trasero.

“No debe ser malo tan Christian, tienes que dejar de verla como una hermana y ya, porque en realidad no lo es.” Se alienta él mismo.

Cierra sus ojos conteniéndose, no quiere que alguien entre y vea lo que está sucediendo, así que aleja sus manos en contra de su voluntad y toma aire.

—Gracias por tomar el plato y por devolverme mis nalgas — dice dulcemente mordiendo sus labios.

—De nada, con gusto lo volvería a hacer — no deja de verla fascinado, anonadado.

—Creo que será mejor que me vaya a llevar esto — le dice coquetamente y él la detiene aspirando su aroma, cuando se da cuenta de lo que hizo la suelta— Adiós guapo — pasa rosando su piel con la del pobre hombre que quedó peor que ayer.

Isa llega a donde están los demás amigos, observa dentro de la casa a Chris parado mirándola fija, está ansioso por tenerla para él, anhela que todos se acuesten de una vez y así tener oportunidad de probarla.

 ¨Será mejor irme de aquí antes de que haga una estupidez¨ —se dice así mismo.

La noche ha caído y los jóvenes aún permanecen afuera en la piscina, Chris le dijo a su amigo que no iba a poder ir a la fiesta porque tenía que sacar unos informes, pero el motivo real era que su primito estaba muy empalagoso con la muchacha que lo tenía loco y eso no le agradaba para nada.

—Dime Isa ¿No tienes novio? — le pregunta Sebastián mientras roza sus dedos con la piel de ella, Isabella lo quita y le lanza una mirada de ¨ni se te ocurra volver a hacer eso¨

—No ¿y tú? — sueltan la carcajadas todos.

—No me pareció nada chistoso — le dice algo serio — Pero por ser tú te lo acepto —ella sonríe.

—No intentes ligar conmigo Sebas, porque no estoy interesada en ningún chico ahorita — le comenta tomando un poco de cerveza.

—Eso me ha dolido — hace pucheros y ya Isa se está impacientando, nunca le ha gustado que se vuelvan tan chicle a la hora de ligar con ella.

—Disculpa mi sinceridad, pero es cierto — él baja la cabeza y luego la mira rendido.

—Vale está bien, ya entendí, no te insistiré más — dice y ella le agradece por no molestarla.

—No pierdas tu tiempo con Isa porque no lo lograras — le recomienda Spencer ya conociendo a su amiga.

— ¿Eres lesbiana? — pregunta Lucas mientras Isa escupe la bebida.

— ¡¿Estás loco?! — Grita muerta de la risa — Eso nunca, es que no quiero ningún chico ahorita.

—Juro que por un momento lo creí — dice muy serio.

—Creíste mal nene, porque no lo soy —Mara sube el sonido de la música y se para a bailar.

— ¿Alguien me acompaña? — dice la joven moviendo sus caderas.

—Yo te acompaño — se ofrece Isabella, Sebastián aprovecha el momento y comienza a bailar con ella, a los lejos Chris observa por la ventana lo que sucede abajo y sin ser consiente baja a toda prisa y sale a donde está ese par bailando, sujeta el brazo de su primo y lo separa de Isabella. Los presentes se quedan intrigados por su repentina aparición.

— ¿Qué pasa primo? — le pregunta soltándose de su agarre.

—Y-yo necesito que me ayudes con algo adentro — dice observando mal a Isabella quien sonríe.

— ¿Y tiene que ser ahorita? — lo mira con suplicas para que no lo obligue a ir.

—Si —el joven bufa molesto y lo sigue —Ustedes… sigan en lo suyo — observa a su hermana quien lo asesina con la mirada.

— ¿Tu hermano no y que se iba? — pregunta Isabella.

—Eso creí, pero de seguro debe estar trabajando, a estas ahora él suele ser así.

—Entiendo — los ojos de ella se iluminan al saber que su sexy bombón no se ira de la casa.

Llegó la hora de dormir, ya todos se habían cambiado menos Isa, los chicos subieron las habitaciones de arriba mientras ella se quedaba en el baño de abajo sacándose el agua de la piscina, se comienza vestir con un pijamas de short corto y una camiseta muy ligera, en lo que abre la puerta ve a Chris parado de frente a ella.

—Creí que no había nadie — dice mintiendo, su mirada viaja hasta sus piernas, siente la necesidad me pegarle un mordisco.

—Tranquilo, ya salgo — Isa toma sus cosas e intenta salir pero él no se lo permite.

—Nunca me dijiste tu nombre — le sonríe coquetamente lanzando su cabello a un lado.

—Isabella Duran — le estrecha su mano y él duda en tomar, pero al final lo hace y no la suelta.

—Un gusto Isabella — dice su nombre con delicia, lo saborea y lo disfruta.

—Jamás creí encontrarte aquí —Le miente, pero él ni idea de que Isa lo tiene marcado desde mucho antes.

—Yo menos — termina por entrar al baño con ella dentro — Jamás me imagine que fueras tan joven — se acerca mirando su cuerpo el cual no parece de su edad, cierra la puerta con seguro y la toma de la cintura — ¿Por qué me seduces, Isabella? — hunde su cara en el cuello de la joven, el nombre le ha gustado a tal punto que se deleita cada vez que lo pronuncia.

—Yo no lo hago — vuelve a mentir la joven.

—Sabes que si — deja besos en su cuello — ¿Qué quieres de mi pequeña? — sus manos se meten por debajo de la camisa.

—Nada —él la pega más a su cuerpo e Isa siente su erección.

—Estas buscando lo que no se te ha perdido— ambos están completamente motivados, el deseo los comienzan a consumir.

— ¿Y qué pasa si encuentro? — le pregunta emocionando más al pobre hombre.

—Harás que pierda la cordura pequeña— la mira fija a los ojos, ambos se penetran con la mirada.

— ¿Por qué no lo haces? — lo reta, eso le parece muy interesante a él.

— ¿Eso quieres? — sujeta un mechón de su cabello.

—Puede que sí, puede que no — juega con él a su manera y a su antojo.

—Te gustan los juegos ¿Cierto?— le pregunta interesado en participar.

— Me encantan ¿Y a ti? — sonríe muy cerca de sus labios, añora probarlos.

—No mucho, pero puede que me fascinen — los rosa con los de él.

— Juaguemos entonces —Esta vez ella es más atrevida y desabotona la camisa de Cris.

—No hagas eso Isabella, porque después no me detendré — ella acaricia su amplio pecho y abdomen.

—Me gusta —lleva su mano un poco más abajo.

—Tienes que parar — le suplica — No sigas — vuelve a decirle, teme perder el control e ir al siguiente nivel sin importarle si sucede ahí mismo en el baño.

— ¿Seguro que quieres que pare? — susurra ella en su oído.

— ¿Qué haces? Tienes que detenerte pequeña — le pide en cuanto ella hace algo más inesperado.

—Está bien — Retira su mano de donde yacía oculta.

— ¿Por qué paraste? — estaba empezando a sentirse en la gloria por ese sumidle tacto, su mano le pareció ideal.

—Tú lo pediste —niega tomándola por la cintura y pegándola a él.

—No debiste hacer eso —pega sus labios a los de ella, Isa corresponde a sus besos de manera violenta, una onda de calor se crea en su entrepierna haciendo que su monte de venus palpite, los besos son intensos, deseosos y de más, los labios de Christian le han parecido interesante y apetitosos, y a pesar de eso debe parar, no estará con él, no sin antes verlo loco por ella. Mucho más de lo que lo está.

—Creo que es hora de irme guapo — se separa de Chris dejándolo una vez más emocionado, ella pasa por su lado abre la puerta y sale, él niega y da un leve puñetazo en la pared por lo que había hecho esa joven, lo emocionó y se fue sin más.

—Jodida muchachita, me causará ampollas en las manos.

 Pobre, nuevamente le iba a tocar batir las claras de huevos a mano.

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