Capítulo 4-Fiesta

Astrid

Íbamos muy contentos, Jeison puso canciones latinas, Emma se puso a cantar a todo pulmón mientras que Jeyson la siguió, luego yo me uni a ellos, los tres llevábamos un aura de alegría.

Media hora después nos encontrábamos en las afueras del bar, estábamos esperando el automóvil que nos vendría a llevar ya que le fiesta sería en una residencial, no estaba bien informada de ello.

Las demás chicas también se encontraban ahí, luego de unos minutos, dos camionetas Land Rover no se mucho de auto, pero sí sé algunos nombres de los autos lujosos, ya que unos de mis sueños es comprarme uno de ellos.

Así que nos dividieron, suerte me tocó ir en la misma camioneta que va Emma, ya que son 8 camareras en total,

Jeison dijo que se iría detrás de las camionetas para no dejarnos solas. Unos 40 minutos duró el trayecto del bar hacía la residencia.

Cuándo llegamos, inmediatamente nos llevaron a un cuarto para ponernos unos trajes, constaba la falda de color negro que es a mitad de nuestros muslos, botines negros y una miniblusa también de color negro, nos maquillaron y nos dejaron listas para atender en la fiesta.

Ese traje era bonito, nos quedaba bien a todas.

**

Bajamos y comenzamos a servir bebidas de todo tipo, era una fiesta de personas adineradas, muchas vestían algo casual, pero la mayoría de ellos estaban vestidos de ropa elegante y en ellos solo gritaban lo cuan adinerado que eran.

Entre servir y servir se llegaron las 3 de la mañana, los encargados brillaban por su ausencia, con Emma decidimos salir de la gran mansión, ya que había acabado nuestros turno, no seguiríamos en un lugar desconocido, no rodeadas de personas de ese tipo.

Llamamos a una agencia de taxi, por qué también Jeison se desapareció, le llamamos y nos mandaba al buzón.

Nos sentamos en unos sillones que se encontraban a la orilla de la calle.

Pasó media hora y ese taxi no llegaba, nos pusimos de pie y comenzamos a caminar, no pudimos caminar tanto ya qué los botines eran de tacón alto y eso nos afectó para caminar, así qué nos agotamos

Nos detuvimos a un lado de la calle, pero de la nada salió un hombre y se abalanzó sobre mí, quedé en shock que no pude ni reaccionar cuándo eso sucedió. Emma intentó alejarlo pero está sólo consiguió una cachetada. Ella cayó al suelo, en su distracción yo le dí un golpe con mi rodilla pero me dolió más a mí, por que ese tipo ni se inmutó ante el golpe que le ofrecí.

Esté volvió a mí y de un tirón me arrancó la blusa, esto hace que mis sentidos se pongan en alerta.

—¡¡AYUDAAAAAAAA!! —grito con todas mis fuerzas, quizá haya un alma que se apiade de nosotras.

DAMÍAN

Voy en el auto de camino a uno de mis bares, junto a Eliel, él es mi mejor amigo y beta.

Cuándo Eliel habla.

—Está cerca —dice Jack.

Mi lobo.

Me maree un poco.

—¿Estas bien Damián? —pregunta mi beta.

Me limite a responder  un simple sí.

—Esta cerca Damián, —continúa hablando Jack —Sí seguimos el olor, las podremos encontrar y al fin tendremos a nuestras luna con nosotros.

Mientras Eliel habla, su olor es más fuerte, así que comienzo a acelerar el auto, pero un gritó hace que frene de inmediato.

Detengo el auto para escuchar con más claridad.

ASTRID

Este me dio un golpe haciéndome sollozar, pero no me iba a rendir tan fácil.

—¡¡AYUDA!! —Volví a gritar, ganandome otro golpe.

DAMÍAN

Volví a escuchar el grito, cuándo me dí cuenta qué el grito venía de la misma dirección que el olor, inmediatamente baje del auto.

ASTRID

Me pego tan fuerte que empecé a desvanecerme, justo cando todo se volvía negro vi como una daga traspasaba al hombre.

Lo último que escuche fue una voz lejana que decía.

—Mi Luna

Y caí en la oscuridad repitiendo esa palabra en mi mente.

Mi Luna....

Mi Luna...

Mi Luna...

Mi Luna..

DAMÍAN

Sin pensarlo dos veces saque una daga que traía en el auto, y la traspase por su pecho.

Justo cuándo la había llamado luna, ella se terminó de desvanecer, la cargue al estilo nupcial para llevarla hasta dónde se encontraba el carro, pero cuando voltee para hablar con mi beta esté estaba revisando a la chica que estába en el suelo.

—Es mi mate también —dice él.

—Vámonos llevémosla a la mansión y llamemos al doctor —le digo a mi beta.

Subímos a las chicas en el asiento de atrás, mi beta dijo que llevaría el auto y que yo fuese con ellas. Pero no sin antes de volver al hombre que las atacó o mejor dicho el demonio Astarot y sacó mi daga.

Una vez retirada mi daga, regreso al auto y Eliel lo pone en marcha.

Astarot es un demonio que solo sirve para abusar, tanto de las chicas como los chicos.

**

Llegamos a la mansión y el médico ya se encuentra ahí.

Ya está casi amaneciendo habló para mis adentros.

—Es mí luna —le digo al doctor en tono de advertencia.

Este se acerca con mucho cuidado a revisarla, después de unos 20 minutos él doctor habla.

—Alfa la luna despertará muy pronto, se desmayó a causa de un fuerte golpe que le dieron, cuándo se despierte le da estás pastillas.

Asiento y este de inmediato se retira.

Justo cuando se retira, un ruido proviene de la habitación de mi luna así que entro.

—¿Dónde estoy? —pregunta con voz rasposa.

—Estás en mí casa —respondo

—¿Dónde está mi hermana? —vuelve a preguntar.

—¿La chica que estaba contigo? —preguntó con el ceño fruncido.

—Sí —se limita a responder.

—Está con mi beta —contestó

—¿Qué? —pregunta aún más  confundida.

—Con mi amigo —contestó de una forma rápida que ella me ve aún más extraño.

—¿Puedes traer a mí hermana? —pregunta con voz cansada.

—Sí —respondo —Pero antes te tienes que tomar esto para el dolor —digo entregándole las pastillas y un vaso de agua.

—Eliel —le habló por telepatía.

—¿Que paso? —responde.

—Trae a la hermana de la chica

—Pero es que ni se parecen, para que sea su hermana —en su voz puedo notar cierto asombró.

—Ya se, pero tú tráela que ella está preocupada —dicho  eso cierro el enlace.

Oigo su dulce voz una vez más.

—¿Qué fue lo que paso? —pregunta.

—No lo recuerdas —digo observándola.

ASTRID

—Sí lo recordará, no te estaría preguntando —hablo con cierta molestia en mí voz.

No tengo idea de lo que me esta pasando, él es un desconocido y habló como si fuéramos amigos de la toda la vida.

Pero es que algo me dice que no tengo por qué temerle o alejarme me siento segura aquí con él.

—Que si no lo recuerdas —vuelve a preguntar sacándome de mi a soñación.

Imágenes pasaron como flashazos.

Flashback

Sale un hombre con capucha de la nada golpea a Emma, yo le propinó un golpe pero este ni se inmuta, arranca mi blusa, comienzo a sollozar, mis gritos pidiendo ayuda, cuándo de repente una daga traspasa su pecho.

Fin del flashback.

Tú...tú lo mataste.

Digo antes de volver a desmayarme.

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Capítulo editado✔.

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