Capítulo 4

Llegó al lugar indicado, estoy esperando a la Señorita de bienes raíces en eso se detiene un vehículo.

―Buenos días ¿es usted el Sr. Santos?

―Así es soy yo.

―Pasemos.

Llegamos al tercer piso donde había 6 apartamentos, ella abre y mire el apartamento se miraba bastante acogedor y ya tenía algunos muebles, mucho más grande que donde yo vivía.

― ¿Puedo pasarme inmediatamente si quisiera?

―Solo tendríamos que ver la forma de pago y el crédito.

―Lo compraría de contado, pero hasta en 3 días, ya que el banco aún no me entrega mi chequera.

―Recuerde no aceptamos cheques personales.

―Vera que ese sí, para mientras toca esperar, pero es un lugar de mi agrado.

―Cuando tenga el dinero me llama, con gusto le atenderé.

―Quisiera otra cosa.

―Dígame Sr. Santos.

―Quisiera saber el costo de un terreno, algo que mida una manzana completa pero que este en una posición única.

―Tengo un solo lote así, si gusta puedo mostrárselo.

Llegamos al terreno, una manzana completa su costo es de $800,000 dólares, cuenta con una buena posición comercial es una calle bastante transitable, ideal para lo que tengo en mente.

― ¿Puede preparar los papeles de ambos y firmar en 3 días?

―Lo siento, sin ningún tipo de anticipo no podemos preparar documentación.

―Entiendo, ok entonces en 3 días la llamo para pagar el total de ambos terreno.

―Esperaré su llamada.

Quien imaginaria esto, tengo grandes planes para este terreno, por el momento tengo que ir a un sitio.

Estoy aquí afuera de mi antiguo trabajo, no sé qué pasará, pero tengo que hacerlo, entro y lo primero que oigo.

―Sabía que vendrías como un gusano arrastrándote, hoy estoy de humor si me pides de rodillas que te dé el empleo te lo daré, pero con un menor sueldo por haberte ido.

Desde hace rato he querido hacer esto, sin que él se lo espere lo doy un buen golpe en la cara.

―Yo no vengo por tu empleo.

Sigo hacía la cocina me dirijo hacia Isabel.

―Si quieres que tu vida cambie confía en mí y salgamos de aquí.

―Pero de que hablas, no puedo perder mi trabajo.

―Te ofrezco algo mucho mejor que esto.

En eso tuvo que entrar el dueño.

―Par de escoria, salgan de mi restaurante inmediatamente sino quieren que llame a la policía.

En eso veo que Isabel se acerca a él y le pega una cachetada.

―Esperó que sea cierto eso― me dijo.

―Claro, vámonos de aquí te invito a almorzar.

Ella me sigue, detengo un taxi y la llevó al mismo restaurante que fui ayer quería demostrarle lo serio que hablaba.

Llegamos al restaurante y está vez la recepción fue distinta.

―Bienvenido Sr. Santos. Gusto en volver a verlo, desea mesa para 2.

―Así es.

―Pase por acá.

―Que hacemos aquí, sabes lo costoso que es este lugar y ¿Por qué te tratan con tanto respeto?― dijo Isabel.

Era claro que estaría muy confundida, si la última vez que me vio solo tenía para comer un simple plato de $15 dólares.

―Permítame― dijo el camarero sacando una silla para que Isabel se siente.

―Puedes traerme el mismo vino.

―Con mucho gusto, se lo traigo.

Se retira el camarero y empieza el interrogatorio de Isabel.

―En que andas metido, hace dos días solo tenías unos cuantos dólares y hoy me traes aquí, espero que no estés haciendo nada ilegal por qué me retiro.

―Tranquila no es nada ilegal, la suerte me favoreció y gane una gran suma de dinero.

―Y solo por eso vienes a gastarlo aquí.

―Te aseguro que esto es nada, comparado a lo que se aproxima.

―No entiendo que habrás hecho para ganar tanto dinero.

―Gane una lotería y le pegue al gordo, más no te diré.

―En serio, eso sí que es suerte.

Nos interrumpe el camarero y nos sirve el vino.

―Le recomiendo el platillo del día.

Me dijo cuál era, pero como era un nombre todo raro solo le pedí que no fuera nada extraño, el solo me sonríe y se retira.

―Entonces que piensas hacer con tú premio.

―Pienso hacer una inversión y quiero que estés en ella.

―Ajá y que tipo de inversión.

―Miras la elegancia de este lugar, quiero uno así, tú serás la chef y encargada, te pondré a cargo de todo el personal eso sí también te pondré a profesionales ayudando en las finanzas.

― ¿Por qué yo y no alguien más?

―Porque desde que te conozco me has ayudado a no rendirme, aunque a veces fueras odiosa conmigo, pero te consideraba una amiga, además eres madre soltera y llevas trabajando 4 años haciendo turnos dobles sin descansar.

―No pretenderás que sea tu mujer porque eso no.

―En ningún momento he insinuado eso, yo solamente quiero ayudarte, así como la suerte vino a mí también quiero hacerlo contigo.

―Pero tú no tienes un restaurante para yo ir a trabajar ya, porque no puedo darme el lujo de estar sin trabajo.

―Entiendo tu preocupación es más para que veas que hablo en serio, te daré un bono especial quiero regalarte una casa para que ustedes vivan tranquilos, solo dime dónde.

―Estás loco, en base a qué me darás una casa.

―Para compensar todo el tiempo que trabajaras para mí, tómalo como un adelanto, aparte de daré el triple de lo ganas antes, esto mientras construyó el restaurante, quiero que te prepares mejor sé que tienes talento y no vale la pena desperdiciarlo.

―Entonces tú me darás una casa sea adónde sea y el triple de lo que ganaba antes, todo esto con la única condición que trabaje para ti.

―Así es.

―Ok, quiero una casa en los altos del Edén.

Está mujer sí que sabe de gustos, una casa ahí ronda por los $300,000 dólares, es una zona exclusiva, pero ella se lo merece por lo que no importa pagar lo que valga, le marco a la de bienes raíces.

―Hola, quisiera pedirte un favor, búscame una casa en Altos del Edén no importa el costo.

En dos días me tendría la información, aunque la escuché un poco dudosa, imagino es porque le he pedido tanto y no he soltado dinero, pero tengo que esperar.

―Listo, en dos días verás tú próxima casa.

―Si que estás loco, solo espero no te arrepientas.

―No lo haré.

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