-Odio despertarme con esta sensación.- Exclamó Jake mientras se sentaba en la orilla de su cama y llevaba sus manos a la cara. -Pero no puedo dejar que eso me desanime, tengo que alistarme.

Justo cuando se estaba levantando para entrar al baño, tocaron a la puerta de su habitación, pero la persona que tocó no espero a que Jake respondiera para entrar al cuarto. Era Roxanne, su mejor amiga, una chica de tez morena, con ojos de color café, baja de estatura, algo rellenita, con el pelo de color rojo oscuro, casi vinotinto, sin ningún piercing en la cara.

-¿Jake, aún no estás listo? Eres un desastre, siempre tardas horas en despertar y arreglarte. Vamos, muévete, te espero en la cocina para desayunar.- Exclamó Roxanne mientras cerraba la puerta tras de ella.

-Ok… Eso fue raro… Mejor no pienso mucho en ello y bajo rápido, ciertamente es tarde.- Se dijo Jake así mismo mientras se duchaba y posteriormente se vestía, lo más rápido que pudo para ir a la cocina. Roxanne lo esperaba ya con la mesa lista para comer, se sentó y espero a que Jake hiciera lo mismo.

-Roxy, te ves…- Jake no sabía cómo decirlo, pero está era probablemente la primera vez que veía a Roxy tan decente.

-¿Fabulosa? Claro que sí, siempre cariño.- Dijo muy segura de si misma.

-Obvio que te ves fabulosa, es solo que te ves… distinta. ¿Cuándo te quitaste los piercings?

-¿Piercings? ¿De qué hablas bobo? Nunca en mi vida he tenido piercings ja, ja, ja.

-Claro que sí, el de…- Jake se calló de repente, intento recordar dónde estaban los piercings que según él, ella había tenido desde hace tanto tiempo, pero fue incapaz, recordó todo el tiempo que estuvieron juntos, y nada. Cómo si nunca hubieran existido.

-¿Jake? ¿Todo bien?- Preguntó Roxy al ver que su amigo se había detenido así mismo de manera tan repentina y luego se había quedado mirando la mesa durante un rato.

-¿Ah? Si, si, todo bien. Me debo haber confundido, quizá solo lo soñé.- Dijo no muy convencido de sus propias palabras.

-Entiendo. Bueno, termina tu comida rápido, es hora de salir.- Decía Roxy mientras se levantaba a recoger la mesa.

Ambos salieron de su casa y tomaron la misma ruta de siempre a esperar el metro, pero hubo cierta diferencia está vez, un chico, de cabello turquesa, de baja estatura, debía medir 1.68 metros, de complexión delgada, piel blanca, y ojos marrones se acercó a ellos. Fácilmente pudo haber sido una persona más esperando al metro, pero su apariencia le llamo la atención, aparte de el hecho de que venía sonriendo, al estar más cerca, apresuró un poco más el paso y cuando al fin llegó, Roxy lo recibió con un abrazo y un beso en la mejilla. Jake estuvo a punto de preguntar quién era su amigo, pero paso algo que lo dejo sin palabras. El chico volteo hacía él.

-Hola amor, te extrañe mucho.- Dijo el chico mientras se acercaba a Jake, ponía sus brazos alrededor de su cuello, y se paraba de puntas para poder darle un beso en la boca a Jake.

-¿Qué te pasa?- Dijo Jake mientras apartaba al chico de un empujón.

Tanto Roxy como el chico quedaron impresionados por la reacción de Jake, para ellos parecía algo muy normal. No había sido un empujón muy fuerte, pero ninguno se lo esperaba, así que el joven había caído al piso y Roxy se acercó rápido para ayudarlo.

-¡Daniel! ¿Estás bien? ¿¡Que mierda te pasa a ti!?- Dijo Roxy preocupada por el comportamiento tan raro que tenía Jake.

-Si... estoy bien, no te preocupes.- Dijo Daniel, no solo sorprendido, sino también triste por la reacción de su novio.

-Yo…- Jake estaba a punto de explicar el por qué se había conmocionado tanto, pero de pronto recordó que Daniel era su novio desde hacía un buen tiempo.

Jake no entendía absolutamente nada, no recordaba nada de este supuesta vida que tenía, sentía que no era el mismo. Todo era distinto a como lo recordaba, y solo recordaba cosas como flashbacks de una vida que no era suya, el no era gay. ¿Por qué tendría novio entonces? El había acompañado a Roxanne a hacerse sus piercings. ¿Por qué no los tenía ahora? Nada encajaba, todo era extraño.

-Yo… lo siento. Necesito pensar, nos vemos después.

-¿Jake? ¿¡Jake!?- Gritó su amiga, pero Jake no parecía tener intenciones de hablar con ella.

Ya había emprendido su camino de vuelta a casa, estaba intentando recordar, pero más cosas que sentía que nunca había vivido venían a su cabeza. Empezaba a frustrarse, no sabía que hacer, es como si estuviera en otro cuerpo, pero eso no era lo peor. Lo peor era que a veces venían recuerdos de cosas que no encajaban ni con esta vida, ni con su vida real. ¿Por qué tenía tantos recuerdos, de tantas otras vidas? ¿Por qué ahora?

Por fin llegó a su casa, se quitó toda la ropa y volvió a tomar una ducha con agua fría, al terminar de bañarse, se recostó en su cama, e intento dormir para despejar su mente. Al principio le costó mucho, pero poco a poco logró quedarse dormido.

…

Sintió como alguien tocaba su hombro mientras lo movía suavemente, sus ojos se abrieron y se encontró a su jefe viéndolo.

-Supongo que hoy no durmió muy bien.- Le dijo su jefe a manera de broma.

-Oh. Lo siento muchísimos Sr.Stone, le prometo que esto no volverá a pasar.- Decía Jake arrepentido.

-Espero que no, hasta ahora me has dado una muy buena impresión, espero que siga así.- Respondió su jefe, que no estaba enojado, más bien se lo decía como un consejo.

-Por supuesto que sí, gracias.- Jake estaba en su cubículo.

-Un sueño… Solo fue eso, un sueño muy realista.- Se dijo a si mismo.

Luego de eso continúo con su jornada de trabajo normal, hasta que llegó la hora de salida. Volvió a su casa y se encontró con la Roxanne que conocía, con sus piercings y su cabello rojo intenso.

-Me alegra tanto verte.- Le dijo Jake a Roxanne mientras la abrazaba

-Ok, también me alegra mucho verte rarito.- Decía mientras le devolvía el abrazo.

-Lo siento. Solo tuve otro mal sueño.

-¿¡Mal sueño!? ¿Dormiste en el trabajo? Diablos ¿Qué impresión quieres dar? Señorito “responsable”.- Hizo comillas con los dedos al decir la palabra.

-Déjame en paz, no dormí bien.- Respondió Jake mientras reía.

Solo un mal sueño…