Luisanna miraba por la ventana de la nueva casa de Markus.
No malinterpreten las cosas, simplemente estaba allí porque su hermana Bismalie le quería dar una pequeña sorpresa a Adler y nada más. Estaban a finales de noviembre por lo que el clima en Londres era una mierda.
Ese día se estaba llevando a cabo el juicio de su ex jefe por lo que estaba asustada a más no poder por las cosas que podían pasar ese día. Hace unas horas había mandado un regalo hacia el juzgado especialmente para Markus. Pero ahora mismo lo único que deseaba era irse lo antes posible del país y jamás volver.
Aunque no podía hacer eso porque su hermana estaba más que maravillada con Adler.
— No
Mirándose brevemente en el espejo se dijo así misma que podía hacerlo, que solo era decir el famoso sí y asunto resuelto. Pero sabía que ese gran sí podía acabar con su poca capacidad de poder seguir siendo una mujer libre.Estaban a inicios del otoño y hace más de un año que Luisanna le había dicho que si a Markus y hace seis meses que vivían juntos. Su hermana Bismalie tenía entre sus manos una caja llena de dulces devorándolo de forma desesperada.En ese tiempo habían ocurrido tantas cosas de las cuales en cierto momento se sintió triste, poco después del juicio el cuerpo de la ex esposa de Markus fue encontrado en una playa totalmente decapitado.Se presumió que fueron sus secuaces los cu
Bien, no estaba saliendo como lo tenía planeado pero al menos era un avance para Markus el que no la follara en el avión. Estaba más que seguro de que su espalda estaba roja por los golpes constantes que se daba con la pared cada vez que Markus la penetraba.— Te mataré, Markus, en serio que lo haré... —jadeó sintiendo como Markus entraba y salía con fuerza de ella.— Soy inocente de cualquier cosa…— Mi espalda —gimió—. Está sufriendo las consecuencias de tus actos…Este río sin decir algo más, salió de su interior dejando pequeños besos a su paso mientras la dejaba en la cama.
Markus: Tiene bastante dinero, tiene todo lo que una vez deseo en la vida; dinero, belleza y una esposa hermosa. Aunque, esto último no le guste para nada, esa mujer es una perra que solo está con él por su dinero y nada más, eso él lo sabe desde mucho antes de casarse con ella. Nada los ata, no hay embarazo, no hay un contrato, no hay hijos, ni nada. Él sólo está con ella porque necesita ocultar a sus amantes.
Se levantó de la cama con algo de pesadez, había pasado el fin de semana con una de sus amantes de sólo una follada. Eso es seguro.No la vería más, ni aunque esta le rogara, él no era de esos. Es bastante frío con las mujeres, no le gustaba que estas quisieran tener más de él. Ante la puta sociedad, era un hombre fiel a su esposa. Claro está, que en otros lugares lo único que le ha gustaba era tener un buen hoyo donde meter su polla.Salió del cuarto de hotel en donde estuvo. Para luego dirigirse hacia el estacionamiento donde está su carro de último modelo de una nueva colección alemana que él mismo se había encargado de crear y diseñar a su manera.Se subió a este
Secándose las lágrimas con rabia salió del baño con rumbo a la habitación de su hermana, de nada valía estar así llorando en un baño de hospital. Estaba segura de que haría lo que fuera para salvar la vida de su hermana sin importar lo que tuviera que hacer. Tenía que buscar otro empleo de medio tiempo, o sea, trabajar de noche para pagar la cuota del hospital en Boston.Entró a la habitación de su hermana con una sonrisa falsa, no necesitaba que se preocupara por algo de lo cual no tenía idea de lo que sucedía.— Lu, llegaste. Pensaba que no ibas a venir hoy a visitarme —murmuró la pequeña Bismalie.— Sabes que siempre vengo, aunque sea de noche a dormir contigo —sonri&
Markus gruñó alto para que la persona que tenía enfrente lo escuchara.— Está bien, Luisanna, déjala —murmuró, irritado.Era increíble cómo una persona podía llegar a ser tan irritable, tenía más de ocho años de casados y jamás la tolero.— Hmm, señor Pisinis, terminé con la mitad del reporte. Regreso dentro de unas pocas horas para terminar con el trabajo atrasado —dijo Luisanna mordiéndose el labio y Markus la vio con una ceja levantada.— ¿Hacia dónde va otra vez, señorita Walsh? —Luisanna tragó duro.— Yo, tengo que resolver algunas cosas pers
Markus había decido ir a un lugar más cómodo que su oficina. Además no quería tener que lidiar con los de limpieza. A su lado estaba la rubia sosteniendo entre sus dedos el cheque que le había dado. Tenían bastante privacidad por la pared que había entre su chofer y ellos dos.— Sigo diciendo que es demasiado dinero para mí. Esto es más de lo que pedí —habló después de unos minutos en silencio.— El dinero no es problema para mí. Quiero que esta noche hagas valer todo lo que estoy invirtiendo en ti. Quiero que sea bien compensado —la vio con mucha curiosidad—. Tengo una duda, señorita Walsh.— ¿Cuál? —preguntó nerviosa por esa pregunta la cual ya se e
Markus se había despertado desde hace unos minutos atrás, se había quedado mirando a su pequeña amante por unos largos minutos desde hace rato.Era tarde, eso seguro, además no tenía que preocuparse de nada era sábado y todos estaban en sus casa descansando. La espalda desnuda de su amante subía y bajaba conforme con su respiración. Había tenido una de las mejores experiencias de su vida a la hora de tener sexo con Luisanna que con sus anteriores amantes.Mirando con más detenimiento las marcas que había dejado en su cuerpo a comparación a las que él tenía en la espalda después de unas cuantas rondas, no era para nada comparado a esas.Estaban tomando un color morado y otras simplemente estaban con algo de