— ¡Vaya, Blue! Pero si has aprendido a cocinar —dice Tobías y esta se gira a verlo mal. El muchacho se ríe y le da un bocado a su sándwich de pollo para después alzarlo—. Esto es un avance.
—Ya cállate, Campbell —lo regaña Stacy.
<En los días del mes que ha pasado, Kilian no ha dejado de trabajar ni un minuto para conseguir todos sus objetivos, incluyendo el tratar de hablar con Blue.Luego de instalarse en la casa con lo poco que pudo trasladar de Atlanta, se concentró en la fábrica. Está empeñado en seguir el negocio de la familia y presiente que lo va a conseguir. Pronto el primer lote que servirá de degustación será presentado al pueblo en el mercado que hacen todos los sábados. Pretende conseguir posibles compradores ese mismo día y espera no equivocarse.Como tenía planeado ha convertido el cobertizo en el lugar donde fabrica las jaleas, lo ha equipado con la maquinaria necesaria y por el momento en la producción solo han trabajado él y Tobías, que a diferen
Ocho meses más tarde…— ¡Kilian! —Grita Blue por enésima vez en medio de una contracción—.—Ya estamos cerca, nena —le dice él con calma. Tratando de mantenerse sereno para conducir sin provocar accidentes; pero los
Había jurado abandonar todo, empezar una nueva vida para recuperar a Blue, y lo está haciendo, pero tiene un asunto pendiente, una promesa que había hecho y que todavía no realizaba.Por eso ha llamado a los chicos, las únicas personas que podrían meterlo en la cárcel estatal sin ser descubierto. Quería hacerle una visita especial al responsable de dañar a la mujer que estaba amando con cada parte de su cuerpo.Un poco de maquillaje y látex dio el resultado esperado. El oficial Espinoza, celador de la prisión a la que habían enviado a los Harrington.Kilian hace su viaje hasta su destino, mira el bolso a su lado y su apariencia en el retrovisor. Está to
Kilian tiene muchas cosas que lo diferencian de otros hombres. Mientras que otros están trabajando en lugares comunes, él recibe “encargos”. Mientras que otros ven partidos en grupo, él acecha en solitario. Mientras algunos llegan a casa para disfrutar con sus familias y luego dormir, él llega a casa a trazar planes y estrategias. Y mientras los otros andan libremente por las calles, él camina entre las sombras resguardando su identidad.¿En realidad se llama Kilian?¿Alguna vez conocerá otra vida diferente a la que vive?¿Alguna vez se preocupará por algo más que cuidarse a sí mismo?¿Acaso sabrá lo que es llegar a “casa”?
En la barra de una cantina se bebe un trago un hombre. Quizás es la acción más normal del mundo si tenemos en cuenta que el establecimiento es específicamente para eso, beber. Un hombre alto a simple vista, de tez oscura, con una calva cubierta por un sombrero de época de lo más gracioso. Eso es lo único llamativo en él. El señor ronda aproximadamente los cincuenta y tantos, casi sesenta. ¿Qué tan extraño puede ser?Dos hombres y una mujer lo observan desde una mesa en una esquina del bar, debatiéndose entre hablar con él o simplemente irse de allí.—Están ahí, justo detrás de ti —una voz le
Kilian pisa el freno a fondo, provocando que las llantas chirríen en el asfalto. Y que los autos que van detrás de él se desvíen abruptamente. Unas maldiciones le llegan a los oídos pero las ignora.¿Policía? ¿Había escuchado bien?— ¿Qué mierda? ¿De qué hablas, Tobías? —Escupe furioso.—No te estoy mintiendo, Walsh. La chica es policía.—Maldito viejo bastardo. Se ha burlado en mis narices —
Si algo define a Kilian es ser un hombre meticuloso. Luego de llegar a su casa se sentó a reflexionar lo que Tobías le había dicho y se dispuso a revisar el expediente que el muchacho le había dejado sobre su objetivo.Blue Evans. Veintiocho años, soltera, de clase acomodada.Policía. Esa es la palabra que le ha hecho todo imposible.Pasó toda la noche con la imagen de ella en la cabeza sin razón alguna.La mañana siguiente a ese día fue como cada mañana a desayunar en su cafetería favorita. Vio el momento exacto cuando un hombre entró con una bolsa, se sentó en la mesa catorce, pidió un café y tosta
Ambos hombres se sientan en el comedor luego de que Kilian sirviera lasaña para cada uno. Este último deseoso de información.—Ilumíname.—Esto viene de antaño, amigo. Es más que una encarcelación por intento de violación —dice el muchacho y se mete un trozo de la pasta en la boca. De repente hace una mueca—. Diablos, esto sabe horrible.—Es de supermercado —le