Capítulo 3

—¡Hey!—dije, poniendo mi bolsa sobre la mesa. Katie levantó la mirada de golpe sobresaltada ante el sonido de mi voz. Su reacción me causó algo de gracia, pero esto no duró mucho. Fue cuando noté su aspecto que dejé de sonreír.

—¿Está todo bien?—pregunté, sentándome al otro lado de la mesa. Me dió una media sonrisa mientras dejaba el celular a un lado. Katie era una persona muy alegre, no era normal verla triste. Al parecer había estado llorando y los círculos negros debajo de sus ojos, me decían que había dormido muy poco o en el peor de los casos: nada. 

—Es solo que—empezó, bajando la mirada mientras lastimaba sus manos. No sé por qué cada vez que Katie se ponía nerviosa o ansiosa tendía a lastimarse los dedos y morderse las uñas. Noté como un par de sus uñas estaban más cortas de lo normal.—Aiden y yo tuvimos una fuerte pelea ayer. Él dijo muchas estupideces y luego empezó a hablar de ti. No pude soportarlo y terminamos gritandonos, se fue de mi departamento un poco después de las 12— añadió, mientras las lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas. La culpa empezó a fluir, no me gustaba ver a Katie llorar. No sabía por qué había empezado la pelea pero yo había sido una de las razones por las que esto había pasado. Me paré de mi asiento y me senté a su lado, dándole un abrazo. 

—Shh, tranquila Kat, ya te llamará solo fue una pelea. Tal vez, ya estaba enojado cuando empezaron a hablar —intenté tranquilizarla, mientras le daba palmaditas en la espalda. —La gente tiende a decir cosas que no quiere cuando está enojada, ya sabes como es eso. Incluso tú, que normalmente evitarías un enfrentamiento, terminaste gritando—añadí, preguntándome cuál pudo haber sido el detonante. Aidan y Katie no solían pelear. Katie tenía un carácter bastante pasivo, por lo que evitar una pelea era prioridad para ella, solo aceptaba lo que Aidan decía o simplemente ignoraba sus comentarios. Aidan, en cambio, tenía un carácter un poco difícil. Se enojaba con bastante facilidad y decía las cosas de la manera más cruda, pero Kat parecía ser su talón de Aquiles. La trataba bastante bien, la verdad, y solía tener un poco de delicadeza al hablar con ella. 

—Es que no entiendes—dijo Katie, entre sollozos— él dijo que no lo llamara, que necesitaba un tiempo. Que estaba harto de mi actitud.

—¿Qué?—respondí incrédula, abriendo la boca de par en par—¿con qué actitud?—añadí, casi gritando—el que tienes actitud de perro es él—terminé, sintiendo furia ante lo que escuchaba.

—Sé que no es el mejor, pero Charlie yo lo quiero, ¿qué se supone que haga ahora?—exclamó ella, mirándome con sus ojos café, ahora enrojecidos por el llanto. Suspiré ante mi impotencia. Aidan me iba a escuchar. 

—Espérame aquí—le dije a mi Kat, mientras me paraba e iba al dispensador por un par de pañuelos. Cuando regresé la mesera estaba en la mesa tomando la orden.

—...con una limonada, por favor—escuché a Kat ordenar. 

—Una ensalada campesina con una porción de papas fritas y una botella de agua, para mi— le dije a la mesera, mientras me sentaba. Mi madrina era vegetariana, por lo que le había cogido algo de gusto a los vegetales. Fijé la mirada en Kat, poniendo en sus manos los pañuelos. Sus lágrimas no paraban de salir, no sabía qué decirle, el tipo se había comportado como un completo idiota.

—Cuando salgamos de clase vamos a mi casa, no quiero que te quedes sola en el estado en el que estás—ordené, y cuando vi que iba a rechazar mi oferta, la señalé con el dedo índice y añadí—: y no puedes decir que no. 

Sus lágrimas empezaron a cesar durante nuestra espera. Los pedidos llegaron unos 5 minutos después, lo que nos dejaba con unos 20 para comer—Cuéntame qué sucedió ayer—dijo Kat queriendo cambiar de tema, mientras le daba un gran mordisco a su hamburguesa.

—Pues, casi pierdo mi beca por conducir borracha y encima casi me endeudo de por vida— comencé, viendo como Katie ponía los ojos como platos. —Sino fuera porque el tipo del deportivo evitó el choque con un giro algo brusco, tu mejor amiga estaría vendiendo sus órganos para al menos obtener parte del dinero.—repliqué, riendo ante la expresión horrorizada de Kat. Baje mi mirada a mi plato, mientras recordaba la noche anterior. Me llevé el tenedor a la boca y noté que Kat estaba examinando mi cara.

—¿Es esa toda la historia?—inquirió, levantando una ceja. No podía esconderle nada, tampoco planeaba hacerlo, solo me había perdido en mis pensamientos.

—No, no lo es—le respondí, mientras abría la botella de agua y tomaba un trago. —el tipo del otro auto ofreció, por no decir que demandó, llevarme a casa debido a que estaba borracha—añadí. Observé como Katie preparaba un discurso sobre cómo debería tener cuidado con la gente. Tomé otro traguito y levanté la palma de la mano para callar a mi amiga antes de que empezara. —Aún no termino de contarte todo lo que tengo que contarte—dije. 

—¿Hay más?—respondió

—El tipo es el hombre más atractivo que he visto en mi vida, y por si fuera poco no estaba solo, había otro más con su misma belleza. 

—¡Vaya! que suertuda eres—dijo ella, con un deje de tristeza en sus ojos. Seguramente porque estaba recordando a Aidan. 

—En fin, eso no es importante ahora—le dije quitándole importancia al asunto para contarle lo de la entrevista. 

—¿cómo que no es importante?—espetó ella.—No es normal que hables de chicos de esa manera—terminó. Terminé mi ensalada, vi el reloj del restaurante y noté que faltaba 5 minutos para la clase. 

—Vamos, llegaremos tarde—le dije, mientras agarraba mi bolso y me levantaba de la silla. 

—Charlotte, no me ignores y cuéntame bien—lloriqueó Kat, casi saltando del asiento y agarrando mi brazo. Me alegró que haya olvidado el tema de Aidan momentaneamente.

—Es que no es importante, Katie. ¿recuerdas que había mandado mi curriculum a Rolland&Black? Bueno pues, me llamaron y ¡me entrevistarán mañana!—anuncié, sonriendo por la o que formó su cara cuando lo dije.

—¡Eso es increiiiibleeee, Charlieee!—chilló ella.

—Shh—la callé. Caminamos por un rato, mientras hablábamos de los mensajes que me habían llegado de mi ex-novio. Sentí que alguien me observaba de nuevo y me detuve. Examiné el pasillo y luego vi por la ventana. Me pareció ver a un hombre con una máscara y una capucha que miraba en nuestra dirección.

—¿Charlie?— dijo Katie. La regresé a ver. —¿Qué sucede?—preguntó.

—Sentí que alguien nos miraba, regresé a ver y ese tip...—empecé, pero mi voz se hizo un hilo, cuando noté que el tipo había desaparecido. —No es nada, vamos—terminé, sintiéndome bastante extraña. Era la segunda vez en el día que sentía eso, lo cuál no me dejaba tranquila.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo