Cásate conmigo alfa
Cásate conmigo alfa
Por: Mary Ishakov ❤️
Prólogo

Diecisiete años atrás.

Paula abrio los ojos emocionada mientras escuchaba las palabras de su nodriza Juliana, la menor de los Mars abrazaba su peluche con tanta fuerza que casi se le salia el relleno al pobre peluche por la fuerza que estaba utilizando. Su hermana mayor Irene puso los ojos en blanco al escuchar el cuento de hada que habia inventado su nodriza para calmar la necedad de su hermana y asi pudiera dormir. Paula brincó alegre al escuchar el final de la historia. Jualian era una beta de cuarenta tres años que habia servido a los Mars desde los veinte años, era una mujer morena y de cabello corto y rizado, habia perdido a su esposo dos años atrás debido a un problema respiratorio y lamentablemente no habia tenido hijo por su condición de beta. Pero a pesar que no tenia hijos amaba a Paula y Irene como si las hubiera dado a luz. Irene era la mayor, era una omega de quince años, su caracter era fuerte el mismo que tenia su padre. Antonio Mars tercero hijo de un gran ex-diputado y que ahora era procurador de la justicia en Wiscosin. Mientras que Paula era más viva y alegre, era muy mimada ya que habia perdido a su mamá desde lo siete años y ella aún no entendia lo que pasaba o quizás hacia caso omiso a lo que estaba pasando. Juliana beso la mejilla de ambas hermanas y acostó a la menor de la camada de omegas.

- ¿Es enserio que cuando este grande tendre la marca de mi destinado?. - Habló con emoción contenida Paula. 

Juliana sonrió y acarició su cabello café claro.

- Si querida, y cuando tengas esa marca sabras que los dioses lo pusieron en tu camino, como yo con mi esposo Abram. - Mostró su codo donde tenia el nombre de su difunto esposo.

- Espero que mi alfa sea un hombre muy guapo y que me ame desde la primera vez que lo vea.

- Asi sera mi amor, ahora es hora de que ambas duerman, las quiero con todo mi ser.

Juliana salio de la habitación detras iba su hermana mayor, Paula miro su mano y vio que no tenia nada cerro los ojos y susurro en voz baja.

- Ya deseo conocer a mi alfa.

.............

Antonio casi quedaba calvo cuando escuchaban las quejas que ponian las madres superiores de la escuela donde estudiaba Paula. La omega era inquieta y siempre hacia travesuras en la escuela, Irene era más dócil pero siempre habia una oveja negra en la familia y lamentablemente la que tanto se parecia a su esposa era una diablilla. Paula se cruzó de brazos mientras que hacia un puchero para no escuchar las quejas que hacia su papa, Antonio puso los ojos en blanco.

- ¡Por el amor a Zeus!. - Exclamó Antonio frustrado. - ¿Que va pensar la gente de mi?. La hija menor del procurador poniendole tachuelas a su maestra de religión.

- Odio a la hermana Juana, siempre me molesta y siempre hace que rece más que mis compañeros de clase, no es justo.

- Y me parece bien que te ponga hacer eso, asi te saca el demonio que llevas adentro, Paula si vuelvo a escuchar otra queja de ti, hare que venga un tutor y te eduque.

Paula alzo la ceja y sonrió con malicia.

- ¿Acaso quieres que mande a otro maestro con diarrea por mis maravilloso pasteles?. - Habló con sarcasmo en la voz. - Te prometo papi que me portare bien.

- Esta bien, ahora ve a tu habitación te compre un perrito para que juegues.

.............

Dionisio era el delegado de su clase y siempre mantenia el orden solo habia alguien que le quitaba la paciencia igual que papel higienico en una parada de autobús, y era Paula Mars la hija del procurador, la joven era insolente y sabia que el tampco le caia bien. Y eso lo demostró cuando le habia arruinado su proyecto y le habia puesto chicle en su cabeza, a pesar de que era hermosa, era enemigos y eso todos los sabian. Jamás habia tenido una interacción hasta el dia que ella lo beso para huir de la supervisora que la estaba siguiendo. Paula se separó de sus labios y sonrio con malicia.

- Tus labios saben feo. - Habló con asco Paula mientras se daba la vuelta y corria en otra dirección.

- Pues tampoco eres de mi agrado.

(.......)

Actualidad.

Dionisio se levantó con un gran dolor de cabeza se levanto de su cama mientras buscaba algo de agua para calmar su sed, regreso de nuevo a su habitación y vio como un cuerpo se daba vuelta, sonrio al ver una cabellera castaño claro en eso un par de ojos lo vio asustada mientras gritaba más alto que podia sus cuerdas vocales.

- ¿Qué haces en mi cama Dionisio?. - Preguntó asustada Paula.

- Eso te preguntó yo a ti.

Dos personas completamente distinta comenzaria su propia historia de amor.


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