Dereck
Estoy en la puerta del departamento de mi hermana, no sé si golpear o no, a ti te golpearan, carajo es cierto en esta familia todos me quieren muerto, con sobrada razón, ruedo mis ojos por los pensamientos absurdos que tengo.
Junto el valor suficiente, golpeo suavemente para que no me escuchen, pero mi suerte no es tanta, la puerta es abierta por mi cuñado su mirada me recorre por completo me da una sonrisa.
—Dereck, ¿cómo estás? —abrazo a mi cuñado. —Pasa. —me hace una seña una vez que nos separamos.
—Gracias, —tomo mi maleta y la arrastro hasta la sala, el pequeño Karan está con sus autos. —¿Mi hermana?.
Como si la hubiera invocado sale de la cocina con un delantal puesto, se queda estática cuando me ve, pero se recompone rápidamente, se acerca y nos fundimos en un abrazo, la extrañaba tanto.
—Eres un idiota, —golpea mi cabeza con su mano. —Creí que te había sucedido algo.
—Yo también te extrañé. —el sarcasmo en esta familia nunca se hace esperar.
—Dereck dijiste un año, —me señala con su dedo. —Ha pasado más de uno. —mi hermana es demasiado dramática.
—Marlene no pude volver antes. —su mirada me dice que no me cree.
—Y dime ¿qué te tuvo tan ocupado en la casa de campo? —me alejo de ella para tomar a Karan en brazos.
—Asuntos. -respondo mordaz mientras que beso a esta dulzura.
—¿Asuntos? —pregunta irónica. —¿Los caballos te tuvieron ocupado?
En la casa de campo de mis padres hay caballos, a ellos les gusta nunca entendí el porqué hasta que viví más de un año allí no quería volver, si no fuera por la amenaza de mi padre seguiría en ese lugar, ¿cierta alemana no te hizo volver?
—Aunque no lo creas una yegua esta por tener cría, —es muy rebelde, me recuerda a cierta mujer. —Nachtstern (estrella nocturna), es algo quisquillosa no le gusta que la monten, solo se deja conmigo, es una chica muy ruda. —se me forma una sonrisa al recordarla, ¿estás hablando de la yegua? ¡Carajo sí!.
Levanto la vista por el silencio que se formó, Leandro está sentado en el sillón está conteniendo la risa, pero no se dé que, mi hermana me mira como si estuviera loco, no entiendo que les sucede.
—¿Dónde está el Dereck idiota, egocéntrico, malhumorado, mujeriego? —giro mis ojos por los apelativos que usa conmigo. —¿Idiota ya lo dije? —Leandro no se aguanta más y comienza a reír.
—Si Marlene, Dios no pareces mi hermana. —refunfuño mientras lleno de besos los cachetes del mini griego.
—Porque soy tu hermana es que pregunto que te sucedió. —dejo a Karan con sus autos.
—Nada Handgelenk (muñeca), sigo siendo el mismo. —los dos niegan.
—Estás diferente, —Marlene se encoge de hombros. —Pero te quiero igual, aunque no creo que lo idiota se te haya ido del todo. —menos mal que es mi hermana.
—Gracias. —respondo de mal humor.
—De nada, —me da una sonrisa. —¿Te quedas a cenar? —toma a Karan en brazos.
—Si no me envenenas. —la sonrisa maliciosa que me da no me gusta.
—Nunca te haría algo así, —si como no. —Pero vienen nuestros padres hermanito. —¿QUÉ?
—Estoy muerto. —susurro, mi padre me matará sin pensarlo.
Pasamos un rato más conversando de mi sobrino, mi hermana reclamo que no estuviera para su nacimiento, pero no podía ver a esa mujer a los ojos, después de como me desprecio en la boda de Marlene y ver como el maldito de Cecilio la besaba, no tuve las agallas suficientes para volver.
Suena la puerta de entrada, y sé que tengo los minutos contados mi padre me asesinara sin pensarlo dos veces, te lo mereces, nuca me pondré de acuerdo con mis pensamientos.
Blaz Fischer hace su gran entrada triunfal, cuando mi hermana le habré se saludan con besos y abrazos, mi madre busca con la mirada a mi sobrino, pero detiene sus ojos iguales a los de Marlene en mí, se le forma una sonrisa sincera cuando me ve, se aleja de ellos y viene con pasos apresurados hasta los sillones donde estoy sentado, me levanto de mi lugar para envolverla en una abrazo, solloza entre mis brazos.
—Madre ni que me hubiera ido diez años. —es una dramática, recibo un golpe en mi cabeza, carajo estas mujeres me matarán. —Mutter (madre) duele. —me alejo de ella mientras veo a mi padre acercarse hasta nosotros.
—Agradece que solo te di un pequeño golpe, —apunta con su dedo. —Te mereces que te dé una paliza niñito. —giro mis ojos porque de verdad es muy dramática.
Se forma un silencio pesado cuando mi padre se acerca a nosotros, Blaz le da una mirada a mi madre y ella desaparece con Marlene, cobardes, el griego ni aparece otro cobarde más.
—Dereck, ¿cómo estás? —no me fio de su amabilidad.
-Estoy donde querías que estuviera, -respondo mordaz, nunca me ha gustado que me den órdenes. -Ahora dime ¿para qué soy bueno? -su mirada me dice que estoy en problemas.
—Mira Dereck he dejado que hagas lo que quieras con tu vida siempre, —su tono es bajo cree que me asusta, pero no es así. —Pero es momento que seas un hombre y comiences a pensar que harás con la presidencia de la casa de modas.
—Quédatela no la quiero, —enrojece de la rabia. —Nunca la quise y lo sabes padre. —es verdad nunca quise su tonta empresa.
—Si esto es otro de tus caprichos no pienso… —corto su estúpida amenaza.
—No padre no lo es, —me alejo de él con rumbo a la cocina. —Sabes bien que no me interesa la casa de modas. —voy a hacer un paso más, pero me toma del hombro haciéndome girar quedando frente a frente.
Soy el clon de Blaz Fischer estatura, cabello, ojos, color de piel y lo más importante tenemos el mismo temperamento, comienza una guerra de miradas, no pretendo dar mi brazo a torcer y sé que él menos, pero me quedo de piedra cuando baja sus ojos.
—Estoy viejo Dereck, —baja tanto la guardia que me preocupa. —No estoy para discutir contigo, solo quiero disfrutar de mis hijos y nieto.
Su mirada se nota cansada y triste, carajo ahora me siento culpable.
—Padre yo lo siento. —niega me da una sonrisa corta.
—No te hice volver por la empresa, —¿QUÉ? -Arregla tus asuntos con Leyna. —masajeo el puente de mi nariz tratando de calmar mi malestar.
—¿Me hiciste volver por Leyna? —su nombre en mis labios se siente amargo.
—Solucionen sus diferencias, están hechos el uno para el otro. —vuelvo a negar.
—Padre puedes entender que me odia, —hago una pausa pensando mis siguientes palabras. —Yo si fuera ella también lo haría, la desprecie, la humille, use, la amo, pero no podemos estar dos minutos sin querer matarnos. —creo que hable de más.
—Eres un idiota Dereck, —se acerca amenazante. —¿Cómo te atreves hacerle todo eso?
Ahora si estoy en problemas, Leyna es como su hija siempre nos criamos como familia, después de lo que paso con su progenitora.
—No puedo volver el tiempo atrás, —sus manos se hacen puños. —Merezco que me golpees.
Blaz está furioso si me golpea lo entendería, no fui educado para hacer lo que hice con esa mujer, los valores que me inculcaron no los puse en práctica con ella.
—Basta, padre, —la voz de mi hermana corta la batalla de miradas. —Dereck tiene suficiente con el desprecio de Leyna.
Mi progenitor sigue con su mirada clavada en mí, pero poco a poco deja de lado su enojo. Marlene se posiciona delante de nosotros, trata de evitar una maldita guerra.
—Será mejor que me vaya. —no quiero molestar a mi hermana.
—Dijiste que te quedabas a cenar. —la muñeca tiene su mirada triste, no me gusta que este así pero prefiero irme.
—Lo siento, —me acerco y dejo un beso en su frente. —Otro día vengo.
Mi padre quiere hablar, pero su orgullo no se lo permitirá, tiene tanta culpa como yo. Pero no es momento de hablarlo.
—¿Dónde te quedarás? —me encojo de hombros, mientras me alejo con dirección a mi maleta. —Puedes quedarte en uno de los hoteles de Leandro. —suelto un suspiro Marlene no me dejará en paz si no acepto.
—Está bien handgelenk (muñeca). —sonríe abiertamente. —Préstame las llaves de tu auto. —su sonrisa desaparece.
—No. -es una egoísta, pero sé cómo convencerla, pongo mi mejor cara de niño bueno. —O no, no te las daré, -hago un pequeño puchero, sigue negando, pero conozco a mi hermana. —O está bien, si tiene un solo rasguño estás muerto ¿entendido? —amenaza con su dedo.
Asiento como niño pequeño, se va hasta su bolso y me las entrega, vuelvo abrazar a mi pequeña hermana, pero no me gusta lo que susurra.
—Si volviste por ella debes luchar. —se aleja y me da una pequeña sonrisa. Niego, porque no creo que Leyna me quiera cerca, lo bien que hace. —Está con Cecilio.
Me estaba alejando, pero cuando suelta esa bomba me freno de golpe, me da esa sonrisa de bruja malvada.
—¿Dónde? —sonríe abiertamente.
Prepárate mein stern (mi estrella), porque no dejaré que ningún italiano de pacotilla te robe de mi lado.
☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆
Leyna—Suéltala, —ordena con los dientes apretados. —Si no lo haces te golpearé. —¿pero se volvió loco o que?—¿Quién te crees que eres? —maldito Dereck, ¿por qué has vuelto?—Dereck Fischer, —me da esa sonrisa moja bragas. —¿Ya se te olvido? —susurra contra mi oído, está demasiado cerca.—Obvio que no me he olvidado de ti, —sigo de espaldas a él, apoyo mi trasero en su entre pierna su amigo se emociona rápidamente. —Lo que no recuerdo es que número eres.Sus manos van a mis caderas, haciendo presión en ellas, apoya su miembro semi erecto en mí, la fricción hace que me moje de excitación. Su aliento choca en mi cuello erizando todos mis bellos.—¿De qué hablasmein Stern (mi estrella)?
DereckAcelero el auto de mi hermana, esta mujer esta loca si cree que voy a permitir que se vaya así como si nada y encima con Cecilio,creí que no habías vuelto por ella,y no era así, pero volverla a ver hizo que se despertara todo lo que siento por mi estrella.Busco mi teléfono para llamar a mi hermana, suena una, dos veces cuando creo que no me va a atender lo hace.—Hola. —su voz sale adormilada. —¿Quién habla?—¿Dónde vive Leyna? —no hace falta que le diga quien soy.—¿Dereck? —asiento como si me pudiera ver. —¿Qué hora es?—Tarde Marlene, —doblo por donde creo que se fueron. —Dame la maldita dirección. —ordeno.—No hagas una idiotez, la Leyna que dejaste hace más de un año murió. —me di cuenta, sus palabras
LeynaDejo las carpetas sobre el escritorio de Leandro, estoy agotada mentalmente y físicamente, Marlene tiene al pequeño Karan enfermo así que soy la única secretaria del griego, Dios este hombre es un obseso del trabajo ya veo porque se casó con mi amiga.Termino de acomodar todo porque no quiero al ogro encima de mí, agradezco la oportunidad que me dio Leandro, pero la realidad es que extraño mi país. Vine por una loca aventura sin embargo ya llevo demasiado tiempo aquí,pero ¿qué haría en Alemania? No tengo amigos, familia ni se diga y menos un empleo,podrías aceptar la oferta de Blaz,podría si, aunqueestoy cansada de vivir de su caridad aunque ellos no lo vean así.—¿Leyna me escuchas? —pego un salto cuando siento la voz de Leandro.—Casi me matas. —toco mi coraz&oacut
DereckObservo a Leyna como duerme, se ve tan pacifica, tan ella, es en el único momento que no tiene ese escudo de frialdad que le muestra al mundo entero, sin embargo esa no es ella o bueno no lo era, en este tiempo todo cambio, no debí haberme ido tanto tiempo.Sigo admirando su belleza, un tonto no se daría cuenta de lo hermosa que es por fuera como por dentro, Leyna podrá ser fría, arisca a una caricia, no le van las cursilerías, podrá ser mil cosas, sin embargo no tiene maldad, jamás se pondría en el plan de lastimar a alguien, no es rencorosa, si sufre no lo demuestra, las únicas veces que la vi llorar fue de rabia no de dolor prefiere sacar su lado sarcástico y destruirte con dos palabras antes que las veas destrozada.¿Por qué mierda me fui?, y ¿Por qué mierda volví? Ella estaba mejor sin mí, cuando comenzó a san
LeynaLas palabras de Dereck parecen sinceras, aunque no me confió de él, ¿Cuántas veces "ha sido sincero"?, y después vuelve a traicionarme, por más que quiera nunca dejaráde ser el hombre que ame y me destruyo a su antojo.Acerca sus manos a mis caderas me toma de ellas, mi corazón se paraliza,no sé que hacer en realidad si lo sé, la que se acerca ahora soy yo, llevo mis manos a su cuello acercándolo a mí, Dereck es tan posesivo o más que yo, estampa sus labios en los míos, no me hago de rogar y respondo con pasión, con rabia y dolor, son las emociones que este hombre provoca en mí.Dereck es un experto con sus labios, me devora por completo, muerde mi labio inferior haciendo que abra la boca y el poder meter su lengua recorre toda mi cavidad bucal, me levanta en el aire y me lleva encima de sus piernas quedando con mis&n
DereckMi vida se convirtió en un infierno, todo por ser un irresponsable, inmaduro, idiota y todos los adjetivos calificativos que haya, ¿en qué momento mi padre me vio apto para ser el jefe?, ese hombre debe estar muy loco, no hay una respuesta coherente para que decidiera algo así, si no puedo manejar ni mi propia vida, ¿cómo lo iba a hacer con una empresa?.—¿Me escuchas? —salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz de Leyna.—No disculpa, —masajeo el puente de mi nariz. —¿Qué me decías? —pregunto mirándola.—¿Qué te duele? —niego, mientras que se acerca a mí.—La cabeza, —tomo unas carpetas que había encima del escritorio. —Debemos seguir. —comienzo a pensar una solución para tal desastre.—Dereck hace 10 horas que estamos aqu&ia
Leyna—No dormiré contigo, —anuncio esquivando su cuerpo. —Deja de seguirme. —pido con la poca paciencia que me queda.—Leyna es una estupidez que estemos en cuartos diferentes. —detiene mi huida abrazándome por la espalda.—Ya sé que lo es Dereck, —trato de soltarmesin embargo no me deja. —No me gusta dormir con nadie, lo sabes. —afloja su agarre para girarme y quedar frente a frente.—No soy cualquiera Leyna, —eso también lo sé, pienso. —Dime que sí. —súplica con un puchero ridículocon no me causa nada.—¿No me dejarás en paz? —niega con una estúpida sonrisa. —¡Maldita seas Dereck! Tú ganas, dormiremos juntos. —me levanta en el aire haciéndonos girar.—Graciasmein star (mi estrella). &mdas
Dereck—¡MALDITA SEA! —grito enfurecido.—Cálmate Dereck, no consigues nada con ponerte así. —miro al idiota de Mark.—¿Cómo me puedes pedir eso? —sigo mirando las carpetas que tengo entre mis manos. —Estamos en bancarrota. —susurro, Blaz me matará, arruinela empresa familiar.—Acepta la ayuda, no seas orgulloso. —me señala con su dedo.—No es orgullo Mark. —me niego a su caridad.—Y ¿qué es? —cuando iba a responder entra Leyna con Gavrel a su lado.—Lo que me faltaba. —suelto exasperado.—También me da gusto verte idiota. —comenta acercándose a mi encuentro.—Si vienes a regañarme o por lástima te puedes ir. —anuncio de mal humor.—Dereckno seas idiota. —