El sol y la luna no pueden estar juntos

Paula llevaba tiempo que no se sentia tan cómoda durmiendo con el alguien más, por una extraña razón se sentía segura hasta protegida, pero todo esas emociones se fueron al demonio cuando abrió los ojos y se dio cuenta de la verdadera realidad en la que estaba viviendo. Estaba en una habitación desconocida, su cuerpo apestaba a alcohol y a sudor por tanto bailar y sobretodo alguien la estaba abrazando con tanta fuerza que quizás ya habia perdido dos costilla más de las que tenía. Se dio la vuelta en la cama y tanto fue su asombro de ver a Dionisio en la misma cama durmiendo; ajeno de lo que estaba pasando, le dio la espalda y empezó a hacer un mapa conceptual en su mente, de todo lo que habia pasado. Y según su buena memoria y la resaca que le estaba dando los buenos días con un tango en la cabeza acompañado de dos quebraditas y un hip-hop. Habia bebido con su "Enemigo", porque estaba triste de haber perdido la oportunidad de estar con alguien que realmente le habia agradado pero que lamentablemente este ya amaba a alguien más. Se levantó casi de puntita para no despertar a su compañero de tragos, la verdad no tenia la cara de verlo y mejor preferia hacerlo en el trabajo donde ambos fingirian que se odiaban a muerte. Dejó una nota casi garabateada porque obviamente no tenia tiempo de ver si la nota estaba bien escrita o llevaba tilde.

salio de su apartamento para empezar un nuevo y maravilloso dia o al menos eso pensaba.

Llego a su casa viendo hacia todos lados si estaba la presencia de su padre o de su nodriza, suspiro aliviada cuando nos los vio a ninguno de los dos, subio los primeros escalones y escuchó el sonido de reproche de su papá. Paula se dio la vuelta y sonrió como si nada, a juzgar por el rostro de su papá, el no iba tener misericordia por ella.

- Quiero que vayas a mi estudio ahora. - Habló de manera ruda mientras se daba la vuelta.

Paula llego al estudio de su papá y se sentó en unos de los sillones rojos del estudio, tenia náuseas y lo menos que queria era jugar a verdad o falso con el alfa mayor, Antonio leyó al parecer sus pensamientos o su cara de aburrimiento era tan obvia que se apresuro lo que iba a decir.

- Ayer hable con el papá de Bran y estaba echando fuego por la boca, porque alguien le dijo a su hijo que siguiera su corazón y le diera la espalda a las etiquetas de la sociedad, y sabes quien habla asi de manera tan imprudente. - Se acerco Antonio a Paula mientras que ella se encongia de hombro. - Ahora la familia Florys nos dieron la espalda porque le diste esa idea a su hijo y ya esta en Polonia con su pareja, ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer?.

- ¡Yo no hice nada malo!. - Se levantó Paula molesta. - Solo le dije lo que el quizás me diría, además si nos hubieramos casado hubieramos sido infelices, Me quieres ver tan infeliz solo porque la sociedad dicta que estoy en la edad de casarme?. - Le preguntó molesta.

- No. - Respondió  Antonio. - Hija solo quiero saber que si algún dia muero, estarás en buenas manos, no quiero que nada malo te pase, y quiero morir en paz sabiendo que te casaste con la persona ideal.

Paula abrazó a su papá, entendía lo que sentía y se ponia en su lugar obviamente el deseaba lo mejor para ella y que fuera feliz algo que tambien anhelaba con todo su ser, le dio un beso en la frente casi calva de su papá y sonrio.

- Te prometo que los dioses sonreiran para mi. - Respondió alegre. - Y si me disculpas me tengo que bañar porque apesto.

Paula se quitó la ropa para ducharse cuando sintió un ardor en su muñeca tocó su mano y vio que algo como sangre se formaba en su muñeca en eso vio un nombre, abrio los ojos cuando vio que tenia el nombre.

- ¡No!. - Gritó con exageración.

(........)

Paula sonrió y entregó unos documentos mientras sentia unas ganas de llorar, desmayarse, morirse, desmayarse. Bueno eso ya lo habia dicho, empezó a buscar en google algún metodo para borrar la marca con la persona que no amas, pero solo salian historias más irreales que "Peter Pan", Lisa le paso un café al verla tan agobiada, pero en ese momento ni un ácido de bateria de carro podia calmar la desesperación que sentia, y su angustia se vino abajo cuando vio a Dionisio,  trato de ocultarse detrás de unos libros pero este ya estaba enfrente de ella.

- Hola espectro. - Trató de actuar normal Paula. Quizás el no tenga la marca y solamente yo. Pensó. - ¿Se te ofrece algo?.

- Dentro de poco vamos a salir del trabajo necesito hablar algo contigo, ¿Que te parece?.

A Paula no le tocó más remedio que aceptar la propuesta, la hora que faltaba para que salieran del trabajo le estaba pareciendo eterno, después de apagar su ordenador arregló su traje y salio de su oficina, Dionisio la estaba esperando con los brazos cruzados, ella tambien sentia que a el le estaba pasando algo raro y que extrañamente ella tenia algo que ver. Caminaron en un silencio tan incomodo que escuchar el sonido de los carros relajaba el ambiente, llegaron hasta un parque que quedaba a veinte minutos de su trabajo, Paula se sentó en una banca y suspiro cansada esa noche a pesar que la luna estaba brillando en todo su esplendor, estaba haciendo calor a pesar de que estaban en invierno y eso era raro. Dionisio se puso enfrente de Paula y se quitó su saco y lo tiró al suelo, Paula abrio los ojos cuando vio como se quitaba la camisa.

- ¿Estas loco?. - Gritó avergonzada. - Estamos en lugar público si un policia o alguien nos ve, nos iremos a la cárcel por exhibicionistas.

- Solo mira lo que te voy enseñar, ya si quieres tocar o tomarle una foto son cinco dólares extra. - Dionisio le guiño el ojo de manera coqueta.

Dionisio se termino de quitar la camisa y Paula vio que en su pecho habia un tatuaje en letra gótica con su nombre, cubrió su boca y se levanto de su lugar, ella inmediatamente le mostró su muñeca con su nombre.

- ¿Que demonios esta pasando?. - Preguntó Paula asustada. - Hasta el dia de ayer no tenia tú nombre y hoy mágicamente aparecio, y no creo que tú seas mi destinado, algo debe estar mal.

- Pienso lo mismo. - Se colocó de nuevo la camisa. - Creo que es un castigo de los dioses quizás nos quieren decir algo, porque que es extraño, que ayer que dormimos juntos aparecio esto, además yo no te amo y tú no me amas, esto es una locura, debe haber un método.

- ¡No lo hay!. - Respondió desesperada Paula. - Hoy en el trabajo busque y no encontre la solución y estoy asustada, ¿Qué vamos hacer?.

- ¿Como crees que estoy yo con esto?, lo que no entiendo es porque mi tatuaje o marca, dibujo o lo que sea es diferente. - Chasqueo los dedos mientras pensaba Dionisio. - Es decir tu tienes mi nombre con una luna y yo tu nombre con un sol, ¿Qué quiere decir?.

- Eso quiere decir, que ese dibujo significa lo que esa persona es para ti. - Respondió una voz infantil.

Paula se puso detrás de la espalda de Dionisio mientras este gruñia para advertirle a la otra persona que iba a pelear si era necesario, el niño de ochos años se encongio de hombro y sonrio.

- Los dioses estan jugando con ustedes el único método para que se acabe es... - Pensó el infante. - ¡Bah!, olvidenlo.

- Diganos por favor. - Habló Paula tranquila.

- Es que se casen, el sol y la luna nunca pueden estar juntos pero cuando lo hacen forman un hermoso eclipse, asi como los eclipses son temporales asi sera su relación, los dioses del amor han notado que ustedes desde que eran jóvenes se llevan como perros y gatos y quizás ya casado conocen la virtud del otro.

- ¡Eso es una completa locura!. - Puso los ojos en blanco Paula y sonrio con burla. - Eso no va pasar ambos nos desagradamos y si nos casamos lo más probable es que el otro terminé muerto, ¿Verdad que es una locura Dionisio?. - Preguntó Paula. - ¿Dionisio?.

Dionisio se quedo en silencio y tomó la mano de Paula.

- A mi no me molestaria casarme contigo.

Paula abrio los ojos sorprendida y el niño sonrio emocionado.

- Ustedes estarán cuatro meses casado, deben de casarse antes que sea luna llena, si no cumple el matrimonio los dioses decidiran quien de los dos morirá primero.

Dionisio buscó la mano de Paula y beso su muñeca.

- ¿Y bien omega?. - Preguntó.

- Cásate conmigo alfa si así nos vamos a salvar.

Cuando Paula dijo esas palabras ambos buscaron al niño pero este ya había desaparecido.

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