Cuando uno es pequeño, le dicen cosas como: "Si haces algo malo y peor aún, que vaya en contra de las enseñanzas de Dios, vas directamente al infierno" o "Si no sigues al pie de la letra, los mandamientos de la Ley de Dios, terminarás en el infierno, como han terminado la gran mayoría que hicieron caso omiso a las enseñanzas de la Ley y Mandamientos de la Ley de Dios"

         Y cuando uno pregunta a sus papás o algún mayor quien esté en ese momento presente: "¿Qué es el infierno?", como si todos se hubiesen puesto de acuerdo, cambian el tema, porque no saben que responder.

         Entonces, nosotros, los niños, no tenemos más opción que preguntar a nuestros profesores o los curas: "¿Qué es el infierno?", ellos nos contestan que, "el infierno es un lugar donde van las personas malas"

         Y ocurre lo mismo cuando preguntamos, ¿si de verdad existen los fantasmas?, los mayores no saben que responder o simplemente, hacen como si no nos escuchan.     

Siempre he tenido la idea que los fantasmas no existen, que están en la mente de uno y que muchas personas usan a los fantasmas para hacer creer a las personas crédulas que son malos y que no van a descansar en paz, hasta llevarnos al infierno.

         Cuando uno es pequeño, escucha muchas historias de fantasmas, el Diablo y sus demonios, que sentimos la curiosidad por preguntar si esas historias son ciertas o no.

         Y cuando les preguntamos a nuestros papás o a cualquier adulto, si esas historias son ciertas, se ríen, creo que se ríen de los nervios porque, no saben que responder ante nuestra curiosidad.

Hay adultos quienes, por no saber que responder, deciden castigarnos, lo cual, siempre me ha parecido una injusticia que nos hagan esto.

Por un lado, hay un pequeño porcentaje de los adultos quienes, deciden simplemente estar molestos con nosotros, para no responder a ninguna de nuestras preguntas.

También, los adultos infunden el miedo a nosotros, los niños, diciéndonos que no veamos nada de terror porque, estaríamos abriendo la puerta al infierno y todo el mal que está contenido en esa puerta, saldría para hacer de las suyas.

Personalmente, pienso que, los adultos dicen eso para que, no les pregunten nada más o simplemente, para evitar como sea, este tema.

Yo recuerdo que, cuando era pequeña, mis hermanas, mis primas y yo, no sabíamos nada acerca de las películas de terror o que el terror si existe porque, cuando uno es niño, ese tipo de cosas o temas, no pasa por la mente de uno; pero, a mí me ocurrió cuando vi mis dos primeras películas de terror que se llamaba “Chucky, el muñeco diabólico” y “Dolly Dearest” y gracias a esas películas, empecé amar las películas de terror.

La razón principal por la cual amé el terror, no sé decirla, pero lo único que sé es que, me encanta el terror y que, desde ese momento, no he dejado de ver ninguna película de terror.

Una cosa es que me encante el terror y otra muy distinta es, experimentar en carne propia un terror que es, demasiado real que logra poner a uno la piel de gallina.

No sólo experimenté el terror en carne propia; por el otro lado y gracias a lo que viví y experimenté, me convirtieron en la mejor escritora – periodista que jamás pensé que sería.

Por consiguiente, lo que experimenté con lo paranormal que, para mí ha sido terrorífico, me ha hecho más cautelosa y a no hacer las cosas por impulso o por miedo a perder mi trabajo y a estar en paz conmigo que es lo más importante.

Para terminar, pienso que, los fantasmas no hacen daño; sino que, nosotros mismos, somos quienes provocamos todo tipo de maldad.

Pero hay fantasmas quienes, cobran venganza de todas las personas quienes, los lastimaron en vida y los llevaron a la muerte.

La gran mayoría de estas historias, yo las viví en carne propia y otras historias, las vivieron mi familia desde la primera generación hasta la actual. 

La primera historia, es el comienzo de tantas vivencias y experiencias que mi familia y yo, tuvimos con los fantasmas y como tuvimos que pelear contra las personas quienes, querían matar inocentes.

Finalmente, pienso que, los fantasmas, actúan de esa manera es por nuestra culpa y por las malas decisiones que nosotros mismos tomamos y sin que nadie nos empuje hacerlo.