Dereck
—¡MALDITA SEA! —grito enfurecido.
—Cálmate Dereck, no consigues nada con ponerte así. —miro al idiota de Mark.
—¿Cómo me puedes pedir eso? —sigo mirando las carpetas que tengo entre mis manos. —Estamos en bancarrota. —susurro, Blaz me matará, arruine la empresa familiar.
—Acepta la ayuda, no seas orgulloso. —me señala con su dedo.
—No es orgullo Mark. —me niego a su caridad.
—Y ¿qué es? —cuando iba a responder entra Leyna con Gavrel a su lado.
—Lo que me faltaba. —suelto exasperado.
—También me da gusto verte idiota. —comenta acercándose a mi encuentro.
—Si vienes a regañarme o por lástima te puedes ir. —anuncio de mal humor.
—Dereck no seas idiota. —
Leyna—¿Me seguirás esquivando? —pregunto parándome delante de Dereck.—No te esquivo, no quiero decir algo que lamente el resto de mi vida. —se marcha dejándome sola en medio de la cocina.Suelto el aire que llevo conteniendo desde que llegamos a la casa hace más de dos horas, tomo asiento en uno de los bancos de la cocina, ¿cómo le explico a Dereck que solo quiero aclarar las cosas con Cecilio? ¿Cómo hago para que entienda que solo me importa él? Las palabras nunca han sido mi fuerte, solo las uso par defenderme cuando me siento vulnerable no para demostrar amor, no es algo que esté en mi diccionario los sentimientos, es más fuerte que yo.Decido hablar con ese idiota, no puede estar celoso de Cecilio, ¡Dios hombres!. Salgo de la cocina en busca de mi dolor de cabeza, no lo veo en la sala, así que voy a las escaleras
DereckTrato de tranquilizarme y no armar un escándalo, observo a Leyna que le habla a Cecilio en italiano, muero por saber que le dijo, maldigo la hora que no aprendí idiomas, corta la llamada de mala gana y tira el teléfono sobre la mesita de noche, se acerca a mi cuerpo y me abraza, respondo por instinto aunque estoy molesto.—Mañana hablaré con Cecilio, —susurra sobre mi pecho. —Le dejaré en claro la situación—acaricio sus cabellos negros.—¿Situación? —pregunto desconcertado. —Y ¿Cuál sería? —detengo mis caricias.—Que estamos juntos, —sonrió por sus palabras. —Que no quiero a nadie más que no sea al idiota que ya tengo. —borro mi sonrisa por sus palabras. —Ahora vamos a dormir Dereck. —pide a acomodándose en mi cuerpo.—Tambi&ea
LeynaDereck baja su mirada entristecido, trata de soltarme, pero no lo dejo me acerco a él y lo abrazo me responde sin dudarlo apoyo mi cabeza en su pecho.—Siento lo mismo que ti, —susurro sobre su pecho. —Pero te sigo odiando por lo que me hiciste. —me aleja de su cuerpo mirándome como si estuviera loca.—Dilo de nuevo. —giro mis ojos por lo cursi que puede ser.Te odio. —suelto con sarcasmo.—Leyna dilo. —advierte con sus pupilas brillando de emoción.—Que siento lo mismo Dereck Fischer.—estampa sus labios sobre los míos en un beso posesivo el cual respondo sin hacerme rogar, nos alejamos, ya que estamos dando un digno espectáculo.—Eres el amor de mi vida. —asiento con una corta sonrisa. —Te invito almorzar. —dejaun beso en mislabios.—No esperaba menos. &mdas
Dereck—Yo ...—Leyna hace una pequeña pausa. —No sé Dereck, todo es muy rápido. —aleja sus manos de las mías.—Lo sé, disculpa. —suelto un suspiro tomando de mi café.Quedamos en silencio, cada uno en sus pensamientos, ¿en qué momento se me ocurrió que Leyna aceptaría esta locura?, tiene una vida por delante una profesión y dejar todo eso por mí que solo supo lastimarla y no supo valorar la mujer que tenía al lado, debo estar idiota para creer que esto funcionaria.Le doy una mirada de soslayo y se encuentra en sus pensamientos más profundos y oscuros, tiene tantos secretos que se ha vuelto esclavos de ellos sin que se décuenta, no te deja entrar se mantiene alejada del ojo humano de todo aquel que se atreva a herirla, tan ella, tan Leyna, tan mein star (mi estrella).—
LeynaMi cuerpo se tensa por completo cuando veo al hombre que está parado al lado de un auto lujoso, ¿qué mierda hace aquí?, no puedo creer que mi progenitor esté aquí.—¿Qué querrá? —me encojo de hombros ante la pregunta de Dereck.—No sé, tampoco me importa. —pienso mandarlo al diablo como las anteriores veces.—Leyna, —giro para ver esos ojos azules. —Es hora de que lo escuches. —comienzo a negar.—No, —Dereck arruga su entrecejo. —No me importa sus escusas. —vuelvo la vista a donde se encuentra parado y el parecido que tengo con mi progenitor es increíble.—Mein star (mi estrella) escúchame, —niego repetidamente. —Dale una oportunidad, no sabes lo que paso. —por un segundo comienzo a pensar en todas las escusas y mentiras que me dir&a
DereckTomo asiento en mi silla mirando por la ventana la gran ciudad, trato de que el maldito dolor de cabeza calme, pero no lo hace y ¿cómo no?, si todos los días hay un problema nuevo en mi vida, si no es la empresa, es Leyna y su madre loca acechándonos, la deuda que aún tengo con el ruso,Jenell y sus actitudes de mierda con mi mujer, maldita la hora que me metí con la contadora de la empresa.La puerta es abierta de golpe, la contadora entra como loca y Leyna por detrás con una sonrisa en sus labios, ¡hay no!, algo hizo, la pregunta es ¿cuánto me dolerá la demanda por despido de Jenell?—Es una maldita loca, —grita la mujer, señalando a mi mujer. —Enveneno mi café. —busco a Leyna con la mirada rogando que sea mentira.—No hice eso Dereck. —se defiende, sin embargo algo hizo la conozco. —Puede ser q
Leyna—AceptéDereck. —susurro limpiado una lágrima traicionera, últimamente me siento diferente.—Pero por un tiempo nada más. —comunico para que no se sienta mal.—¿Cuánto tiempo Leyna? —pregunta sin mirarme.—Un año, —clava sus azules en los míos. —Nos servirá para que dejes la empresa en condiciones y a mí para conocer esa parte de mi familia. —pasa sus manos por su bello cabello largo.No responde nada, gira en su lugar mirando por la ventana metido en sus pensamientos, sabía que sería difícil, sin embargo no creí que tanto, Dereck es tan caprichoso o más que yo si se le pone una idea en la cabeza no hay poder humano que se lo saque, él ya tenía una vida planeada entre animales, hijos y una vida armoniosa y yo no sé si este lista para eso, n
DereckFijo la vista en los papeles que tengo frente a mí, sin embargo no logro concentrarme para nada, en todo lo que puedo pensar es en Leyna y sus citas, desaparece dos veces por semana a la misma hora y no dice donde, me da miedo preguntar a donde va en realidad tengo miedo a su respuesta, se que Cecilio está en Rusia ayudando a Gavrel con su hermanita y Mark está con ellos, así que no se a quien visita, a su padre no es, porque ella trabaja desde aquí en sus ratos libres.Tiro de mala gana las carpetas sobre el escritorio, llevo dos malditas semanas sin poder dormir bien, esa mujer destruirá mi paz, si no me dice que es lo que está haciendo, ¿Por qué no confía en mí?.Salgo de mis pensamientos cuando la puerta es abierta, dejando ver a mi mujer, reviso mi reloj pulsera y se que es hora de que se vaya, acerca con una sonrisa ¿Tierna? ¿Desde cu&aa