Capítulo 4

Narración desde la perspectiva de LEONEL—————

Continúo divirtiéndome en la fiesta. Las mujeres no dejan de mirarme. Soy un delicioso pastel; el hombre más guapo del mundo. Lástima que Alexa no pueda ver eso. Sólo me ha querido para satisfacer las ganas de hacer cosas que a su esposo no le agrada. Aveces me siento usado por esa espectacular mujer de ojos miel y cuerpo muy sensual. Hace años desistí de que algún día me quiera por el simple hecho del profundo amor que ella siente hacia su marido. A su esposo no le agradé lo pude percibir por los comentarios que escuché de él hablando con unos hombres pero no me importaba. No pensaba volver a esta casa sabiendo que no me aceptan. Este hombre me cayó bien, no podía dejar de mirarlo, quería ser su amigo, conocerlo... De hecho tenía todo para mantener a Alexa a su lado. Lo que no entendía era que me pasaba. Mi mirada se quedaba pasmada hacia él cuando lo veía. Quizás era admiración o curiosidad. Voy a buscar una cerveza y me topé con una joven muy hermosa. Me sonrió y le griñé un ojo.

—Hey guapo—me dijo melosa.

«Mmmmm voy a tener con quien salir hoy» Volví a sonreír.

—Hola —le respondí.

La joven se acercó más a mí, se veía tan tierna y juvenil. Por su aspecto podría decir que era como de 18 años.

—¿Cómo te llamas? ¿Quién te invitó? —cuestionó.

Sonrió.

—Me llamo Leonel y me invitó Alexa ¿la conoces? 

—Siiii, es mi cuñada. Mucho gusto me llamo Carol.

«La cuñada pero está bien buena la condenada y se ve que es bien mala»

—Ay disculpa por no preguntarte como te llamas pero es que los tragos y las circunstancias... Ya sabes. Es un placer conocerla señorita.

—No importa ¿Y qué me cuentas de ti? Hermoso caballero.

«Claro sí es que soy tan dulce con las mujeres, creo que tendré salida esta noche»

—Soy diseñador de interiores al igual que tu cuñada. Tengo 27 años, soy soltero ¿Y tú?

—Llevo casi un año en la universidad, estudio medicina, soltera y tengo 18 años. ¿Te importaría si salimos a caminar un poco?

Alcé una ceja.

—¿A esta hora señorita? No me parece buena idea. Y no quiero problemas con tu familia —le respondí rápidamente.

«No le agradó la idea. Esta chica sí que es loca. ¿Caminar a esta hora? Nooo»

—¿Podemos otro día? ¿Sí? —se sentó con una actitud muy encantadora sobre el borde de la mesa.

No pude evitar babear. Me quitó la botella de la mano y me atrajo hacia ella uniendo sus labios con los míos. Luego de pronto se despegó.

—Quiero algo más —me susurró.

La miré con ojos iluminados.

—Dime.

—¿Todavía lo preguntas? —guardó silencio —. Quiero estar en un momento privado contigo.

—Sus deseos son órdenes señorita, pero... Después de la fiesta no quiero levantar sospechas.

Se acercó a mi oído. Uf esa sensación me puso la piel de gallina, era noche de diversión con una bella damisela. Suspiraba mientras observaba sus labios tan perfectos y rosados.

—Te esperaré en el edificio Caribbean cuando se termine la fiesta. ¿De acuerdo?

Asentí. 

Trataba de respirar bien pero no podía el calor ardía por mis venas. Carol me había subido a las nubes y sentía mi sangre alborotada por ella. Carol se marchó y me dirigí al baño para liberarme de aquellas energías producidas por Carol. 

Salí del baño y retorné a la fiesta. Carol me miraba de vez en cuando mientras yo recorría el lugar y hablaba con Alexa pero de vez en cuando me topaba con la mirada de esposo, aquellos ojos enigmáticos que no podía dejar de mirar.

—¿Por qué miras a mi esposo? Ten mucho cuidado con lo que intentas hacer —masculló Alexa.

Rodée los ojos.

—Descuida, no intento arruinar tu matrimonio querida, esa etapa de romper parejas ya las superé, que te quede bien claro —le contesté.

—Eso espero. Estoy embarazada, no te lo había dicho Leonel pero ya lo sabes —me informó de su embarazo con mucha alegría y dulzura. 

Esa noticia no me cayó bien. No quise demostrar mi incomodidad en frente de ella porque se vería ridículo de mi parte, simplemente le sonreí. Continuamos conversando mientras Teodoro me miraba con malos ojos. 

Al final de la fiesta yo estaba muy embriagado. Tomé mi volante para irme pero un perro que se atravesó en frente de mi carro me detuvo. Al poco rato vi a Alexa y a su esposo salir, estaban despidiendo a la familia de Teodoro. Alexa se aproximó a mí y vi como su esposo nos miraba muy fijamente como queriendo saber que íbamos a hablar. 

—¿Qué haces aquí? —cuestioné.

—Vi como mirabas a mi cuñada y ella a ti, así que mucho cuidado con acercarte con intenciones no precisamente de amistad hacia ella —me advirtió en voz baja.

Voltée mi cara y me enojé demostrándole mi enojo.

—Soy soltero y tengo derecho a hacer lo que se me de la gana, no me venga a darme órdenes de lo que debo y no debo hacer —le dije entre dientes.

Giré mi cabeza a otro lado.

—Te odio Leonel, por lo menos ten un poco de respeto, Carol es mi cuñada y mi familia deberías de respetarla —espetó.

—No me importa tu familia —contradije, voltée mi cabeza para verla —. Déjame en paz ¿quieres? Ve a darle amor a tu marido.

Alexa se quedó estupefacta a lo que dije y abrió la boca. Luego le subí el cristal en su cara. Puse en marcha mi auto y partí al hotel, llegué a esperar a Carol. Mandé al carajo a Alexa, no me importaba lo que pensaba. Yo estaré con quien me de la gana. Llegué justo al lugar planificado anteriormente con Carol, parquée el auto y entré a la recepción. Reservé la estadía y esperé a Carol.

Luego llegó y se paró en frente de mí. Admiré esa muchacha, se veía tan angelical, bella hermosa, todo un ángel. Me pregunté por qué no la había conocido antes. 

La guíe por todo el camino y conversamos sobra nosotros.

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