Leyna
Dejo las carpetas sobre el escritorio de Leandro, estoy agotada mentalmente y físicamente, Marlene tiene al pequeño Karan enfermo así que soy la única secretaria del griego, Dios este hombre es un obseso del trabajo ya veo porque se casó con mi amiga.
Termino de acomodar todo porque no quiero al ogro encima de mí, agradezco la oportunidad que me dio Leandro, pero la realidad es que extraño mi país. Vine por una loca aventura sin embargo ya llevo demasiado tiempo aquí, pero ¿qué haría en Alemania? No tengo amigos, familia ni se diga y menos un empleo, podrías aceptar la oferta de Blaz, podría si, aunque estoy cansada de vivir de su caridad aunque ellos no lo vean así.
—¿Leyna me escuchas? —pego un salto cuando siento la voz de Leandro.
—Casi me matas. —toco mi corazón que late apresurado.
—Te estaba hablando desde que entre. —me volví a perder en mis cavilaciones.
—Lo siento, estaba distraída. —asiente cuando pasa por mi lado.
—Lo noté, —toma asiento en su silla. —¿Qué tengo para hoy?
—Tienes un almuerzo con Andre por el nuevo proyecto. —hace una mueca de disgusto, es duro para él aún.
—Gracias, —se limita a decir. —Puedes irte antes si quieres. —asiento ante su generosidad.
—¿Cómo sigue mi sobrino? —se le forma una sonrisa en el rostro.
—Mejor, no deja que me acerque a su madre. —refunfuña.
—Es tu copia fiel. —soltamos la carcajada.
—Será peor que yo. —no dudo eso, Karan es un niño muy especial.
—Debo irme, tengo una cena con los Fischer. —tengo una extraña sensación con esa cena.
—¿Otro candidato que Vivenka tenga para ti? —giro mis ojos, porque no es un secreto que esa mujer ama ponerme en situaciones comprometedoras.
—Ni lo digas, —voy alejándome con rumbo a la salida. —Creo que le quedo claro la última vez que no debe hacerlo. —Leandro suelta una carcajada.
Termino de salir mientras que escucho las risas de mi jefe, tomo asiento en mi silla recordando como derrame "accidentalmente" mi copa de vino en el hijo del gobernador de Alemania, que vino a pasar unos días en Grecia y Vivenka no tuvo la mejor idea que invitarme a cenar justo que estaba el pobre hombre, no se fue muy feliz manche una camisa de muchos dólares.
A Vivenka le quedo claro que no debía presentarme a nadie más, espero que esta noche no se le dé por hacer de cupido o juro que correrá sangre.
Paso un rato más trabajando hasta que llega Andre lo hago pasar, pobre de ese hombre. Decido que es hora de irme a mi casa para descansar un poco y después ir a la cena con los Fischer.
Estoy llegando a la casa de mis padres, suena extraña esa palabra en mi vocabulario, pero es lo que son me criaron desde que soy una niña después de lo que paso con mi progenitora trato de eliminar esos pensamientos amargos de mí.
Cuando estoy llegando un auto de lujo muy conocido por mí está estacionado afueras del edificio, Maldito Dereck si esto es una de sus tretas lo mataré sin pensarlo, estás segura?. Parece que no le quedo claro que no quiero nada con él. Debí golpearlo hace una semana no curar sus heridas, te morías por hacerlo.
Estaciono a su lado, bajamos al mismo tiempo me mira por un segundo y me regala una de sus sonrisas mojas bragas que antes surtían efecto en mí, ya no.
—¿Qué planeas? —pregunto con los dientes apretados.
—Hola Leyna, ¿cómo estás? ¿Se te olvidaron los modales? —sonríe aún más, lo odio, mientes.
—Déjate de idioteces, —paso por su lado. —¿A qué viniste? —caminamos juntos.
—Son mis padres también Leyna, —le doy una mirada de soslayo. —No solo tuyos.
Freno de golpe mi andar, Dereck gira en mi dirección nos quedamos viendo, me vuelve a dar una sonrisa que nunca antes vi, diría que es sincera, pero no me fio de este hombre, lo escaneo de arriba a bajo sin entender donde está el idiota que se llenaba la boca diciendo que no era hija de los Fischer, por más que nos criaron como hermanos.
—¿Vienes? —asiento recelosa.
Entramos en el edificio en silencio sin mediar palabra, tampoco lo hacemos en el ascensor, no tengo nada que decir y por lo que veo él menos, cuando llegamos bajo primero después lo hace él siguiendo mis pasos, golpeo la puerta algo nerviosa sigo sintiéndome extraña con esta cena.
Luego de unos segundos Vivenka me abre la puerta me da una hermosa sonrisa, pero arruga su ceño cuando ve a su detrás de mí.
—Hijos, ¿cómo están? —me saluda con un abrazo y después a su hijo. —¿Qué haces aquí Dereck? —está tan desconcertada como nosotros.
—Mi padre me invito a cenar, —Dereck se encoge de hombros. —Ya sabemos como es, nadie se puede negar a sus "peticiones". —sabemos que Blaz no pide por favor, sino que ordena.
—Está bien. —Vivenka está tan preocupada como nosotros.
Pasamos al comedor donde se encuentra mi padre sentado en la punta de la mesa, creo que está esperando por nosotros se levanta de su lugar así que me acerco a él y dejo un beso en su mejilla.
—Hija, ¿cómo estás? —su mirada se nota cansada, últimamente esta de esa forma.
—Bien, —Dereck se acerca, pero solo hace una seña con su cabeza a modo de saludo. —¿Dime para que somos buenos? —pregunto yendo directo al grano.
—Siempre tan perspicaz, —nos da una sonrisa. —Vamos a cenar, después hablaremos.
Nos damos una mirada con Dereck, él está tan intrigado como yo. Pero por nuestro bien, aceptamos la invitación tomamos asiento uno al lado del otro.
Pasamos un rato conversando de lo que hemos hecho en este tiempo que el idiota no estuvo, pero me quede impresionada de la forma en la que habla de los caballos, nunca creí que Dereck podría ser alguien más humilde, pero sigo sin fiarme de su supuesto cambio.
Se hace un silencio algo fastidioso, nadie dice nada Vivenka mira a Blaz, pero sigue sin decir nada, cuando voy a hablar Dereck lo hace primero.
—Basta de misterios dinos para qué nos trajiste aquí. —la relación de Blaz con su hijo nunca fue la mejor.
—¿No puede un padre compartir tiempo con su familia? —Dereck niega.
—Padre no somos idiotas, —se levanta de su lugar. —Nos invitaste a Leyna y a mí, por algo es. —asiente ante las palabras de sus hijos.
—Es verdad, —suelta un suspiro cansado. —Necesito un favor de ustedes. —no me gusta esto.
—¿Qué quieres? —pregunto levantándome de mi lugar.
—Tomen asiento, —señala la silla con su mano, refunfuñando volvemos a nuestros lugares. —Me dejarán hablar y después lo harán ustedes ¿entendido? —asentimos con la cabeza.
—¿Blaz de que vas? —se nota que mi madre no esta al tanto de todo esto.
—Bien, —esquiva olímpicamente la pregunta de Vivenka. Como les dije necesito un favor de ustedes dos y por el bien de la empresa familiar espero puedan ayudarme. —me tenso en mi lugar.
—Ya te digo que no. —Blaz me mira mal. —A mí no me asustas, no me importa no trabajaré con el idiota.
—Estoy aquí. —me encojo de hombros Dereck maldice algo indescifrable.
—Escucha por favor, —suplica mi padre, asiento resignada. —Dereck tus despilfarros y tu mala gestión casi nos deja en la ruina, —miro al idiota que tiene su mirada perdida. —No voy a juzgarte, no soy quién solo necesito que vuelvas a la empresa y resuelvas el desastre que hay, tu primo no puede solo. —se vuelve a formar un silencio incómodo.
—¿Yo que tengo que ver en todo esto? —pregunto para cortar el momento fastidioso que se formó.
—Necesito que seas su secretaria, —o no está completamente loco. —Le diría a Marlene, pero no dejará a su familia y la entiendo. —no sé que carajo hacer, no quiero tenerlo cerca.
—Es mi culpa y me haré cargo, —giro mi cabeza para mirar a Dereck. —Trabajaré día y noche para solucionar el desastre, pero no la obligarás a trabajar conmigo si no quiere. —no es capaz de mirarme a la cara.
—No podrás solo, necesitas gente de confianza. —Blaz me mira suplicante. —Leyna sé que no lo quieres cerca, te entiendo, pero te lo suplico.
Todos clavan sus miradas en mí, Blaz suplica ayuda, Vivenka tiene una mirada triste y el maldito idiota niega lentamente. Si acepto nos mataremos sin dudarlo, y si no me sentiré culpable han sido mi familia desde pequeña, ¡mierda!, ¿qué debo hacer?, sabes cuál es la respuesta.
☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆
DereckObservo a Leyna como duerme, se ve tan pacifica, tan ella, es en el único momento que no tiene ese escudo de frialdad que le muestra al mundo entero, sin embargo esa no es ella o bueno no lo era, en este tiempo todo cambio, no debí haberme ido tanto tiempo.Sigo admirando su belleza, un tonto no se daría cuenta de lo hermosa que es por fuera como por dentro, Leyna podrá ser fría, arisca a una caricia, no le van las cursilerías, podrá ser mil cosas, sin embargo no tiene maldad, jamás se pondría en el plan de lastimar a alguien, no es rencorosa, si sufre no lo demuestra, las únicas veces que la vi llorar fue de rabia no de dolor prefiere sacar su lado sarcástico y destruirte con dos palabras antes que las veas destrozada.¿Por qué mierda me fui?, y ¿Por qué mierda volví? Ella estaba mejor sin mí, cuando comenzó a san
LeynaLas palabras de Dereck parecen sinceras, aunque no me confió de él, ¿Cuántas veces "ha sido sincero"?, y después vuelve a traicionarme, por más que quiera nunca dejaráde ser el hombre que ame y me destruyo a su antojo.Acerca sus manos a mis caderas me toma de ellas, mi corazón se paraliza,no sé que hacer en realidad si lo sé, la que se acerca ahora soy yo, llevo mis manos a su cuello acercándolo a mí, Dereck es tan posesivo o más que yo, estampa sus labios en los míos, no me hago de rogar y respondo con pasión, con rabia y dolor, son las emociones que este hombre provoca en mí.Dereck es un experto con sus labios, me devora por completo, muerde mi labio inferior haciendo que abra la boca y el poder meter su lengua recorre toda mi cavidad bucal, me levanta en el aire y me lleva encima de sus piernas quedando con mis&n
DereckMi vida se convirtió en un infierno, todo por ser un irresponsable, inmaduro, idiota y todos los adjetivos calificativos que haya, ¿en qué momento mi padre me vio apto para ser el jefe?, ese hombre debe estar muy loco, no hay una respuesta coherente para que decidiera algo así, si no puedo manejar ni mi propia vida, ¿cómo lo iba a hacer con una empresa?.—¿Me escuchas? —salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz de Leyna.—No disculpa, —masajeo el puente de mi nariz. —¿Qué me decías? —pregunto mirándola.—¿Qué te duele? —niego, mientras que se acerca a mí.—La cabeza, —tomo unas carpetas que había encima del escritorio. —Debemos seguir. —comienzo a pensar una solución para tal desastre.—Dereck hace 10 horas que estamos aqu&ia
Leyna—No dormiré contigo, —anuncio esquivando su cuerpo. —Deja de seguirme. —pido con la poca paciencia que me queda.—Leyna es una estupidez que estemos en cuartos diferentes. —detiene mi huida abrazándome por la espalda.—Ya sé que lo es Dereck, —trato de soltarmesin embargo no me deja. —No me gusta dormir con nadie, lo sabes. —afloja su agarre para girarme y quedar frente a frente.—No soy cualquiera Leyna, —eso también lo sé, pienso. —Dime que sí. —súplica con un puchero ridículocon no me causa nada.—¿No me dejarás en paz? —niega con una estúpida sonrisa. —¡Maldita seas Dereck! Tú ganas, dormiremos juntos. —me levanta en el aire haciéndonos girar.—Graciasmein star (mi estrella). &mdas
Dereck—¡MALDITA SEA! —grito enfurecido.—Cálmate Dereck, no consigues nada con ponerte así. —miro al idiota de Mark.—¿Cómo me puedes pedir eso? —sigo mirando las carpetas que tengo entre mis manos. —Estamos en bancarrota. —susurro, Blaz me matará, arruinela empresa familiar.—Acepta la ayuda, no seas orgulloso. —me señala con su dedo.—No es orgullo Mark. —me niego a su caridad.—Y ¿qué es? —cuando iba a responder entra Leyna con Gavrel a su lado.—Lo que me faltaba. —suelto exasperado.—También me da gusto verte idiota. —comenta acercándose a mi encuentro.—Si vienes a regañarme o por lástima te puedes ir. —anuncio de mal humor.—Dereckno seas idiota. —
Leyna—¿Me seguirás esquivando? —pregunto parándome delante de Dereck.—No te esquivo, no quiero decir algo que lamente el resto de mi vida. —se marcha dejándome sola en medio de la cocina.Suelto el aire que llevo conteniendo desde que llegamos a la casa hace más de dos horas, tomo asiento en uno de los bancos de la cocina, ¿cómo le explico a Dereck que solo quiero aclarar las cosas con Cecilio? ¿Cómo hago para que entienda que solo me importa él? Las palabras nunca han sido mi fuerte, solo las uso par defenderme cuando me siento vulnerable no para demostrar amor, no es algo que esté en mi diccionario los sentimientos, es más fuerte que yo.Decido hablar con ese idiota, no puede estar celoso de Cecilio, ¡Dios hombres!. Salgo de la cocina en busca de mi dolor de cabeza, no lo veo en la sala, así que voy a las escaleras
DereckTrato de tranquilizarme y no armar un escándalo, observo a Leyna que le habla a Cecilio en italiano, muero por saber que le dijo, maldigo la hora que no aprendí idiomas, corta la llamada de mala gana y tira el teléfono sobre la mesita de noche, se acerca a mi cuerpo y me abraza, respondo por instinto aunque estoy molesto.—Mañana hablaré con Cecilio, —susurra sobre mi pecho. —Le dejaré en claro la situación—acaricio sus cabellos negros.—¿Situación? —pregunto desconcertado. —Y ¿Cuál sería? —detengo mis caricias.—Que estamos juntos, —sonrió por sus palabras. —Que no quiero a nadie más que no sea al idiota que ya tengo. —borro mi sonrisa por sus palabras. —Ahora vamos a dormir Dereck. —pide a acomodándose en mi cuerpo.—Tambi&ea
LeynaDereck baja su mirada entristecido, trata de soltarme, pero no lo dejo me acerco a él y lo abrazo me responde sin dudarlo apoyo mi cabeza en su pecho.—Siento lo mismo que ti, —susurro sobre su pecho. —Pero te sigo odiando por lo que me hiciste. —me aleja de su cuerpo mirándome como si estuviera loca.—Dilo de nuevo. —giro mis ojos por lo cursi que puede ser.Te odio. —suelto con sarcasmo.—Leyna dilo. —advierte con sus pupilas brillando de emoción.—Que siento lo mismo Dereck Fischer.—estampa sus labios sobre los míos en un beso posesivo el cual respondo sin hacerme rogar, nos alejamos, ya que estamos dando un digno espectáculo.—Eres el amor de mi vida. —asiento con una corta sonrisa. —Te invito almorzar. —dejaun beso en mislabios.—No esperaba menos. &mdas