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Un día en un fiesta donde estaban varios de los socios de las empresas y filiales; Rodrigo había asistido con Annie.

La noche estaba un tanto aburrida y ellos no veían la hora de escapar de allí en busca de poner en práctica su extravagante vida nocturna. Pasó un buen rato cuando de pronto llegó Erick Sutherland, un amigo de Rodrigo con su flamante esposa, se trataba de Hilary; la mujer tenía un cuerpo que parecía esculpido por los dioses, el vestido que llevaba puesto era de color beige casi del mismo tono de su piel, entonces parecía estaba desnuda, ella tenía cintura de avispa y un par de pechos bien puestos en su lugar. Sus labios eran carnosos pintados de color rojo que estimulaban la imaginación de Rodrigo que no podía evitar mirarla por más que procuraba esconder sus lujuriosos ojos.

Ella también le había clavado la mirada, Hilary sabía que Rodrigo se sentía atraído por su belleza.

Pero Erick era un viejo amigo, ellos habían estudiado juntos la prepa y siempre se habían respetado a sus chicas. Rodrigo que ahora era un depredador sexual, aún sabía distinguir los límites y estableció una barrera con Hilary.

Las horas transcurrieron y ella al parecer era una depredadora peligrosa que cuando tenía en la mira una presa, no le quitaba el ojo de encima. Pero Rodrigo pese que se sentía tentado por la exuberante mujer, continuaba firme detrás de un muro invisible.

Después de la media noche, Erick se acercó a él a saludarle, Rodrigo estaba de pie junto a otros dos caballeros que solo hablaban de negocios y tenía en su mano una copa de champán:

—Mi amigo Rodrigo. —Dijo Erick animado y con los brazos abiertos para abrazarlo.

—Erick, amigo, me alegré cuando supe que estabas aquí. ¿Cómo están tus padres?

—Bien, siguen en París dirigiendo las empresas de mi familia.

—Si eso escuché, oí que tú hermano se casó con una Aristizabal.

—Sí, mi padre está muy contento.

Erick cambio por un momento la expresión de su rostro, entonces le dijo:

—Siento mucho lo que sucedió con tu esposa.

Rodrigo agachó su mirada:

—Gracias Erick, eso fue algo que se escapó de las manos de todos.

—Si amigo, es inevitable.

—Pero ya me ves aquí, la vida continua.

—¿Y tú pequeño hijo?

—En casa, bajo el cuidado de mi tía y mi hermana, papá se encarga de alcahuetearle sus caprichos. Annie también cuida de él, ya sabes, la ausencia de una madre es dura para un pequeño como Jr. Ella en verdad es especial con mi hijo.

Charlaron por un rato, el tema de los negocios no se hizo esperar. Después Erick mirando a los lados como si fuera a hacer algo malo hacia movimientos circulares con la copa de vino que tenía en la mano, después volteó a ver a su esposa que estaba como a unos treinta metros de él y lo miraba como expectante y sonreía resaltando sus sensuales labios rojos y carnosos; entonces él se volteó de nuevo a ver a Rodrigo que ignoraba por completo las intenciones de su amigo, Erick bebió un buen trago de su copa como para coger valentía, después sonrió algo nervioso y se acercó más a Rodrigo y le dijo casi al oído:

—¡Amigo quiero hablar contigo, pero te pido que no lo vayas a tomar mal.

Rodrigo se llenó de curiosidad, el nerviosismo que Erick tenia se evidenciaba en los gestos de su rostro y en la forma como movía la copa antes de llevarse el trago a la boca, entonces se preguntaba ansiosamente que sería lo que le iba a decir.

—Dime amigo soy todo oído.

Erick puso sus ojos grandes como si fuera a dar la revelación del año y estos iban acompañados de una sonrisa llena de picardía, entonces se acercó más y le dijo al oído:

—Tú le gustas a mi esposa. Erick volteó a verla y luego continuó:

—Tiene toda la noche diciéndome que te escogió a ti.

Rodrigo frunció el ceño con extrañeza dijo:

—¿Me escogió para qué?

—Nos preguntábamos si te interesaría hacer un trío con nosotros.

Rodrigo se echó una carcajada escandalosa pensando que Erick le estaba jugando una broma, él era un mujeriego empedernido, pero jamás se le había ocurrido meterse en la cama con una pareja de casados.

Él no paraba de reír y alargó la vista hacia Hilary, ella comprendió de inmediato que ya Erick había soltado la sopa, entonces comenzó a mover su exuberante cuerpo hacia ellos y miraba a Rodrigo a los ojos con deseo carnal, a medida que se acercaba con esa talante él comprendió que el asunto era en serio y la risa se le desapareció:

—Veo que te ha sorprendido mi propuesta. —Dijo Erick.

—Sí, bueno es que me has tomado desprevenido, la verdad nunca me lo hubiera esperado de ti que eres tan celoso, bueno eso lo recuerdo del colegio con tus chicas.

—Como ya te diste cuenta, mi esposa y yo tenemos este tipo de vida sexual, así es que mantenemos al riel nuestro matrimonio y mis ya conocidos celos controlados, ella puede hacerlo con otros pero con mi consentimiento.

—Y tú también lo haces con otras delante de ella supongo.

Erick puso una sonrisa traviesa y levantó una ceja.

—Exactamente no, pero si quieres descubrirlo ven con nosotros esta noche.

—Amigo Erick, nunca he participado de ese tipo de cosas, bueno, me refiero con conocidos, lo he hecho muchas veces con desconocidos ya sabes, en sitios...

—Y supongo que la hermosa Annie Bolttier es tu compañera en el juego.

Rodrigo volteó a verla, ella charlaba con algunos de los socios y parecía que disfrutaba la velada, Annie se percató que él la estaba mirando y le sonrió, en su mirada se notaba que estaba enamorada de él. Rodrigo se llevó la copa de champán a la boca y absorbió un trago:

—Sí, ella me acompaña, también le encanta jugar.

—¿Qué te parece si más tarde vamos a mi casa y jugamos los cuatro?

—Aceptaré su invitación de ir a su casa, pero no a jugar, solo será para conocernos, si Annie y yo estamos de acuerdo jugaremos otro día.

—Está bien, hoy Hilary y yo solo les daremos una demostración de cómo nos gusta atender a nuestros invitados.

Rodrigo fue por Annie y la sacó a bailar, mientras lo hacían le habló acerca de la invitación:

—¿Aceptaste?

—Le dije que iríamos pero solo para conocernos, más allá de ello no haremos nada. Si llegamos a un acuerdo jugaremos otro día.

—Hiciste bien, no me siento cómoda con una pareja de conocidos y además socios del grupo.

—Pienso igual, pero me parece productivo intentar conocer su juego, si nos gusta eso no nos vendría mal, creo que nos hace falta una pareja de amigos.

—¿No te basta con Andrés?

—¿Te gusta Andrés?

—Pregunté primero.

—Con Andrés tú eres la que disfrutas de dos hombres dándote placer, no me vendría mal otra mujer.

—Entonces iremos, pero si no me siento cómoda no me puedes obligar.

—Está bien, por eso hoy solo será para explorar su juego.

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