El compromiso de los impares

Antonio tenia abierto tanto los ojos como la boca después de haber escuchado las palabras que salian de la boca de su hija, Irene aplaudio sorprendida mientras que su marido palmeaba la espalda de su cachorro para que pudiera dormir. Juliana en cambio estaba sonriente y bailaba a escondida de los presentes para que nadie notará su felicidad. Paula estaba aún insegura de lo que estaba diciendo y de lo que iba hacer, todo lo contrario a Dionisio quien actuaba con tanta tranquilidad como si hubiese anunciado su pase a la carrera de sus sueños.

- ¡Gracias dioses del cielo!. - Exclamó emocionado Antonio mientras que se levantaba de su asiento. - No sabes lo feliz que estoy por ver a la mimada de Paula elegir a alguien, parece que ayunar sirve para algo al parecer han oído mis plegarias. - Sonrió alegre. - Esto merece la mejor fiesta de compromiso, ¿Y cuandos se casa?, ¿Ya estas esperando cachorrros?, ¿Se aman de verdad?. - Paula se sintió abrumada ante tantas preguntas, en eso Antonio los observó a los dos dudoso. - ¿Enserio se aman?, porque osea ustedes siempre se han llevado mal como llegaron a enamorarse, ¿Quién se enamoró primero?. - Preguntó Antonio.

¡Demonios!. Pensó Paula nerviosa.

Dionisio tomó la mano de Paula y beso sus nudillos un acto muy delicado y coqueto entre los alfas de élite, Paula se sonrojo ferozmente ante el acto, era la primera vez después de mucho tiempo que un hombre tenia un acto tan delicado con ella.

- Se que es algo penoso de decir. - Respondió Dionisio relajado. - Pero el primero que cayo rendido a sus pies fui yo. - Sonrió Dionioso amablemente. - Desde que estabamos en la preparatoria me enamoré de la personalidad jocosa y risueña de Paula, se que aún nos falta por conocernos pero creo que ambos estamos tomando la decisión correcta, además quiero estar a su lado por siempre y para siempre hasta que la muerte nos separe.

Irene y Paula tosieron al mismo tiempo al escuchar esas palabras, Antonio suspiro enamorado al escuchar las palabras del alfa. Antonio se levantó de su asiento al igual que Dionisio y se extendieron la mano en señal de aceptación.

- Mañana haremos una fiesta para celebrar su compromiso, quizas ya tenga una fecha para casarse, ¿Cierto?.

- Nos casaremos la proxima semana. - Respondió Dionisio.

- ¿Acaso estas loco fenómeno?. - Gritó Paula molesta, Antonio la observó y esta sonrio y acarició la mejilla de su "novio". - Quiero decir, ¿Estas loco cuchorromio?. - Dionisio la miro horrorizados ante sus palabras tan cariñosa. 

- Dionisio baby tiene mucha razón papá, es mejor si nos casamos ya, es lo mejor para ambos.

- Entonces se hará igual en banquete o fiesta. - Antonio tomó la mano de su hija y sonrio enternecido. - Me siento muy feliz que hayas encontrado a tu pareja ideal.

- Gracias papá. - Sonrió Paula.

La hermana de Paula los observó fijamente,  Dionisio lo noto y se puso a la defensiva, Irene sonrió y se acerco a ambos.

- Me gustaria hablar con ustedes dos.

(.........)

Irene se cruzo de brazos mientras escuchaba la explicación de la pareja, le parecio una total locura lo que estaba escuchando, Irene pensó que estaba escuchando la historia que les contaba Jualiana para irse a dormir.

- Ustedes me estan diciendo que los "Dioses del amor". - Hizo comillas con las manos mientras se denotaba el sarcasmo en la voz. - Les dijeron que se casarán porque sino uno de ustedes va a morir, y no precisamente de amor, solo porque tienen una marca, además exactamente, ¿Dónde tienen la marca?.

Paula le enseño su muñeca y vio que tenia la marca de una luna con el nombre de Dionisio, el alfa se quitó la camisa mientras que Irene se limpiaba la baba literalmente, Dionisio le mostró el sol que tenia en su pecho con el nombre de su hermana.

- Entonces es verdad lo que ambos estan diciendo. - Ambos asintieron con la cabeza. - Todo este tiempo nuestra nana tenia razón, si existe el destino y el amor pero... ¿Ustedes no se aman?.

- ¡Por supuesto que no!. - Respondió Paula inmediatiamente. - Esto solo lo hago porque tengo miedo de la ira de los de allá arriba.

Irene vio que Dionisio se habia quedado en completo silencio ante la pregunta que habia hecho, Irene sonrio 

- Por el momento no hay que decirle nada a papá y menos a Juliana, siempre he pensando que tiene vibras del más allá, pero quiero que ambos se den cuenta que esto que estan haciendo es muy arriegado, aunque sean cuatros meses van a tener que convivir juntos, lo que no entiendo es el porque ustedes dos.

- No lo se. - Respondió Paula. - Creo que los dioses vieron mucho "My little Ponny". - Se cubrio la boca mientras reía ante su ocurrencia. - Es que es verdad, el niño que conocimos en el parque y nos dijo lo del matrimonio, el asegura que el propósito de los dioses es que nos llevemos bien o algo asi.

- Bueno hay que seguir con nuestro plan y ya, luego vemos que pasa entre nosotros. - Dijo Dionisio y se dio la vuelta mientras se iban del kioso en dónde estaban hablando.

- ¿Enserio el no te gusta?. - Preguntó Irene de manera pícara. - Dionisio es un hombre muy apuesto, es inteligente, egresado de una de las mejores universidades del pais además se ve que le gusta, sino de otro modo porque hubiera aceptado esta locura.

- No te voy a negar que es guapo y muy inteligente pero no se, siempre nos hemos llevado mal, quizás porque nuestras personalidades no chocan, y creo que el esta haciendo esto por lo que tanto el como yo nos podemos morir sino de otra forma no hubiese aceptado.

- Yo digo que ustedes estan destinado a estar juntos, solo que los dos son idiotas que no se dan cuenta.

Paula se encongio de hombro y sonrio.

(........)

Los invitados llegaron a la fiesta de compromiso de la pareja, ambos sonreian pero se sentia la tension entre ellos dos, despues que Antonio anunciara el matrimonio de la feliz pareja eso no cambio en el ambiente, cada uno estaba por su lado de vez en cuando cruzaban miradas y alzaban sus copas en forma de saludos, el esposo de Irene vio la indiferencia de ellos dos.

- ¿Enserio ellos dos estan enamorados?. - Preguntó el esposo de Irene. - Los dos se miran incómodo y cuando estan juntos sonrien por compromiso no porque realmente esten enamorados.

- Creo que ellos dos se quieren solo que ninguno de los dos da su brazo a torcer.

Paula se sentia algo extraña a pesar de que llevaba puesto su mejor vestido no estaba disfrutando de la fiesta y su prometido compartia el mismo sentimiento de incomodidad, Dionisio se acerco a Paula y tomó su mano mientras la llevaba a la pista de baile, su papá habia decidido que la fiesta de compromiso afuera en el jardín de la casa de ellos,  porque hacia buen tiempo. La pareja bailó cuando en eso escucharon el estruendo de un trueno, las primeras gotas empezaron a caer y la gente empezo a correr para no mojarse, la musica dejo de sonar y ambos siguieron bailando solo que esta vez más emocionado.

- Tu delineador se a derramado por todo tú rostro pareces un oso panda. - Río Dionisio entre dientes al ver el puchero en los labios de Paula. - Sabes esto me recuerda a aquel dia del deportista que ganamos el campeonato de Fútbol en el que yo jugaba y tú en el de Volleyball, ¿Te acuerdas que los equipos bailamos en la lluvia para celebrar?. - Sonrió con nostalgia. - Ese dia baile contigo.

- Lo recuerdo tu camisa estaba lodosa y bailabas horrible, creo con el tiempo has mejorado tus pasos de baile.

- ¿Te estas burlando de tu prometido?. - La observó Dionisio mientras la apegaba más a su cuerpo.

- Llevo no se cuantos años haciéndolo, pensé que ya estabas acostumbrado. - Sonrió. - Estoy muy nerviosa por nuestro matrimonio.

- Nos ira bien, nos no hemos matado en este tiempo creo que ya estamos bien con eso. - Sonrió y beso sus labios de manera rápida. - Solo hay que esperar lo que sea que vaya a pasar entre nosotros dos.

Ambos siguieron bailando mientras se mojaban y obtenia el mejor resfriado de su vida. Del otro lado de la casa estaba una mujer viendo con emocion a la pareja bailar entre la lluvia, chasqueo los dedos y detuvo la lluvia, un niño se le acercó y tomo su mano.

- Sin duda alguna sigues siendo la mujer enamoradiza de la que yo me enamoré. - Respondió el niño con cariño.

- Lo único que deseo es la felicidad de mi niña. - Sonrió.

- Tú nunca cambiaras.... Juliana. - Hablo el niño en un susurro.

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