CAPÍTULO 02

"Una

visita

inesperada"

Es simple, mi trasero recibe por segunda vez su caída al suelo y esta vez no ha sido por mi culpa sino por el empujón que Ares me dio.

—Tu no eres real, me estoy volviendo loco y eso es todo. —comenta, con los brazos en forma de jarra sobre su cintura y su rostro pálido.

—¿De que hablas mi amor?— respondo, se que lo que está pasando es algo tan fuera de lo común pero me importa poco con tal de verlo, he deseado esto desde hace un año y siete meses cuando lo ví por ultima vez en un cajón antes de ser metido tres metros bajo tierra.

— No digas nada, mi psicólogo fue muy sincero conmigo. —suspira profundo y una lágrima recorre su mejilla, maldita lágrima como la envidio tanto.— si te ignoro, desaparecerás igual que antes y toda mi vida volverá a la normalidad.

Frunzo el ceño molesta por lo que dijo, ¿Enserio desea que me marche? Y yo deseando este momento desde hace mucho tiempo.

—No me voy a ir, Ares soy real. —un nudo se forma en mi garganta pero me decido por ser sincera y decirlo. —Tu eres quien no es real entre nosotros, pero en este momento no me importa perder la cordura con tal de estar contigo tan solo unos minutos.

Sin más dejo caer las lágrimas que estaba reteniendo y veo como su mandíbula se desencaja, frota con su mano el cabello y camina de un lugar a otro como si algo le asustara mucho.

— No lo puedo creer— murmura. —Debí superar todas estas ilusiones hace unos meses atrás y mirame, estoy nuevamente cayendo en la locura total ¿Que sera de mi si continuo así?.

Seco mis lágrimas con la manga de mi suéter negro y me pongo en pie observándolo, está mucho más hermoso que antes y me atrevo a decir que más fornido. Me quedo como una tonta enamorada viéndolo mientras él se detiene y me observa fijo como tratando de descifrar algo.

—Los fantasmas no pueden sentir ¿o si?— se acerca a mi y me toma de la cara para plantar sus labios sobre los mios, son los segundos más largos y hermosos de mi vida donde he podido sentir la profundidad del amor que ambos sentimos. Sus labios son tan suaves que me dejo llevar por completo, tomo su cabello y gruñe sin despegarse de mi, mete una mano por debajo de mi suéter y me levanta para que coloque mis piernas alrededor de su cintura lo cual hago encantada.

Si

este

es

un

maldito

sueñopor

favor

no

me

despierten

porque

es

el

mejor

que

he

tenido

en

año

y

medioEn

realidades

el

primer

sueño

y

no

pesadilla

que

tengo...

El beso dejo de ser inocente hace unos segundos cuando lamió mi labio inferior y me arrojó sobre la cama colocándose sobre mi y haciendo que pasaramos al segundo nivel. Luego de tener la mejor hora de mi vida es cuando caigo en la cuenta de que esto es mucho más que raro, no recuerdo que los sueños fueran tan buenos y largos.

—Esto me esta asustando.— escucho y trago saliva volteando a donde esta en este momento mi acompañante, él hace justo lo mismo y nuestros rostros son épicos esta igual o más pálido que yo.

—¿Ares? —murmuro asustada y sus ojos se agrandan llenándose de lágrimas. —no puede ser cierto. —cubro mi boca con las manos y me alejo de él hasta caer al suelo y por tercera vez darme duro con el.

— ¿Eva? —me mira desde la orilla de la cama mientras yo me frotó la cabeza y chillo de dolor. — eres real ... —su asombro me deja fuera de mi por instantes, ¿acaso no se da cuenta de que esta muerto?.

— Soy yo quien debe decir eso, tú fuiste quien murió en un accidente el día de nuestro aniversario. —me quedo estática al decir eso, no pensé antes de hablar y eso logró que ambos nos quedáramos mudos. —Lo siento, no quise recordarte eso solo que esto es muy raro para mi amor.

Se baja de la cama y me cubre con una sabana el cuerpo, tomo asiento frente a mi y cubrió su cuerpo también de modo que nuestros pies chocaban bajo la tela. Me mira como si estuviera viendo a la mujer más hermosa del planeta y toma mi mano izquierda para depositar un besos sobre la misma.

—Eva, yo no morí. Tú sí, de una enfermedad el ocho de abril del año pasado.— me siento asfixiada y fuera de mi, ¿como pude morir? estoy muy segura de que fue Ares quien murió, ¡Yo lo vi!.

—No, yo te enterré , escogí tu urna e incluso escogí la de tu madre luego de sufrir el colapso.— su rostro se contrae y me se echa atrás.

—Mi madre sigue viva Eva, está en el amazonas ayudando a tus padres a superar la perdida de su hija.

Ambos nos quedamos en silencio mirándonos como tontos y a la vez confundidos... Hasta que luego de unos largos minutos mi cabeza por fin da con una idea algo loca, pero que puede tener mucha lógica.

—No eres mi Ares— digo y me coloco en pie, busco con la mirada por el suelo el collar pero no lo encuentro entonces siento ese metal frío que toca mi pecho y coloco mi mano por instinto allí dándome cuenta que lo tengo colgando.

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