Capitulo 3

Ha pasado una semana desde ese terrible sueño que me dejo muy tocado; pero ya no me preocupa tanto, ya que desde ese día, los sucesos desaparecieron casi por completo: me paso por el espejo y solo veo mi reflejo habitual, ya no me desvelo como antes por las recurrentes pesadillas de ese "yo" tan distinto y tétrico que vi en aquel espejo...Pero un día vi que algo no estaba bien. Estaba caminando de regreso de la iglesia para mi casa, ya que tenía que hacer una actividad universitaria que involucraba tomar fotos ¡Un placer único! pero claro, de la parroquia a mi hogar tenía que recorrer un estrecho y sórdido callejón, donde se la pasaba Paul, una suerte de bravucón en crecimiento, un pobre pero impetuoso muchacho de 15 años que siempre buscaba molestar a los niños que se la pasaban por el lugar, a veces para quitarle sus chucherías o para arrebatarles su dinero, usando una vieja y oxidada navaja de caza de su abuelo para amenazarlos; cosa bizarra en un lugar donde las armas de fuego son más comunes, pero eso no le quita temeridad al muchacho; eso más bien le inflaba el orgullo de futuro azote de las calles.

Decidí pasar por el callejón; allí estaba, con su característica mirada seca y mal encarada que lo caracterizaba; aunque mayor que él, a veces se envalentonaba cuando estaba con sus "amigos" para mostrar su valentía. estaba rodeado de como 5 personas, por lo que decidió acercarse a mí con su oxidada arma en la mano

-Vaya, pero si es Crespo el santico de la iglesia, que te trae a mi callejón- me dijo con su típico sarcasmo infantil

-Vengo de mi casa, no fastidies Paul, mira que no tengo tiempo para tus tonterías

-Ahh, se alzo el muchacho- decía mientras observaba a sus acompañantes, de repente saca su navaja y la pone frente a mi cara- vamos a ver si ahora eres tan alzadito

-Por favor Paul, tu y yo sabemos que esa navaja la usas para asustar a los niños de la zona, te conozco, no serias capaz de herirme, creo que no te atreverías a matar ni a una rata con eso.

Los muchachos alrededor comenzaron a reírse y a burlarse del muchacho, por lo que comenzó a molestarse, me agarro de la franela y me puso la navaja en el pecho

-Ay Crespo, no sabes en lo que te estás metiendo, busca tu muerte natural

-Por Dios Paul, no te avergüences mas a ti mismo, suéltame ya que tengo cosas que hacer

Lo aparte y decidí salir de allí, cuando de repente sentí al muchacho venir por la espalda y enterrar su navaja en mi brazo

-AHHHHHH- grite mientras veía como la sangre comenzaba a manchar el piso del callejón- que carajo te pasa

-Te advertí Crespo, o eres tu o soy yo, veamos a quien sacan en un cajón pa Bello Monte

-Pero ¿Que quieres lograr?- le dije aun sufriendo con la herida

-Cállate- dijo con rabia y se me abalanzo con la intención de otra puñalada; era obvio que los muchacho lo habían incitado a ello, el era bravucón, pero no un asesino. esta vez le agarre el brazo, su intención era clara pero no le permitiría seguir; en ese momento dos de los muchachos me agarraron por los brazos y me arrodillaron, Paul se aparto y me miro fijamente

-Ahora Paul, demuéstranos quien eres- dijo uno de ellos; Paul dudaba, pero no tenía más que esto, así que se dispuso a su cometido, corrí hacia mi empuñando su cuchillo directo a mi pecho.

-Hoy no moriremos

Una voz escuche en mi cabeza, a pocos metros de que Paul lograra su cometido, de repente sentí que apretaba uno de los brazos del muchacho el cual se comenzó a retorcer de dolor, ya que decía que le había fracturado el brazo, metí mis dedos en los ojos del otro, aunque solo lo dejo aturdido; agarre a Paul por el cuello, aun sin entender porque hacia todo aquello, como si fuera marioneta de la ira

Lo que paso después me hizo recordar las últimas palabras del ente en mi sueño: "Ahora comenzó tu nueva vida"...

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