Capítulo 1

Adrián Sokolov

Camino por los largos pasillos de mi empresa. Estoy estresado por el tránsito, aún no me acostumbro a despertar temprano, aunque tengo más de 10 años haciéndolo. Podría llegar una o dos horas más tarde al trabajo, al fin y al cabo es mi empresa y tengo empleados. Pero entonces no puedo reclamar si uno de ellos llega tarde. Además yo me pongo como ejemplo de la puntualidad.

Saludo a Liset la recepcionista. Tiene 7 años conmigo y es la única que no me ha hecho irritar. Hasta el momento. Los demás lo han hecho, incluyendo mi primo Carlos, quien con sus chistes sin gracia, me arruina la mañana. Pero no puedo hacer nada ya. Es mi primo favorito y tengo 5 años soportándolo.

Entro a mi oficina y dejo el maletín sobre el escritorio. Me quito la chaqueta y la pongo sobre el perchero. Reviso mi agenda tengo una reunión con los dueños de C.H.Magic, debo comprar el regalo de cumpleaños de Isaías y quedé de juntarme con Lorent.

Lorent es mi amiga de la infancia, la única que me conoce a la perfección y es digna de conocer quien en realidad soy. Mis padres insisten en que debemos casarnos, pero sólo nos queremos como amigos, aunque nos hemos acostado unas tres veces. No más.

Observo en mi fino reloj la hora y son las 8:00. Cuento de forma descendiente desde 5 y justo cuando digo 1; llaman a la puerta.

—Adelante —digo serio.

—Buenos días señor, Sokolov —dice mi secretaria con timidez —.Ya estoy aquí.

—Vaya a su oficina y si necesito algo, le aviso —contesto sin mirarla.

—Bien —dice volviendo a salir.

La puerta se abre otra vez y levanto la cabeza con cara de pocos amigos.

—¡Relájate que soy yo! —dice Carlos levantando las manos.

—¿Ahora que quieres? —pregunto cruzándome de brazos —. Si vienes a contar uno de tus chistes, te despido.

—¡Ay que rudo! —dice sentándose.

Carlos puede ser estresante, imbécil, retrasado, payaso pero nunca deja de ser sincero. Es el sobrino de mi padre y trabaja aquí en la empresa.

—Recuerda que hoy tenemos una reunión con C.H. Magic —dice tomando un pequeño chocolate de mi escritorio.

—Si, lo tengo claro —digo anotando unas cosas en mi computador.

—Bueno —se levanta y arregla su ropa -, yo venía a contarte un chiste, pero haz amanecido con el periodo y pos mejor me voy -pone cara de perrito.

¿Qué hice para merecer un primo cómo éste?

-¿Qué le dijo una galli... ?-lo interrumpo antes de terminar.

-¡Largo Carlos! -digo señalando la puerta.

-¡Aburrido!, por eso andas soltero -dice rodando los ojos.

-Pero con muchos culos a mi disposición -digo antes de que salga.

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