5. Obteniendo respuestas

Sídney se despertó sobresaltada, se observó a sí misma y miró alrededor donde se encontraba entonces se acordó de todo lo que había sucedido la noche anterior y se sintió avergonzada; miró el reloj que se encontraba en la cabecera y eran las ¡nueve! De la mañana, debía regresar a su casa, su madre estaría muy preocupada por no decir nada de su falso padre. Salió de la cama y se avergonzó aún más cuando se dio cuenta de que solo llevaba puesto la toalla, fue al baño a por su ropa, pero no la encontró, se acordó que el profe le había traído ropa suya así que regreso a la habitación por ella, las encontró sobre el perchero y se las puso; un pantalón chándal y un jersey enorme para ella, pero no le quedaban nada mal, no, para nada, solo parecía a una ¡vaca gorda! Se miró al espejo y se rindió, no le quedaba otra opción. Se peinó el pelo con sus dedos e hizo una cola mal hecha con algunos mechones sueltos.

Salió del cuarto y se dirigió al salón donde encontró a Daniel de espaldas sobre la mesa apuntando algo sobre un montón de papeles. Suspiró antes de saludar llena de miedo y con una sonrisa.

—¿Hola?

Por un momento, Daniel dejó lo que hacía y se volvió hacia ella, iba a decir algo, pero entonces la vio, llevaba puesta su ropa y se veía…bonita ¿será que siempre se veía así con lo que se ponía? Por no hablar de los mechones que estaban pegados a su cara. Pero bueno ¿desde cuándo pensaba de esta manera? ¿Qué le estaba pasando? ¿Será que se estaba demudando? 

—Sé que no es lo mejor que me he puesto en todo mi vida—continuo ella refiriéndose a lo que llevaba puesto—pero no encuentro mi ropa.

—Oh, no, no te preocupes, hace dos horas que la mandé a la lavandería, no tardaran en traerla.

—Es un detalle de su parte.

—Mientras tanto puede desayunar, la llevaré a su casa.

—No quisiera abusar de su hospitalidad...

—Descuide, es un placer.

—De acuerdo.

                                   

                                 ********

Después de todo Daniel la estaba dejando en su casa, ella le agradeció por todo y entró en su casa donde estaban muy preocupados sus padres quienes por lo visto no habían pegado el ojo en toda la noche; su madre corrió a su lado y le dio un fuerte abrazo.

—Estaba tan preocupada que pensé que no volveríamos a verte. No sabes cuánto siento lo que has tenido que pasar.

Observó a Roberto quien se encontraba apoyado contra la pared aparentemente avergonzado, había regresado a la cordura y se había dado cuenta del terrible caso que se había producido por su causa. No se atrevía a pronunciar palabra, simplemente observando la escena esperando alguna oportunidad de expresarse.

—Estoy bien pero no es gracias a vosotros.

—Y ¿Qué significa eso? —su madre se mostraba preocupante. Las dos se sentaron en el sofá.

—Que mientras salía del lugar donde me estuvieron engañando durante casi toda mi vida, me acogió alguien muy generoso cuando estuve a punto de desplomarme bajo la lluvia y me convenció que debería daros una oportunidad, o sea, debo escucharos y conocer el motivo del por qué me engañasteis y por ultimo decirme dónde se encuentra mi verdadero padre. Así que adelante, demostradme que él no estaba equivocado al darme ese consejo.

Carla y su esposo se echaron unas miradas y se volvieron otra vez hacia ella.

—Está bien hija ¿Qué quieres saber?

—Quiero saber sobre mi padre biológico.

Si era la única opción que tenían para que se llevaran bien con su hija, estaban dispuestos a hacer lo que les pedía. Sídney les escuchaba con toda la atención posible: su padrastro siempre estuvo enamorado de su madre pero ella nunca se había reparado en él porque lo estaba del típico chico guapo y rico, una vez consiguió llamar su atención salieron juntos un par de veces hasta que supo que estaba embarazada, se lo dijo pero no la hizo caso y optó por cortar con ella, dolorida y muerta de miedo por tener que cuidar sola de su propio hijo hasta que decidió abortar, se lo estuvo pensando hasta que Roberto entró en su vida y le dio esperanza decidiendo criar a su hijo como si fuera suyo… por todo eso se habían propuesto no contárselo nunca hasta que gracias a la borrachera de Roberto, todo salió a relucir. 

 En realidad, era una historia interesante, sus padres habían pasado por todo eso para estar con ella y lo menos que podía hacer era agradecerles y entenderlos. Obviamente gracias a eso su padre se había vuelto en un borracho sin vida, probablemente se había dado cuenta de haber tirado su vida por la borda, pero por suerte había tiempo para solucionarla, iba a ser todo lo posible para que volvieran a ser una familia que había dejado de ser hacía mucho tiempo, de todas formas, su padre que eso era para ella, estaba dejando de beber. Unas lágrimas bajaron de sus ojos y les dio un fuerte y largo abrazo.

                                              ……………

En cambio, Daniel una vez que la hubo depositado en su casa, se fue derecho a su departamento; empezaba a sentirse mal, justo en ese momento se estaba carcomiendo por dentro por lo que había hecho: había estado con una chica e incluso la había tocado, aunque había hecho todo eso solo para salvarla, se estaba preocupando. No entendía cómo había ocurrido todo eso sin que le afectara tanto como lo estaba haciendo una vez que se había separado de ella. Estaba tan alterado que no se daba cuenta de lo veloz que conducía. Llegó a la casa y le pareció que la imagen de Sofía se encontraba por todos los rincones de la casa, era inevitable. Cogió la ropa suya que le había dejado ponerse y se acordó la calidez de su piel cuando la tuvo en brazos, de su delicadeza y…de su olor. Arrojó con todas sus fuerzas la ropa contra el sillón ¿estaría volviéndose loco? ¿Por qué le estaba pasando todo eso?  

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