Capítulo XVII: I’d go sailing

¡Me quedé dormido en la habitación de Gian! Definitivamente el deseo me hizo perder la razón. Al levantarme veo que apenas está amaneciendo, lo más lógico es que me fuera a mi habitación, que es justamente lo que iba a hacer hasta que me distrajo la espléndida vista a través de los ventanales de la habitación, me puse el albornoz que traje y salí al balcón.

Ver el sol salir en el mar es hermoso, en mi pueblo muchas veces me levantaba al alba para pedalear hasta la costa y ver salir el sol. Es una experiencia inigualable que no tiene precio, aunque no tiene mucho sentido que lo diga en un yate de lujo ridículamente costoso. Me quedé parado ahí disfrutando de la fresca brisa marina mientras el sol se levanta lentamente en el horizonte, cerré mis ojos e inspiré profundamente hasta que sentí su bra
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