Capítulo cuatro.

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¡Que belleza de mujer!

¿Será natural toda? ¡por favor Rogers! ¿Qué pensamientos son esos? ¡que chismoso! Creo que soy hombre muerto, mi novia psicópata va a asesinarme, pero tiene un cuerpo de infarto y un rostro precioso, toda es bella, el cabello, las piernas, el… ¡Dios que desastre! Si Susan llega en este momento me castra por comerme con los ojos a esa mujer. Debo tranquilizarme ya, porque el  pantalón se ajusta de manera incomoda en  estos casos.

Esta mañana cuando llamé a mi amigo Boris, no pensé nunca en venir aquí; aparte de las circunstancias que me lo impidieron,  no tuve jamás la intención. Es que ¿un centro de belleza? ¡por favor yo, siempre estoy ocupado pero, hoy es diferente. Esta mujer puede levantar el ánimo de cualquier hombre con esas… ¡Rogers Vaguhn, deja de mirar las tetas de esa mujer! Me detendrán por acosador si se da cuenta. Mi teléfono suena y trato infructuosamente de mirar al remitente pero no puedo despegar los ojos de esos labios gruesos y carnosos que invitan a morderlos.

—¡Vaguhn! – contesto y el receptor emite un jadeo conocido ¡me lleva la mierda!

—¿Rory, dónde estás y con quién? – en algún momento le reclamaré ese horroroso apelativo, pero en este momento estoy al filo de la muerte ya que la distracción fue de niveles elípticos y ni siquiera reconocí el sonido del teléfono — ¡Respóndeme! – escucho un sollozo detrás del auricular y puse los ojos en blanco.

Decidí salir de allí para poder concentrarme en la llamada de mi… novia. Aun no se como me metí en este lío pero debo retrasar: el compromiso, la boda y todo el problema que viene con ello.

—¿Amor? ¡lo siento, soy un tonto! Es que te vine a apartar la cita con el estilista y esperándote saqué mi tableta para trabajar – a Dios gracias mi maletín siempre va conmigo a todas partes. 

Sollozos, silencio y más sollozos. Miro al cielo y me pregunto por qué es tan malcriada y si yo tengo culpa de ello.

—¿Una cita de belleza para mi? – su voz aniñada me hace sonreír.

—¡Si Nena! Por lo del cumpleaños de tu mamá – escucho un grito conocido y sonrío nuevamente.

—¡Ooooohhh cielo gracias, gracias! Te compensaré bien, eres el mejor ¡te amo! ¿Dónde estás? – luego de la destrucción instantánea que sufrió mi tímpano a causa de los gritos, dicto la dirección para que su gorila la traiga hasta acá.

Escolta que yo pago por cierto, esto por orden de su padre, ya que soy abogado penalista y fiscal de distrito - ruedo los ojos -. Él dice que estoy en peligro todo el tiempo a causa de mi trabajo.

Ingreso de nuevo a la peluquería y me encuentro con unos ojos preciosos color caramelo que hace un rato - cuando yo babeaba como un perro - estaban oscuros porque aunque sea muy controlada, ella es mujer y yo ¡soy atractivo!

¿Qué edad tendrá?

Es mayor, se le nota la madurez, sin embargo; se ve perfecta y representa unos treinta y seis años a lo sumo. Siento una mano pequeña y delicada en la mía y al girar me encuentro con los ojos verdes, escrutadores y desconfiados de mi novia, sonrío lo mas dulce e inocente que puedo sin dejarla actuar dándole un arrebatador beso de bienvenida que espero: borre todo rastro de recelo o sospecha. Acepta y devuelve la acción frotándose descaradamente para sentir si me encuentro  excitado o no, de ser así; buscaría la chica hasta el fin del mundo y la destruiría por las redes… si bueno, ya sucedió y ¡créanme, no fue agradable! Esta chica es un demonio para cuidarme, se vuelve un monstruo de celos y rabia arremetiendo contra cualquiera que la haga sentir vulnerable ante mis sentimientos ¡es una chica tóxica en toda su extensión!

¡Pero yo, no soy un Ángel!

—¡Mmmmm, rico ese beso! – expresa sonriente, pero aún no he salido ileso, se encuentra monitoreando el sitio a placer para reconocer en el los posibles peligros. Sonrío.

—Solo para ti – susurro en su oído y se derrite  — ¿Qué tal la mañana? – hace un puchero, conozco todos sus trucos. Deja de lado los celos ya que la necesidad de comprar algo, lo que sea: es mayor.

—¡Aburrida porque papi no me deja dormir contigo! – río sin pudor a causa de su voz aniñada y me mira ofendida — ¡Eres malo! Ya no voy a hacerte cositas ricas en ya sabes donde – arrugo el entrecejo y ahora quien ríe es ella.

—¡No es justo! Es tu padre quien no te deja dormir conmigo, no yo – beso su nariz y coloco la mejilla en lo alto de su cabeza dorada.

—¡Cierto! Y ahora ¿con quién es mi cita? ¡no puedo esperar! – da saltitos y ruedo los ojos de nuevo.

—¡Ah claro, vamos! – respiro profundo y camino detrás de ella para entrar al fulano atelier de belleza y tener fuerzas para poder soportar lo que hace en mi esa mujer.

—¡Sr. Rogers! Pensé que se habían marchado - ¡es hermosa! — ¡Pasen adelante! Los amigos de Boris también son los míos – Susam se siente como la reina del lugar y yo descanso un poco de su actitud posesiva.

¡Que incomodo!

—¡Marta, ella es mi novia Susam! – agradezco al cielo que mi voz salió firme y segura.

—¡Encantada preciosa! – su expresión cálida paso en un nanosegundo a completamente plástica y artificial.

¡Asombroso!

Ambas representan un peligro para la otra y sin embargo se toleran, haciendo el ritual ridículo del grito ahogado, besos en el aire y saltitos con aplausos. Pongo los ojos en blanco y doy un paso atrás.

—¡Amor! ¿Dónde vas? ¡quédate conmigo! – hizo un pequeño berrinche con pataleo, gracioso para otros mas no para mí.

—¡Amor es que yo…

—¡Cielo… preciosa! - Martha llama su atención — ¿Quieres que te diga un secreto? – Susam la mira atenta pero, desconfiada — Los chicos se aburren donde nosotras nos divertimos – la observa seria y cuando consigue procesar sus palabras abre mucho los ojos y sonríe ampliamente, se gira  y salta a mis brazos, no pude evitar mirarla con ojos dulces y tiernos porque ella es como una niña a pesar de su edad.

—¡Esta bien! Ve a hacer tus cosas de abogado y lo que sea que necesites, luego te llamo para sorprenderte ¡Te amo! – habla tan rápido que me es imposible procesar la mitad de la información, lo hice después de un tiempo. Aún así me besa como si me mudara a China.

Salgo de allí como si me estuviesen persiguiendo, no quiero ser mal interpretado es decir; la amo pero ¡me exaspera! Absorbe mi tiempo como si fuese de ella, no me importa cuando lo tengo de sobra - que casi nunca es el caso - pero es demasiado posesiva y presiona tanto que me siento asfixiado.

Sin darme cuenta llego hasta unas joyerías y lo primero que vi fue un anillo de compromiso con cristales de cuarzo, en oro blanco y una piedra estilo rubí, me acerco asombrado por su belleza y lo adquiero sin pensar. Guardo la cajita en el maletín porque mi novia es bastante curiosa y no me agradaría el hecho de que la descubriera, ya que no pretendo pedirle matrimonio por ahora.

Una hora y media más tarde me encuentro en una especie de café para ejecutivos contestando unos e-mails y dictando ordenes a mi asistente para el  juicio de mañana. Aún no tengo noticias de Susam así que puedo revisar y organizar lo que desee hasta que me llame por teléfono.

Llega a mi mente la imagen de unos ojos color caramelo fascinantes ¡que mujer tan bella! Creo que debe tener algo que ver con su descendencia latina o algo así porque ese cuerpazo ¡uf! Está buenísima sin embargo, debo mantenerme a raya porque mi noviecita es una fiera y no deseo tener problemas. Jeshua me informa acerca de los pormenores del caso hasta ahora, la cliente en cuestión demanda a su pareja - quien ni siquiera es su esposo - porque éste no desea el bebé que está esperando, es una situación incómoda tratándose de una figura pública como lo es Frederick Moza Canciller del Gabinete Gubernamental ¡es un lío! por eso debemos ser discretos al máximo, cosa que la Srta. Audrey Ferrero no entiende y pretende hablar con la prensa en cualquier oportunidad. Hablé con ella para decirle que le pondría seguridad ya que al ser afín con éste sujeto está marcada la posibilidad de que alguien - la esposa por ejemplo - puede atentar contra ella. Al fin se calmó y yo me tomé un respiro.

— ¡Joshua! ¿qué me tienes? - contesto mi teléfono con cautela, aún sabiendo quien llama.

— ¡Jefe la loca está aquí y se encuentra furiosa! - no se de que habla.

— ¡A ver amigo, explícate! ¿quién es la loca? - hablo pausado dentro de mi confusión.

— ¡Edna Moza, la mujer del Canciller! - ¡mierda! y no puedo moverme de aquí.

— ¡Eso si que es un problema! - digo mirando una rubia que se detuvo a sonreírme, es bonita pero estoy ocupado. Me señala preguntando si puede sentarse y niego con la cabeza. Se ofende, me mira mal y se va — Comunícame con Andrew por favor.

—¡De inmediato Jefe! - un tono diferente suena y escucho la voz de mi amigo.

— ¿Hola? - responde.

— ¡Amigo necesito ayuda! - digo sin saludar, es muy poco usual en mí pero, esto es una emergencia.

— ¡Claro amigo mío! ¿qué necesitas? - y le cuento la situación completa. Me dijo que continuara en lo mío ya que él se encargaría de todo. Como primo de mi novia le corresponde hacer que yo la consienta todo el tiempo.

— ¡Gracias amigo, te debo una! - se carcajea diciendo que me cobrará con creces. Sonreí. A pesar de ser hijo de quien es, él si conoce el valor de la amistad.

Susam llamó más o menos una hora después y a Dios gracias terminé el trabajo atrasado, solo resta reunirme con la Srta. Ferrero para afinar los últimos detalles del juicio. Guardo el material en mi portafolio y me dispongo a levantarme para salir del establecimiento, llamo la atención de la chica para cancelar mi orden. Camino hasta la sala de belleza nuevamente y veo como mi chica conversa alegremente con dos trabajadores y la belleza madura discute acaloradamente con alguien al teléfono, pero al parecer me sintió llegar porque sus ojos conectaron los míos ¡Dios!

¿Por qué tiene que estar tan buena?

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