El matrimonio de los opuestos

Paula estaba demasidada nerviosa para su gusto a pesar de que no habian planeado lo suficiente para que fuera la boda que tanto habia soñado, todo aparentamente habia quedado perfecto, su hermana le habia ayudado con los arreglos de las flores, Juliana se habia encargado de la comida y el pastel, Dionisio en buscar la reservación para el gran día y su papá en estar al pendiente de algunos detalles y es que a pesar de que estaba a unas horas de dar el maravilloso. ¡Si acepto!. Dionisio no habia invitado a nadie de su familia, la realidad es que no habia nadie, solo habia invitado a tres amigos cercanos y uno que otro compañero de trabajo además que tampoco habia mencionado a su familia en el rato que llevaban juntos lo que parecia algo extraño, porque a pesar de que ambos no estaban enamorado era importante conocer a la familia de la otra persona, pero al parecer su futuro esposo al igual que la marca que tenia en el cuerpo era un completo misterio.

Irene tocó la puerta varias veces hasta que entro a la habitacion en donde se estaba preparando su hermana, se cubrió la boca de la emoción y la abrazó con fuerza.

- ¡Estas hermosa Paula!. - Sonrio emocionada Irene. - Eres la novia más hermosa que he conocido en mi vida, se que no amas a Dionisio, y que estas haciendo esto porque los dioses asi lo estan decidiendo, pero como te dije antes date la oportunidad de conocerlo, y de amar porque te lo mereces. - Beso su frente. - Ahora sonrie que mi papá nos esta esperando.

Paula camino hacia donde estaba Antonio esperandola, este al verla no pudo contenerlo más y empezo a llorar, se acercó hacia donde estaba su papá lo abrazó con fuerza, sabia que era duro para el ver como ella estaba extiendo sus alas y estaba comezando una nueva vida, a pesar de que Paula no le habia dicho la verdad acerca del matrimonio con el alfa, pensó que no era necesario asustarlo ya era demasiado mayor y sabia que no le creería en lo absoluto lo que estaba diciendo. Antonio beso su mejilla y saco algo que llevaba en los bolsillos del saco. Paula observó con curiosidad lo que tenia en su mano, era un prendedor con forma de copo de nieve, Antonio se acerco y lo acomodo en su velo.

- Sabes hija, cuando yo me case mi papá me lo entregó ya que era un broche que habia pasado de generación en generación, tal vez lo mires como algo insignificante pero a mi me trajo muchas bendiciones y felicidad a mi matrimonio. - Sonrió. - Tú y Irene son lo mejor que me pudieron haber pasado en mi vida, y yo se que detrás de ese rostro frió que esconde Dionisio existe un gran hombre.

- Papá muchas gracias por todo el amor que me has dado to este tiempo, estoy muy agradecida por darnos todo el amor del mundo. - Limpió sus lágrimas. - No quiero llorar, pero quizás la emoción del matrimonio me esta poniendo algo sensible.

Antonio acomodo su velo, y caminaron hacia la entrada de la recepcion en donde estaban los invitados, como la boda fue relámpago ambos se casaron por lo civil, un violín le dio la bienvenida a la novia, los presentes se levantaron y tomaron fotos de la novia quien caminaba con una sonrisa en el rostro, Paula observó que Dionisio estaba con las mejillas rojas este extendió su mano y besó sus nudillos. El abogado empezó la ceremonia explicando los derechos y deberes que estaban a punto de contraer ahora que iban hacer marido y mujer. Dionisio le colocó el anillo a Paula mientras que se notaba la frialdad en su voz, Paula no se quedo atrás antes que el abogado anunciará ante la sociedad que eran marido y mujer hubo un apagón.

- ¿Que rayos esta ocurriendo?. - Preguntó Paula asustada.

Dionisio buscó la mano de su ya esposa y la atrajo a su cuerpo para protegerla en eso las luces volvieron, pero vieron que todos estaba como mi piedra, Paula gritó asustada al verlo, en eso escuchó un aplauso ambos se dieron la vuelta y vieron al abogado vestido de negro con blanco.

- Hola soy unos de los mensajeros de los dioses, a partir del día de hoy se empezará contar su matrimonio, recuerden dentros de cuatros meses los dioses van a decidir quien de los dos va sobrevivir. - Sonrió de manera juguetona.

- ¿Y que pasaría si no nos enamoramos pero nace un hijo de nuestra unión?. - Preguntó Dionisio con firmeza.

- Entonces ustedes dos sobrevivirán. - Dionisio y Paula suspiraron agradecidos. - Pero el cachorros de ustedes dos sera el sacrificio de los dioses.

- ¿Que clase de dioses del amor son, si matan a lo único que vamos a amar?. - Respondió Paula molesta. - Ellos, ¿Porqué no hacen esto?, ¿Que le hicimos a ellos?.

Antes que el mensajeros hablaron escucharon el murmullos de las personas, la pareja se dio la vuelta y vio la confusión en los ojos de los demás, el abogado levantó la ceja y los vio serio.

- Ustedes ya se pueden besar, ya los declaro marido y mujer.

Paula estaba tan ida en sus pensamientos que no sintió cuando Dionisio la estaba besando, al principio no correspondió el beso pero luego de unos segundos correspondió el beso que le estaba dando su esposo, escucharon el aplauso eufórico de las personas, Paula cerro los ojos y se dejo guiar por los labios ágiles del alfa. Dionisio se separó de sus labios y escucho el quejido desconforme de Paula, este sonrio de lado y la tomó de la cintura.

- Cuando quieras puedo darte uno que otro beso. - Dionisio le guiño el ojo y se fueron a la recepción en donde seria la boda.

Juliana abrazó emocionada a Paula mientras quitaba su velo, y acomodaba el broche que le habia regalado su papá, Paula aún estaba distraída después de la nueva advertencia que tenian los dioses, no entendia el porque se habia ensañado con ellos dos. Juliana vio que la niña que la consideraba su hija estaba desubicada y pensativa, acarició su rostro y sonrió.

- No dejes que las malas noticias te agobien en el dia más importante para ti. - Sonrió. - Tú y ese alfa estan destinado para estar juntos.

Paula la observó dudosa y alzó la ceja.

- ¿Como sabes que estoy asi por una mala noticia?. - Preguntó rápidamente. - ¿Y que te asegura que el es mi destinado?. - Juliana se quedó palida y empezó a jugar con sus dedos, Paula sabia que cuando hacia eso es porque ocultaba algo. - ¿Tú quieres eres realmente Juliana?.

Juliana esbozó una sonrisa y la abrazó.

- ¿Porqué me preguntas eso?. - Se ofendió. - Me conoces perfectamente querida, sabes que siempre he estado a tu lado, te he visto crecer, tú eres como una hija para mí, además sabes que yo nunca te lastimaría.

Paula la observó fijamente y se dio la vuelta.

- Te quiero, pero no confío por ahora en ti.

Paula bailó su primer baile con Dioniso a pesar de que le piso el pies y que este se quejará entre dientes ambos salieron de la pista con los diez dedos del pies, se sentía un poco culpable por lo que le habia dicho a Juliana después de todo ella tenia razón, habia estado siempre a su lado era más que obvio que tuviera esa intuición que tienen las madres cuando sus hijos estan en problemas. Pero después no la volvio a ver en la fiesta, bailó un poco más hasta que tuvo que despedirse de los invitados, Dionsio habia alquilado la reservación en la habitacion de un hotel.

(.........)

Llegaron al hotel cansado, Paula se tiró a la cama y se quitó los zapatos le dolían un monton de tanto bailar y caminar, se sentia con el cuerpo pesado y el vestido no le estaba ayudando a sentirme mas relajada, se quito el vestido y solo se quedo en ropa interior, después de todo estaba sola, lo que ella no recordaba es que estaba en la habitación con alguien más. Escuchó a alguien toser para llamar su atención, levantó la vista y vio a Dionisio sin camisa y solo con unos calzoncillos.

Alfa y omega se vieron con cara de poker al verse en interiores.

- ¿Ya es hora del postre?. - Bromeó Dionisio.

Sabia que esa noche iba ser larga para ambos, o al menos eso pensaron los dos.


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