Capítulo 3

¿Qué mier...?

Tuve que releer el trozo de papel muchas veces para poder entender que era Lide el que había metido esa nota en mi bolso, ¿pero en qué momento lo metió en mi bolso? ¿Cómo pudo hacerlo? ¿Por qué quería hablar conmigo?

De seguro iba a asesinarme por echarle saliva encima.

—¿Qué es eso? —dijo Ana observando el sobre en mis manos, guardé el papel rápidamente dentro del sobre evitando mirarla, si ella había mostrado celos con tan solo una mirada que Lide me echó, no podía imaginar con semejante nota para que lo encontrara al salir.

—No, es un papel para... es mi... es de mi papá por mi cumpleaños —inventé sin ser capaz de evitar tartamudear—, se me olvidó sacarlo del bolso.

Ana no preguntó más nada probablemente perdiendo el interés y yo metí el sobre en mi bolso otra vez, sin embargo Cloe entrecerró los ojos y me miró de manera perspicaz.

—Tu cumples en Noviembre —dijo Cloe—, estamos en Septiembre.

Uh.

—¿Dije mi cumpleaños? No, su cumpleaños, el de mi papá, es la nota que le regalaré —giré los ojos para darle más dramatismo y credibilidad—. Como sea, ya debo ir a clases, nos vemos mañana ¿bien?

No esperé a que nadie me respondiera, tomé mis cosas, llevé mi bandeja a la basura y salí del comedor rápidamente. Cloe y Ana no tomaban clases extracurriculares porque no les interesaba el crédito extra, así que no había riesgo de que pudieran atraparme, no comprendía qué quería hablar Lide conmigo, aunque de seguro más que la saliva tenía que ver con lo que escuché en secretaría, si era así, entonces tenía muchas cosas qué decirle, empezando con la palabra "puto" y "deja de meterte con una mujer casada y mucho mayor que tú, puto".

Sí, quería llamarlo puto en su cara.

Fui a los vestidores para colocarme mi ceñido traje y mis zapatillas, recogí mi cabello en un moño de cebolla alto mirándome en el espejo y hasta ese momento no había notado realmente lo mucho que había cambiado mi cuerpo, incluso encajaba perfectamente con las demás chicas aunque jamás podría ser toda una tabla... afortunadamente.

Salí junto con las demás, sentía la mirada de algunas que me observaban sin disimulo, probablemente pensando que mi ausencia se debía a que me había salido del equipo y no a que había estado enferma. La señora Regina me dio la bienvenida resaltando que lucía "como una bailarina" y que ahora "encajaba en la rutina", ahí estaba, otra vez resaltando que las gordas como lo fui yo no podíamos estar en ballet y si lo estábamos debíamos ir al fondo para no llamar la atención, que vida tan superficial. Después comenzó a hablar del recital que comenzaríamos a trabajar para presentar en Halloween y en navidad para seguidamente comenzar el calentamiento.

A pesar de estar todo un verano débil y en cama ya mi cuerpo estaba acostumbrado a estirarse y bailar, apenas practicamos la primera parte y me alegré de que había quedado seleccionada como una de las bailarinas principales. Yo. Bailarina principal, mi madre estaría muy feliz por eso, siempre quiso que fuera de las principales, mi sonrisa no podía ser más amplia, al menos ese virus que casi me mató sirvió para algo.

Fui a cambiarme pero me limité a colocarme el blue jean y me dejé el traje ceñido abajo, solté mi cabello largo para disminuir la presión en mi cabeza y cubrir parte de mis pechos porque no llevaba sostén y pezones eran de esos sensibles que se endurecían por cualquier cosa. Salí con las demás chicas que curiosamente se habían vuelto más simpáticas conmigo desde que me eligieron como una de las protagonistas, el malvado y puto interés.

—Hey Darcey —dijo Agatha, ella era la más popular del equipo de danza clásica, probablemente por su largo cabello rubio, sus increíbles ojos verdes y figura esbelta, siempre era de las principales. Me voltee hacia ella apenas entendiendo que se sabía mi nombre—. Habrá una fiesta este viernes en mi casa, ¿Te veo allá?

Tardé un momento en comprender que me había invitado a una de sus increíbles fiestas en su deslumbrante casa o al menos así se veía en las fotos de su Instagram. El papá de Agatha era productor en Hollywood y a pesar de estar divorciado siempre le daba a Agatha mucho dinero y todo lo que ella le pedía, por eso siempre lucía increíble, tenía un auto increíble y un novio universitario increíble, todo de ella era increíble.

Siempre desee ir a una de esas fiestas pero como no era alguien importante o más bien solo era alguien invisible, no era invitada al igual que mis amigos, así que me limitaba a ver los directos y fotos que subían a las redes sociales imaginando lo que se sentiría estar en una de esas fiestas descontroladas.

—¿Debo llevar algo? —pregunté con una ligera sonrisa pero luego pensé en que iba a estar bastante incómoda si iba sola así que agregué: — ¿Puedo llevar a alguien?

Agatha se encogió de hombros, incluso ese simple gesto se vio increíble en ella.

—Claro a quien quieras, y no es necesario que lleves nada —dijo y sonrió al decir: — solo ganas de divertirte.

Sonreí sin poder creer que había sido invitada a una de las fiestas más comentadas de la escuela y podía llevar a quién yo quisiera, me parecía irreal, todo un sueño, me gustaba como había iniciado mi último año, esperaba que este fuera memorable.

No sabía lo mucho que las cosas podían cambiar contigo solo cuando cambiabas tu apariencia y hacías que los demás te vieran como tú siempre te viste, la vida era un asco.

Fui a tomar un poco de agua antes de irme, y fue cuando recordé la nota que me había dejado Lide para que lo encontrara afuera, ¿Qué hora era? Saqué mi teléfono, eran las 3:58pm, sentí de repente un raro sudor en las manos y comencé a caminar hacia la salida de la escuela casi escuchando mi corazón retumbar cada vez más rápido en mis oídos.

A ver qué tienes para decirme, Lide.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo