Capítulo 38

Entre abrí los ojos, mi cabeza palpitaba de dolor, intenté moverme y fue cuando me di cuenta de la cuerda que me envolvía todo el torso contra el árbol a mis espaldas, miré a mi alrededor apenas pude enfocar mi mirada en los árboles y en los trillizos Brete, ellos estaban apoyados de la camioneta hablando entre ellos, lucían los mismos trajes negros como si fuera un uniforme.

¿Por qué?

Jamás podría comprender cómo las personas podían mostrarte una fachada de amistad solo para entrar a tu vida y dañarte sin piedad.

Calma fue la primera en verme despierta, hizo una seña con la cabeza y los vi acercarse a mí lentamente.

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